Buenache de Alarcón recibe el cuadro de la infancia de Jesús

Redacción
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El presidente de la Diputación en funciones asistió al acto de entrega que tuvo lugar en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol

Buenache de Alarcón recibe el cuadro de la infancia de Jesús

El pueblo de Buenache de Alarcón ha recibido este lunes por la tarde en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol el cuadro de la infancia de Jesús, tras ser restaurado por la Diputación de Cuenca. Una cita muy especial a la que no ha querido faltar el presidente de la institución provincial, Benjamín Prieto, quien, junto al concejal de Cultura, Domingo Terencio, el párroco del municipio, José María Martínez Cardete, y dos técnicos del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Diputación, no ha dudado en mostrar su satisfacción por el resultado final de estos nueve meses de trabajo, que, según ha recordado, fue la imagen elegida por la institución provincial para felicitar las últimas fiestas navideñas.

En este sentido, Prieto ha llamado la atención sobre la importancia de recuperar nuestro patrimonio artístico, porque al fin y al cabo forma parte de la historia de un pueblo, de sus raíces y siempre está muy presente en el sentir de los vecinos, sin olvidar, por supuesto, el atractivo que conlleva para el visitante.

No ha podido olvidar en su intervención al anterior párroco, Antonio Chicote, fallecido hace unos meses, asegurando que la restauración de esta obra bien puede servir de especial homenaje a su persona, sobre todo, por su empeño e ilusión en la recuperación de este bello cuadro del siglo XVII, así como en la conservación y puesta en valor de la iglesia parroquial, declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

No es de extrañar, en consecuencia, que invitara a los numerosos allí presentes a seguir cuidando el patrimonio histórico-artístico de su pueblo con el fin de que las generaciones venideras puedan conocerlo y, ante todo, disfrutarlo.

Restauración

Los técnicos del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales han dado algunos detalles tanto del estado de conservación de esta impresionante obra pictórica como de la restauración acometida desde que en el mes agosto del pasado año llegara a las instalaciones de la Diputación. Y es que este cuadro presentaba algunas pérdidas en la capa de pintura, que se encontraba muy craquelada, además de la oxidación del barniz, el oscurecimiento de la obra y los depósitos de suciedad superficial.

La restauración, por lo tanto, de este lienzo de 2,81 de alto y 1,38 de ancho ha conllevado, tal y como ha explicado, desde la realización de los estudios previos —fotografiado y estudio con radiación UV—, el desmontaje del lienzo del marco y el bastidor y la elaboración de un bastidor nuevo hasta la desinfección del marco original introduciéndolo en una cámara de anoxia, la limpieza de la trasera del lienzo y la colocación de bandas perimetrales de lienzo para volver a tensar la pintura.

A estos trabajos y ante el grave problema de levantamiento de la policromía, se han sumado otros de protección del lienzo con papel japonés para así acometer el sentado de la policromía y, seguidamente, retirar el barniz antiguo, totalmente oxidado, y la suciedad depositada en la superficie. Pasos que posteriormente han llevado consigo la restitución de las pérdidas de pintura con técnicas de estucado y reintegración y el correspondiente barnizado de consolidación.

La obra

Los restauradores creen que este cuadro se puede datar entre los años 1650 y 1690, perteneciendo, por lo tanto, al barroco. Representa una estructura arquitectónica compleja, que denota un alto nivel de perspectiva y dibujo, lo que invita a pensar que podría tratarse de un autor perteneciente al ámbito de alguna academia o taller de un pintor importante, del estilo, por ejemplo, de los valencianos Vicente Giner o Vicente Salvador, especializados en dibujos con arquitecturas y la inclusión de varias escenas con múltiples personajes.

En este caso concreto, está representados tres momentos de la infancia de Jesús —la adoración de los Reyes Magos, la circuncisión o presentación en el templo y la adoración de los pastores— y una cuarta escena que podría corresponder al Sueño de Jacob con la escalera hacia el Cielo por la que suben y bajan los ángeles.

Una obra, por lo tanto, de cierta relevancia artística que, tal y como ha remarcado Prieto, ya pueden disfrutar los buenacheros en una de las capillas de su iglesia parroquial. Templo que, según ha recordado, ya ha sido objeto de varias intervenciones por parte de la Diputación, a través del convenio con el Obispado y, de hecho, este año se va a actuar una vez más. Obras, a su juicio, más que necesarias, por lo que espera que la nueva Corporación de la Diputación tenga especial sensibilidad sobre esta cuestión y continúe trabajando por la recuperación de este rico patrimonio.