«Luché mucho para conseguir una pensión de orfandad digna"

J. Monreal
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El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente la subida de la pensión de orfandad a los hijos de víctimas de violencia de género, que pasará de los 140 euros a un mínimo de 600 euros.

«Luché mucho para conseguir una pensión de orfandad digna" - Foto: Reyes MartÁ­nez

La ley aprobada, ha salido adelante gracias a las iniciativas de particulares que, como en el caso de José Antonio Picazo (Villanueva de la Jara, 1972), han luchado por conseguir una pensión  de orfandad digna para los menores víctimas de violencia de género.

¿Cómo y cuándo empezó su lucha para lograr que se reconociera una pensión digna a los huérfanos?

Empecé a moverme y a acudir a organismos, como la Seguridad Social, a la que acudí solicitando una pensión por orfandad. De momento me la denegaron porque argumentaban que mi hermana no tenía 15 años cotizados, razón absurda porque cuando fue asesinada por su pareja, contaba con 40 años. Ante la negativa, me puse en contacto con distintas organizaciones, publicado cartas denunciando lo absurdo de estas leyes. Los grandes perjudicados son los menores que quedan huérfanos, porque resulta incongruente que se tenga en cuenta a las víctimas de terrorismo y se olviden por completo de los menores víctimas de violencia de género.

 ¿Se puso en contacto con los partidos políticos?

Mantuve contacto con políticos, de todos los signos y colores, pero poco a poco me fui desencantando porque percibía que los políticos lo único que buscan es rentabilidad para sus formaciones, pero la realidad es que no hacen mucho por solucionar el problema. Es penoso, pero es la realidad, que los políticos sólo busquen publicidad y aprovechen  estos temas tan dolorosos para hacerse propaganda electoral. Por parte de los partidos recibes buenas palabras, alguna que otra orientación, pero poco más; nada concreto y te das cuenta de que en realidad les importa poco tu problema. Por eso decidí ir por libre y luchar por mi cuenta sin recurrir a ninguno de ellos.

¿Cuánto tiempo ha pasado  hasta ver aprobada la ley?

En 2013 se inició todo, y un año más tarde empiezo a moverme y a informarme sobre lo que se puede hacer, donde recurrir. Lo primero que hice, al denegarme la pensión la Seguridad Social, fue volverla a solicitar y recibo la misma  respuesta negativa. A partir de ahí decido denunciar a la Seguridad Social, hasta que hace dos años sale el juicio en el que le dan la razón a mis sobrinos, aunque la sentencia está recurrida. Al menos conseguimos que se les aumentara la pensión de orfandad, porque hasta febrero del año pasado percibían 70 euros trimestrales, en concepto de hijo a cargo, cuyo titular era mi madre que ejerce como tutora de los  dos huérfanos menores.

¿Mantuvo contactos con asociaciones a nivel nacional?

Me puse en contacto con diversos colectivos para informarme bien de los paso que había que dar y compartir experiencias. Lo que sí encontré fue apoyo, pero también dificultades, porque en un asunto tan complejo y tan brutal como la violencia de genero, lo que no es comprensible es que no haya un criterio único y que cada comunidad vaya por libre. Afortunadamente en Castilla-La Mancha estamos mejor que en otras comunidades, pero lo que seguimos pidiendo es que haya unidad en estos temas y que la legislación sea la misma para todos.  Una vez que hemos conseguido que se conceda un pensión para los menores, falta mucho por conseguir porque hay otros casos que no se contemplan, como por ejemplo el de un hombre o una mujer que mata a sus hijos por vengarse de su pareja. Es un tema muy complejo y con muchos matices, y por esos es por lo que reivindicamos un criterio único, simplemente aplicando el sentido común y teniendo en cuenta las circunstancias de cada caso.

 ¿La equiparación con las víctimas del terrorismo sería la solución para la violencia de género?  

