Advierten de un mayor deterioro funcional entre mayores

Hilario L. Muñoz
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La Sociedad de Medicina Geriátrica señala que aumentará la demanda sanitaria de los mayores por el aislamiento y el menor cuidado a algunas enfermedades crónicas

Se denomina la ‘cuarta fase de la pandemia’, cuando afloran efectos que ya no causa el virus directamente - Foto: Rueda Villaverde

Los geriatras prevén un incremento de la carga asistencial para tratar el deterioro que ha habido entre los mayores por el confinamiento, el aislamiento y el menor cuidado de las enfermedades crónicas. Se trata de un hecho que se ha visto a lo largo de la historia en otras crisis sanitarias, la última vez fue durante la epidemia de gripe española, que en su final tuvo una morbilidad, por otras enfermedades. 

«Los mayores son más susceptibles a cualquier tipo de enfermedad y de infección», explicó la secretaria de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (Semeg) y geriatra en el hospital de Ciudad Real, Virginia Mazoteras. Por este motivo, desde este verano ha habido un incremento de la atención en este centro hospitalario, ya no por el COVID, sino porque hay situación de «deterioro funcional» en la que están los mayores, que no realizan, por ejemplo, actividades diarias que antes de la pandemia venían realizando. «Hay trastornos depresivos, cónyuges fallecidos o deterioros cognitivos que han avanzado de forma rápida, desnutriciones» son las atenciones que se están viviendo. 

Se trata de la llamada cuarta fase de la pandemia. La primera es el inicio con una mortalidad elevada y aguda y el efecto rápido de la virulencia del coronavirus; la segunda es la meseta, cuando la infección afecta sobre todo a los pacientes que están más frágiles y la mortalidad entra en meseta; la tercera es el momento en que el virus llega a aquellos que tienen otras enfermedades o mayor edad; y por último, el momento actual, cuando lo que afecta ya no es el virus de forma directa sino «todo lo que ha conllevado esa enfermedad». En este caso los meses de «aislamiento» con deterioro físico y de ánimo. «Nuestros pacientes se han visto solos» y esto conlleva «una fragilidad social». 

Este incremento de la atención sanitaria se ha notado ya este verano en centros hospitalarios y prevén «un largo invierno», ya que faltan por llegar las patologías asociadas al frío, como las respiratorias, y que se verán incrementadas con el menor uso de las mascarillas. «Nos quedan bastantes meses sobrecargados», afirmó Mazoteras. Con todo, la Semeg indicó que es necesario que los pacientes «socialicen, pero con medidas como la mascarilla y el lavabo de manos», ya que para que haya un envejecimiento activo hay que «moverse y hacer un ejercicio físico». 

Sobre la tercera dosis es clave la inmunosenescencia entre los mayores, porque existe una alteración del sistema inmunológico, que conlleva un efecto menor a la vacuna. Eso sí la Semeg recuerda que la vacunación ha sido clave para la quinta ola, «sin ella el escenario habría sido peor que en la primera», porque ha habido menos ingresos.