Un paso al frente

Leo Cortijo
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Izan Alonso, que a sus ocho años guarda un torero dentro de sí, toreará por primera vez en su vida animales bravos gracias a la oportunidad que le brinda el ganadero Luis Rodríguez

Un paso al frente

Llega la hora de aplicar la teoría a la práctica. Izan Alonso, que a sus ocho años guarda un incipiente torero dentro de sí, va a dar un paso «importantísimo» en su vida. Luis Rodríguez, un aficionado de origen jienense pero afincando en Valencia y que está emprendiendo el camino de ser ganadero, le va a abrir las puertas de su casa para tentar algunas becerras. El objetivo fundamental es que Izan suba un escalón en su formación, empiece a coger tablas delante de los animales y desarrolle su técnica. Todo, «yendo por el camino correcto, sin precipitar las cosas y pasito a pasito», comenta este particular mecenas taurino que, no obstante, ha visto «algo especial» en el precoz torero. «Tiene unas maneras y un concepto del toreo muy avanzado para la edad que tiene», apunta.

Izan y su padre Víctor están entusiasmados con el ofrecimiento. Contactó con ellos a raíz de verle torear de salón en vídeos subidos a las redes sociales. Han llegado a conocerse en persona, y es que Luis se desplazó desde Valencia para conocer las intenciones del niño y, de paso, regalarle una ayuda y una toalla personalizadas. «Quise saber cuándo había empezado su afición por los toros y vi que lo tenía muy claro», destaca. Es más, él, que hizo sus pinitos de joven, «me vi reflejado en Izan y consideré que debía echarle un cable». Dicho y hecho. A finales de este mes llegará el momento de la verdad. «Lo primero es afianzar sus conceptos teóricos y a partir de ahí trabajar con él muy despacito y con buena letra», argumenta. Luis reconoce que una de las cosas que más le llamó la atención de Izan es que «todo lo que sabe lo ha aprendido por su cuenta».

Algo que también destaca su padre, que le ve «preparado» para asumir esta responsabilidad. El jovencísimo torero se encuentra «muy ilusionado y contento» y está «deseando» de que llegue el momento. «He entrenado mucho, desde los tres o cuatro años, esperando una oportunidad así», señala con seguridad. Aunque hay «algunos nervios», está convencido del paso que va a dar: «Cuando le dé el primer pase a la becerreta se me pasarán». Es tajante al respecto: «No tengo ninguna duda; yo confío en mi».

Izan, Víctor y Luis coinciden en que éste es «un paso al frente» que ha llegado la hora de dar. Teniendo siempre los pies en la tierra, eso sí. «Prisas no hay que tener ninguna y más a esta edad, porque si lo precipitas todo puedes terminar con ese sueño», comenta acertadamente el ganadero. Y así, Izan sabrá lo que es torear un animal bravo por primera vez en su vida. Que siga el sueño...