«Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra»

Javier D. Bazaga / SPC
-

El presidente de la CEOE concede esta entrevista en plena negociación de los presupuestos generales del Estado y ante la «oportunidad» que supone la llegada de los fondos europeos de reconstrucción para transformar el país.

“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra" - Foto: JUAN LAZARO

Prudente y comedido, como le obliga el puesto, el representante de los empresarios españoles defiende la necesidad de elaborar planes específicos de actuación en algunos de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Y aunque quiere evitar hablar de política, reprocha a Podemos su «deslealtad» con el Gobierno por la escasa confianza que deja en un país necesitado de estabilidad.

 

¿Cómo va a cerrar el año la empresa española?

“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra" - Foto: JUAN LAZARO

Primero quiero poner en valor es la enorme solidaridad de las empresas españolas que han puesto a disposición ayuda de todo tipo, muchas de Castilla y León y de Castilla-La Mancha, colaborando con bancos de alimentos, con EPIs o haciendo batas como el grupo Antolín, y en temas digitales para que los niños puedan estudiar. Se ha demostrado que la empresa ha hecho los deberes para la contención de la pandemia o la prevención de los riesgos de esta enfermedad, algo que se demuestra en el número de contagios.

No es una crisis al uso como la anterior. Hay dos fases, la primera es que la empresa española estaba bien situada y nos encontramos con esta pandemia. En ese momento hay una crisis de liquidez que es donde tenemos que trabajar el tema de los ERTE, como protección a los trabajadores con una parte importante que es la que hiberna a las empresas.

Hemos tenido que hacer varios acuerdos, y ha sido muy importante la gestión de las líneas ICO. Debo aclarar que es financiación privada de los bancos, con riesgo y con una cobertura hasta el 80 por ciento del Estado. Pero parece que es el Estado el que ha dado el dinero y no lo ha hecho. Es la empresa, los bancos españoles, los que han dado ese dinero y los que están corriendo el riesgo.

“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra" - Foto: JUAN LAZARO

Ha sido un año malo, el PIB va a caer de una forma importante, en torno a un 13 por ciento, y con un problema muy serio de deuda, que hemos llevado del 98 hasta el 120 por ciento.

 

¿Cuáles son los sectores que más van a sufrir?

“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra“Vemos la deslealtad de una parte del Gobierno con la otra"

Los que más van a sufrir como consecuencia de este ‘cierre administrativo’ son el turismo, la hotelería y hostelería, que en Castilla y León o Castilla-La Mancha lo están sufriendo mucho, y luego en cascada vienen todos los servicios. Se da el caso además de que en Toledo hay establecimientos abiertos y en Burgos no. Nos estamos encontrando esa situación curiosa, que las comunidades y luego las ciudades están poniendo normas distintas. Castilla-La Mancha ha puesto 21 normas distintas en el último mes. Imagine una cadena de supermercados ¿cómo gestiona eso? Luego están los temas laborales, que nos están pidiendo pura flexibilidad desde el Estado, es flexibilidad en vena.

Y el comercio está tocadísimo. Son empresas pequeñas, autónomos, negocios familiares con algún empleado, y son los más vulnerables porque tienen un crédito para pagar el local, o tienen que pagar el IBI de los ayuntamientos, que lo lógico es que eximieran de este pago. El comercio de cercanía, el bar, el restaurante, que son los que dinamizan las ciudades, pero hay más…

 

¿El Gobierno ha aplicado medidas demasiado restrictivas?

Se está demostrando que los contagios no están en las empresas, están en la actuación de la sociedad. Son las reuniones que se hacen las viviendas, los botellones y las fiestas que tienen poco que ver con la hostelería. Tenemos un estudio que dice que en la hostelería son solo el 3 por ciento de los contagios.

Pero sin entrar a discutir las decisiones, hay sitios donde se ha gestionado de distinta manera y otros donde se ha cerrado todo a cal y canto. En Burgos, el 5 de diciembre tenía que tomar posesión el nuevo arzobispo en la Catedral, que es buen amigo y yo iba a ir. Primero iban a ser 80 personas y ahora 15 personas máximo. Me parece una medida bastante exagerada.

