Cuenta atrás para localizar a las víctimas de Pajaroncillo

Jonatan López
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Los trabajos de geolocalización de la fosa común en el cementerio de la localidad, en la que permanecen los restos mortales de 48 personas fallecidas durante la Guerra Civil Española, se inician en apenas unas semanas

Cuenta atrás para localizar a las víctimas de Pajaroncillo

Las tareas para geolocalizar y delimitar la fosa de Pajaroncillo, que alberga los restos mortales de 48 heridos en la batalla y fallecidos durante la Guerra Civil Española, arrancarán finalmente en septiembre. En unas pocas semanas se iniciarán unos trabajos que deberían haberse llevado a cabo en abril pero que, por varias circunstancias, han tenido que demorarse. 

Así lo confirma Francisco Cantero, el portavoz de la asociación de familiares del medio centenar de personas que permanecen desde el conflicto en esta fosa común ubicada en el interior del cementerio. Cantero confirma que los trabajos de delimitación debían haberse iniciado en la primavera, pero el uso del georadar no ha podido iniciarse en la fecha prevista y, finalmente, el «forense nos dijo que en septiembre empezarían a hacer la revisión». 

Esta fase, la primera que se efectuaría de cara a exhumar posteriormente los restos, es posible gracias a una ayuda de 14.000 euros que concedió la Dirección General de Memoria Democrática a la asociación La Gavilla Verde de Santa Cruz de Moya. No obstante, se esperan nuevas subvenciones en el futuro próximo para poder llevar a cabo una segunda fase que consistiría en desenterrar los 48 cuerpos y una tercera dedicada a la identificación de los cadáveres y al estudio de muestras de ADN de sus familiares. «En principio, este año parece ser que solo se hará la localización de georadar», expone Cantero, quien recuerda que el laboratorio de arqueología funeraria Paleolab de Valencia es el equipo forense encargado.

Cierto es que el arranque de la exhumación no se ha podido iniciar en el tiempo previsto, pero el portavoz espera y desea que septiembre sea el mes clave para poder delimitar el espacio exacto en el que se ubican las víctimas, ya que «a partir de ese mes en Cuenca ya hace frío, llueve o incluso puede nevar. En la primavera hubiese sido fantástico, pero no ha podido ser». Mientras tanto, asegura, «a todos los familiares les comunicó y les doy esperanzas. No ha podido ser antes, pero será en septiembre. Ellos están esperando acontecimientos».

Los restos. La Gavilla Verde, colectivo que percibe la ayuda para poder iniciar la geolocalización, desveló en julio pasado que las tareas se centrarían en la investigación sobre el terreno de búsqueda y localización «de una o varias fosas comunes en el interior del cementerio» de la localidad. «Se pretende localizar mediante técnicas arqueológicas la ubicación de la fosa, de acuerdo con el protocolo de actuación de víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura (2011)», comunicó la asociación, que también expuso que Paleolab «es un grupo de investigación constituido por personal interdisciplinar autónomo y que desde hace muchos años viene prestando sus servicios profesionales a La Gavilla Verde».

La quinta ola de la pandemia ha provocado el retraso de las tareas, pero La Gavilla Verde afirma que Paleolab dispondrá de «tiempo suficiente para la prospección con georadar y los sondeos de búsqueda». Además, y para acelerar en la medida de lo posible la comparativa entre los cuerpos allí enterrados y los familiares que aún viven, se enviará un kit de auto-toma de muestra de ADN a las familias para su posterior cotejo.