La sangría de Ciudadanos continúa sin taponarse

Agencias - SPC
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La formación naranja sufre nuevas bajas por el acuerdo con Sánchez para prolongar el estado de alarma y por el resultado de la Asamblea General que llevó a Inés Arrimadas al liderazgo

La sangría de Ciudadanos continúa sin taponarse - Foto: J.J. Guillen

La sangría de Ciudadanos arrancó después de las primeras elecciones de 2019. Las de abril. La negativa de Albert Rivera a facilitar la investidura del socialista Pedro Sánchez supuso un terremoto en la formación naranja que aún no ha acabado. Poco queda de una formación que apuntaba, incluso, al poder. Al menos, según las encuestas, aquellos que mimaron siempre a los naranjas hasta que arrancó la travesía en el desierto que aún sigue. Los días pasados, de hecho, Cs ha sufrido varias bajas de dirigentes y nombres históricos. En unos casos, las bajas han llegado por su malestar con el resultado de la Asamblea General del partido y, en otros, por el acuerdo que la presidenta de la formación, Inés Arrimadas, alcanzó con el Gobierno de Pedro Sánchez para mantener 15 días más el estado de alarma.

En este último reguero de salidas, el primero que anunció que se iba fue el portavoz de Cs en la Diputación de Málaga y concejal en el Ayuntamiento de la capital, Juan Cassá, uno de los cargos públicos con una trayectoria más larga en la formación naranja. Una salida que deja en el aire el poder en la capital de la Costa del Sol, ya que el popular Francisco de la Torre podría perder la Alcaldía si Cassá, adscrito ahora al Grupo Mixto, decide retirarle su apoyo. «Ciudadanos comienza una nueva etapa y considero que ha terminado un ciclo para mí», explicó, tras señalar que ya no están los líderes que había en los comienzos del partido y tampoco los mismos «planteamientos y principios». Comunicó su baja un día después de que concluyera la V Asamblea General de Cs, que simbolizó el paso de la etapa de Albert Rivera a otra liderada por Arrimadas y dio lugar a unos nuevos Estatutos y una nueva estrategia política. En este cónclave, el sector crítico quedó fuera del Consejo General y tampoco se aceptaron sus propuestas sobre el modelo de partido y la estrategia.

Apenas 24 horas después, abandonó la formación Miguel Garaulet, que perdió su escaño en el Congreso por Murcia en las elecciones generales de noviembre -cuando pasaron de 57 diputados a 10- y que se había posicionado a favor de la corriente crítica que lideraba el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, que perdió ante Arrimadas. El exdiputado declaró que no le gusta la «deriva» de los naranajas con la aprobación de los nuevos Estatutos y que no estaba de acuerdo con algunas decisiones que se tomaron, particularmente en su región.

Manuel Maseda y Miguel Carballal, compromisarios gallegos que habían sido elegidos para la Asamblea del partido, también anunciaron su marcha, manifestando sus discrepancias con la dirección autonómica. 

Desde los inicios

Asimismo, el exportavoz en el Congreso Juan Carlos Girauta y la exportavoz en el Ayuntamiento de Barcelona Carina Mejías, que formaron parte de la Ejecutiva nacional de Ciudadanos y estaban en el partido desde los inicios en Cataluña, tomaron  la misma decisión de abandonar su militancia, pero, en su caso, por motivos muy diferentes a sus compañeros.

Girauta expresó su decepción con la dirección de Arrimadas por el pacto alcanzado con Sánchez, ya que, en su opinión, esto supone convertir al partido naranja en «una bisagra». Según subrayó, lo que habría que haber hecho era votar «con las dos manos» en contra del estado de alarma para rechazar la «inclinación autoritaria» del Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos.

En la misma línea, Mejías criticó la «inconsistencia» del acuerdo suscrito con el Gobierno, por el cual el Ejecutivo deberá ir planificando una «salida ordenada» de este escenario. Considera que este era un momento para que Cs se presentase «como la alternativa», no para actuar como «el salvavidas de un Gobierno que no merece el más mínimo crédito».

Pérdida de afiliados

Por otro lado, y de acuerdo con  los datos difundidos por la formación naranja durante la Asamblea General, el máximo número de afiliados se alcanzó coincidiendo con las elecciones de abril de 2019, cuando llegaron a los 33.938, pero después fue perdiendo militantes hasta quedarse con 27.402 a principios de 2020, unos 6.500 menos.