Paralizar una ciudad es algo digital, aprietas un botón y has dado la orden. Pero arrancarla no es digital, es analógico. Y no se arranca una ciudad de golpe igual que se puede cerrar. Ver una ciudad cerrada de golpe me sorprende. Y si en la Catedral de Burgos solo caben 15 personas para que no se contagien, con el espacio que hay…

 

¿Nos hemos equivocado al plantear el debate de si debemos salvar la economía o la salud?

No, la salud es básica, eso está clarísimo y no lo discutimos en ningún caso. Hay que respirar, pero como dice Juan Roig también hay que comer, porque si no comes tampoco respiras. Y creo que es compatible. Nos guste o no tenemos que convivir con esta enfermedad mientras no tengamos las vacunas.

Y aquí deje que haga un inciso, si se arregla gracias a las vacunas es gracias a la iniciativa privada, que parece que solo hablamos de lo público, pero las empresas son las que han conseguido esto con innovación y con investigación en laboratorios. Y solo con lo público no hubiéramos conseguido esas vacunas.

Si nos encierras a todos en casa esto se para, pero hay que parar la enfermedad y a la vez seguir viviendo.

 

Intuyo que hubieran gestionado de otra manera la pandemia.

Nosotros gestionamos lo nuestro. Pero lo que estamos viendo no es solo de un gobierno, es un gobierno más otros 17. No queremos entrar en críticas, pero trabajamos poniendo encima de la mesa lo que pensamos que es bueno hacer, y hay que convivir con el virus con toda la seguridad, distancia y demás medidas, pero teniendo presente que la economía no se puede parar. Tenemos que empezar a funcionar ya, si no tendremos un problema.

Las medidas económicas que se han puesto en marcha como los ERTE, las líneas ICO, han sido tabla de salvación para muchas empresas en el inicio. ¿Son suficientes ahora?

En el anterior acuerdo estuvimos muy empeñados en que se pusieran encima de la mesa los rebrotes, que no los veían venir y cayeron. En el último nos empeñamos en que se tuviera muy presente al comercio y la hostelería. Y hay sectores como el industrial que avanza poco a poco, pero en hostelería o turismo necesitan planes especiales porque hay una serie de gastos que hay que pagar aunque estés cerrado y sin ingresos.

En Alemania ya se habla de los ERTE hasta el 31 de diciembre de 2021. Y allí en hostelería el Estado está pagando el 75 por ciento de la facturación que tenían el año anterior. Todo eso estará encima de la mesa.

 

¿Y puede el estado mantener todo eso? ¿Tener a la economía en volandas?

Europa ha dicho que esto es coyuntural. Que se gaste lo que sea necesario para que nadie se quede atrás. Si es necesario una renta mínima pues renta mínima, o los ICO, los ERTE… Pero que sea coyuntural. Esto no puede ser estructural. En 2021 seguiremos gestionando esto hasta que se arregle, pero en 2022 Europa nos pide el 3 por ciento de déficit y a nosotros nos sale el 8 por ciento.

Y eso significa que nos podemos encontrar con un agujero de 70.000 millones si no somos capaces de poner la economía en marcha. Por eso insistimos en que no se incurra en gastos estructurales.

 

¿Y no afectará a las pensiones?

Lo de las pensiones es precovid, pero se han aprobado en el Pacto de Toledo, después de ocho años, 10 recomendaciones. Que están bien, yo estoy de acuerdo en que las pensiones sean dignas, pero nos preocupa que el déficit lo pasemos de un bolsillo a otro, porque el déficit de la Seguridad Social son 18.000 millones, y tenemos que pensar de dónde venimos, dónde estamos, qué queremos, y lo más importante: cómo podemos hacer lo que queremos. Porque si yo vacío ese bolsillo del pantalón con un agujero y lo meto en el otro que son los Presupuestos... Dependerá de cómo lo hagamos: de si los autónomos van a cotizar más o no, si las edades de jubilación son unas u otras… El déficit del Estado es el de los presupuestos más el de la Seguridad Social, y nos tendremos que sentar para ver cómo lo hacemos. Lo haremos con ganas, pero no es solo una cuestión de voluntarismo.