Sería una buena solución. Ya existe una ley que regula las ayudas a las víctimas del terrorismo, y sería oportuno equipararlas a las de violencia de género que, en definitiva, no deja de ser un terrorismo en el seno de la familia. Además, el terrorismo cada vez ha ido a menos, afortunadamente, pero con la violencia de género día a día aparecen casos nuevos. En 2013 se comenzaron a contabilizar los niños y niñas víctimas de violencia de género y desde entonces,  221 han quedado huérfanos y 25 menores de edad han sido asesinados, o bien por las parejas de sus madres o, en el caso de chicas jóvenes, por su propia pareja. 2018 cerró con un total de 39 huérfanos por el asesinato de 47 mujeres a manos de sus parejas o exparejas. En 2019 ya   se contabilizan ocho huérfanos en los nueve asesinatos de mujeres.

¿Pensó en algún momento en abandonar su lucha ante tantas trabas? 

Nunca di la batalla por perdida, por muy mal que estuvieran las cosas. Mi lucha era por algo que consideraba y considero justo y por eso puse todo mi empeño en ir hacia adelante y no dejar ni un solo día sin pelear. Momentos de ánimo ha habido muchos porque la situación familiar que se vive en estos casos condiciona, pero debes mirar al futuro y luchar por los menores que han quedado indefensos. Ese es el principal motivo al que me agarraba para luchar y seguir en este camino.

¿Le hubiera gustado poder dirigirse a los grupos políticos en el parlamento? 

No he tenido oportunidad de hacerlo, pero si me hubiera gustado hacer lo que hizo otra persona en similares circunstancias. Lo que sí les digo a los políticos es que piensen menos en sí mismos y más en la sociedad a la que se deben porque para eso los hemos elegido, para que solucionen los problemas. Les pediría que actuaran con sentido común, que vivan la realidad y que legislen desde la cordura y la sensibilidad y no de forma genérica sin mirar las particularidades de cada caso.

¿Considera que son suficientes las medidas de prevención?

Esa es otra de las cuestiones que no se han pensado suficientemente. Da igual que se contemple que cuando el asesino salga a la calle, no pueda acercarse a las víctimas a menos de 500 metros. El sistema, por desgracias, contempla más ventajas para el delincuente que para las víctimas. Las medidas de prevención son papel mojado. Claro ejemplo es el caso de mi hermana, en el que el asesino confesó su crimen, y asún así se tarde dos años en celebrar el juicio, con los doloroso que resulta todo este proceso en el que no pueden desconectar ni un solo momento. Puede sonar duro, pero pienso que en casos como el que me afectó, el asesino de violencia de género,  de momento debía tener una pena de 25 años como mínimo.

¿También habría que revisar el sistema judicial? 

Por supuesto que es uno de los temas de mayor debate y que habría que mejorar desde la base, porque   quienes más derechos tienen son los asesinos y los más  perjudicados las víctimas. Otro aspecto que se debía mejorar es de del tiempo de condena de los asesinos, porque en el caso de mi hermana, la sentencia dictó 15 años por homicidio, ni siquiera por asesinato. Y por si fuera poco, a esos quince años de condena se le restan dos años por haber pagado una indemnización, que la justicia contempla como reparación de daño. ¿No les da vergüenza a los políticos que exista esta ley tan absurda?.

¿Ha pensado en algún momento dedicarse a la política? 

No es algo que me haya interesado nunca.  De hecho, el día que vea que el sistema cambia y que se favorece a los ciudadanos, tal vez me decida a entrar en el terreno político, pero mientras tanto, y conforme están las cosas, no merece la pena porque volvería a  caer en los mismos errores que critico. De momento, sigo como estoy.

¿Siente reconocida su labor al conseguir la mejor de la pensión de orfandad para los menores?  

Jamás he buscado el reconocimiento de nadie ni es algo que haya buscado. Mi lucha ha sido por una causa que creía justa y al final lo hemos logrado. Me doy por satisfecho con los que hemos conseguido y sí he recibido alguna que otra felicitación, pero  lo que mayor satisfacción me produciría es saber que los políticos tomen conciencia del grave problema, que no  se pongan medallas y que actúen desde el conocimiento y el sentido común. Con eso es suficiente.