Talento por los cuatro costados del fogón

Leo Cortijo
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Culinaria reconoce el buen hacer de Javier Sanz y Juan Sahuquillo de Cañitas Maite, Rocío Arroyo y Cristina Díaz de Maralba

Juan Sahuquillo y Javier Sanz, responsables del restaurante Cañitas Maite de Casas Ibáñez, premio talento joven. - Foto: Reyes Martínez

Aquellos que más y de mejor manera han obrado por la gastronomía castellano-manchega encuentran su particular salón de la fama gracias a Culinaria. El congreso, que celebra en el Teatro Auditorio José Luis Perales de Cuenca su tercera edición apostando por la tradición y el origen de la cocina más autóctona, sirvió para reconocer una trayectoria como la de Manuel de la Osa, el que fuera la primera Estrella Michelin de Castilla-La Mancha gracias a su buen hacer en el restaurante Las Rejas, en Las Pedroñeras.

La ilusión de la juventud, tan importante para cualquier faceta de la vida, queda perfectamente representada en Javier Sanz y Juan Sahuquillo, los máximos responsables del restaurante Cañitas Maite de Casas Ibáñez. Desde la Manchuela albaceteña saltaron a la constelación de los más grandes gracias a su croqueta de jamón ibérico, premiada como la mejor en Madrid Fusión este mismo año. Culinaria, que les reconoció con el premio al talento joven, es el broche ideal a un año «espectacular». Una recompensa que no se entiende sin «muchísimo trabajo y esfuerzo», subrayan estos insultantemente jóvenes chefs, y es que «hay que buscar las cosas y trabajar por ellas porque no llegan solas». La receta del éxito no es otra –dicen– que «dedicación y trabajo». En definitiva, «vivir por y para ello» sin conformarse nunca con lo que se tiene: «Somos inconformistas y hay que seguir trabajando día a día».

De ese trabajo constante y muchas veces silente sabe bastante Rocío Arroyo, premio al talento femenino. Una apasionada de la repostería que marida a la perfección con la docencia, su otro puntal profesional, y en la que sigue un estilo propio. «Satisfecha» porque se reconozcan «tantos años de esfuerzo y los sueños de toda una carrera», explica entre risas que la «alegría» que siente con este galardón es la que debe sentir un actor o un director de cine cuando se le entrega un Óscar o un Goya.

La repostera y docente Rocío Arroyo, natural de Santa Cruz de Mudela, fue reconocida con el premio al talento femenino.La repostera y docente Rocío Arroyo, natural de Santa Cruz de Mudela, fue reconocida con el premio al talento femenino. - Foto: Reyes Martínez

Rocío no solo irradia felicidad, sino que además la contagia, y eso se debe fundamentalmente a que transmitir a los alumnos lo que más le gusta hacer es motivo más que suficiente para sonreír todos los días. «Me levanto por las mañanas y no siento que vaya a trabajar, sino a disfrutar», comenta orgullosa. Como orgullosa se siente al sacar pecho por todo lo que ha crecido, gastronómicamente hablando, Castilla-La Mancha de un tiempo a esta parte. A su juicio, «nos lo tenemos que creer» porque «tenemos los mejores productos y los mejores cocineros y reposteros». «Estamos en el top ten de la gastronomía y tenemos que ir a por más», concluye.

En esta misma línea se mueve otra de las homenajeadas en la puesta de largo de Culinaria, Cristina Díaz, responsable de sala del restaurante Maralba de Almansa (Albacete), único en la región con dos Estrellas Michelin. Desde hace unos años, Castilla-La Mancha «es otra» en este aspecto, y todavía hay que ir a más, pues «nos hace mucha falta que se conozca aún más lo que es la marca C-LM porque hay tanta gente haciendo tantas cosas bien que es imprescindible llegar a todo el mundo».

Cristina Díaz, responsable de sala del restaurante Maralba de Almansa, fue galardonada por su labor como sumiller.
Cristina Díaz, responsable de sala del restaurante Maralba de Almansa, fue galardonada por su labor como sumiller. - Foto: Reyes Martínez

Reconocida por su labor como la máxima responsable de lo que ocurre más allá de los fogones, Cristina destaca la importancia que cobra el sumiller, porque tan fundamental es comer bien como que te atiendan de la forma correcta: «Si en sala no hay un buen servicio, al final, todo el trabajo que hacen los chefs no se recompensa y no llega al cliente; hay que saber transmitir lo que ellos hacen».