Y ahí me sorprende el recorte que se ha hecho a los fondos privados de pensiones, porque se nos dice que hay que complementar pero se recorta fiscalmente a la gente que invierte. Luego se habla de hacer planes en las empresas. Primero, en las empresas ya se hace. Y segundo, si el Gobierno va a hacer un plan, nos tendrá que explicar cómo se va a gestionar, quién, si lo garantiza el Estado y si es o no competencia desleal.

 

Ustedes han alcanzado hasta 6 acuerdos en la mesa de diálogo social. ¿Echan de menos esa capacidad en el Congreso de los Diputados?

Nosotros llevamos 40 años negociando. En España hay 4.500 mesas de negociación colectiva abiertas, y estamos acostumbrados al pacto, incluso a acordar los desacuerdos. Es verdad que es un momento en el que la sociedad está reclamando mucha menos radicalidad en la política. Los españoles somos moderados. Y es curioso que hoy día mande la radicalidad. Los españoles, con la que está cayendo, deberíamos estar hablando de las cosas que necesitamos y no de planteamientos partidistas o debates que nos interesan muy poco. Sí que nos gustaría ver más consenso en estos momentos.

 

¿Le preocupan los apoyos que puedan recibir los presupuestos generales del Estado en el Congreso?

Primero vamos a ver los que son. Pero en política no voy a entrar.

 

Pues económicamente, ¿esos presupuestos son creíbles?

Bueno, plantean un crecimiento de la economía en 2021 del 9,8 por ciento, y el mismo día que vino la ministra aquí a presentármelos, cosa que agradezco, la Comisión Europea nos calculaba un crecimiento del 5,4. Es decir, la mitad. Y ahí me quedo...

 

Ya me ha respondido.

Ahora estamos trabajando en las enmiendas y trasladando nuestra opinión. Estamos en un año muy complicado y hay que ver cómo salvar el empleo y ayudar a las empresas.

 

Dice que no quiere entrar en política pero la economía de un país también depende de la confianza y estabilidad de un gobierno. ¿A los empresarios les inspira confianza este gobierno de coalición?

La palabra confianza es clave. Le voy a contestar: nosotros trabajamos con el gobierno que toque, y la situación política que hay es la que sale de las elecciones. Pero estamos viendo la deslealtad que hay de una parte del gobierno con la otra, y eso es poco comprensible. En una coalición, cuando se llega a acuerdos como ha ocurrido con los presupuestos generales del Estado, no tiene mucho sentido que uno de los partidos del gobierno quiera enmendar el propio acuerdo del Gobierno. O que en política exterior un partido del gobierno diga cosas que no le corresponden al Gobierno. Estamos viendo cosas algo especiales en lo que debería ser un gobierno de coalición en orden. Así que sí, la palabra confianza da la estabilidad en todos los sentidos, también en la política.

 

Los fondos de reestructuración europeos van a ser fundamentales para la recuperación, y la colaboración público-privada será clave para gestionarlos en tiempo y forma.

España tiene una gran oportunidad, pero lo tenemos que utilizar bien. Los fondos son dinero en función de proyectos tractores, pero también son reformas estructurales como las pensiones, o del mercado laboral para que se adapte a los nuevos tiempos, o no se readapte a tiempos pasados. O que no haya dualidad. Viene dinero, pero viene con condiciones.

Hemos creado una oficina y ya estamos colaborando con el Gobierno para detectar esos proyectos porque no va a ser que a Castilla-La Mancha se le va a dar tanto dinero o a Castilla y León otro tanto. Habrá proyectos que pueden afectar a varias empresas, proyectos transversales como en movilidad sostenible que afecta a empresas de automoción, de baterías, energéticas, de infraestructuras...

Y es una oportunidad muy grande donde esa colaboración público-privada es definitiva. Significa dar un paso adelante en la economía del siglo XXI. Es un Plan Marshall a lo bestia, y España tiene que saber aprovechar esta ocasión. Habrá planteamientos de digitalización para pymes que va a ser muy importante, al igual que de la administración.

Pero para que eso funcione y llegue en plazo, también hay que cambiar bastantes normas de la ley de contratos del estado porque si no, no vamos a llegar. Hay que cambiar temas burocráticos como la gestión de permisos medioambientales, y planteamientos de la ley de subvenciones porque con los trámites habituales nos deja paralizados y no llegaríamos a aprovechar esa oportunidad.