Ya avisó el lunes el vicepresidente de la Junta que en Castilla-La Mancha no se plantean poner más restricciones por el momento. Hoy lo ha recalcado la portavoz del Gobierno, Blanca Fernández: "Pensamos que con la situación epidemiológica de Castilla-La Mancha, no estamos en contexto de plantear un toque de queda". 

Castilla-La Mancha llegó a bajar de los 50 casos por 100.000 habitantes, lo que indica un riesgo bajo, pero en los últimos días ha vuelto a subir la incidencia y ya está en 71. Fernández recalcó, no obstante, que es una tasa que queda muy por debajo de la media nacional. Aunque entiende que haya otras comunidades que puedan pensarse lo de pedir el toque de queda, recuerda que para eso tienen que pedir también el estado de alarma.

Además pide al Ministerio y al conjunto de comunidades autónomas que no solo se fijen en los datos de incidencia, sino en cómo se traducen en hospitalización. Señaló que, por ejemplo, en Castilla-La Mancha la incidencia ha podido subir 21 puntos, pero la hospitalización ha crecido a un ritmo de un paciente más cada día. "La vacunación está siendo muy eficaz, la población más vulnerable está siendo más protegida", expuso.

Fernández insistió en mandar un mensaje de prudencia, pero también destacó que "con las medidas que tenemos aquí es suficiente, la gente está cumpliendo y vamos razonablemente bien".