Villena ha añadido que esta práctica, además, permitiría mantener bajos los precios que percibirán los viticultores tras la próxima vendimia a pesar de que la producción será la mitad de la del año pasado y contará con más graduación, lo que debería obligar a pagarles más.

El responsable de Asaja ha comparecido este miércoles ante la prensa acompañado por el secretario regional técnico de la organización, Arturo Serrano. Ha señalado que la maniobra de la mezcla de vinos de distintas añadas es un tema que está siendo muy comentado en estos momentos en que arranca la vendimia, sobre todo entre distribuidores de vino de Francia.

Exigen a la Junta que compruebe la calidad de los stocks de vino de la pasada campaña.

Así, el presidente regional de Asaja demandó por una parte a la Junta que efectúe muestreos de los stocks de vino que quedan de la pasada vendimia, ante la sospecha de que gran parte carecen de la graduación mínima para su venta y embotellado y podrían utilizarse para la mezcla con la nueva añada y así camuflar su mala calidad. Villena recordó que un vino blanco debe contar con un mínimo de 9,5 grados de alcohol, y un tinto 10,5, para ser digno de un embotellado.

Además, apostó porque el Ministerio de Agricultura acepte una propuesta del sector vitivinícola para poner en marcha una norma de estabilidad y trazabilidad, que permitiría detectar el vino de ínfima calidad procedente de la pasada cosecha a fin de retirarlo de la circulación antes de que pueda mezclarse con mostos de mejor graduación de la actual vendimia. Villena expresó su deseo de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, anuncie alguna novedad en este sentido durante su presencia el próximo lunes en el Día del Viticultor de Tomelloso, aunque reconoció la dificultad de que el Gobierno de España pueda aprobarla mientras esté en funciones.

El stock de vino del año pasado puede equivaler a la mitad de lo que se espera producir en la nueva vendimia.

Por su parte, Serrano comentó que en la región existía a comienzos de julio un stock de vino procedente de la vendimia del año pasado de unos 12,5 millones de hectolitros. Si bien se están registrando importantes salidas de este producto en este verano, con el fin de hacer espacio a los mostos de la nueva vendimia, se estima que actualmente pueden quedar almacenados unos 11 millones de hectolitros. Esto equivaldría aproximadante a la mitad del total de vino que se espera de la nueva vendimia en Castilla-La Mancha, entre 19 y 21 millones de hectolitros según los cálculos de Asaja.

En términos de producción pura y dura, Asaja espera que la nueva cosecha apenas suponga el 50 por ciento de lo obtenido en la pasada, cuando se alcanzaron los 42 millones de hectolitros. Pero la comparación se invierte en términos de calidad, ya que la uva de este año contará con más graduación alcohólica que la del año pasado. Así se espera que la uva tenga ahora, por término medio, dos grados más que en 2018.

Villena señaló que ya ha arrancado la recolección de variedades de uva blanca con sauvignon blanc o chardonay, obteniéndose un 40 por ciento menos de fruto en comparación con hace un año. La vendimia irá progresando en las próximas semanas y se espera su finalización hacia mediados de octubre, coincidiendo con la Fiesta del Pilar.