Hombre de club

Leo Cortijo
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Carlos Ruiz Massó es periodista por encima de todo, pero en el equipo de balonmano de Cuenca arrima el hombro siempre que puede. Un 'todoterreno' por amor a unos colores...

Hombre de club - Foto: Reyes Martí­nez

Ante todo y por encima de cualquier otra cosa, Carlos es periodista. Ahora bien, sus cometidos en el equipo de balonmano de Cuenca, que entusiasma a propios y extraños, son muchos y muy variados. Trabaja como jefe de prensa, forma parte de la junta directiva, es speaker cuando el equipo juega en El Sargal, narra para la radio del club los partidos de fuera, comenta algunos encuentros con Manuel Noeda para la televisión regional... Y además de todo esto, siempre está disponible para lo que haga falta.

Por eso, cuando se le pregunta por su rol dentro del organigrama, esgrime una sonrisa antes de reconocer que es «un hombre de club». «Solo intento ayudar al equipo de balonmano de la provincia... doy todo lo que puedo», recalca. Aunque él también recibe del balonmano. No solo en alegrías en forma de victorias, sino porque «una de las cosas por las que más se me conoce es por mi relación con el equipo».

Carlos, «nacionalizado en Carrascosa de Haro y adoptado en Cuenca», forma parte de la primera promoción de periodistas de la Facultad de Comunicación de la ciudad. Al cobijo de esas aulas nació El deporte conquense, un proyecto personal en el que se embarcó junto a otros compañeros de carrera. Unir el periodismo y el deporte siempre había sido una de sus grandes ilusiones. Los inicios del portal fueron «complicados» porque «tienes que transmitir a la gente que es un proyecto serio y no un blog que va a durar dos días».

Con mucho trabajo y constancia, «las cosas nos han ido bien», destaca, y aunque ahora mismo se encuentra en un «periodo algo extraño» por el Covid, es un medio «respaldado» por los conquenses. Entre otras cosas, porque da un espacio privilegiado a todos esos deportes y deportistas que en otros medios no especializados se cubren de pasada o, directamente, ni se cubren. Carlos está «satisfecho». Antes de empezar a andar «hubiésemos firmado estar donde estamos», sentencia al respecto.

Una parte muy importante de las visitas de la web llegan a través de las informaciones de balonmano. En esta ‘nueva normalidad’, incluso, con mayor hincapié si cabe, «porque los seguidores no lo pueden ver en directo» por las medidas sanitarias de la pandemia.

¿Y qué tiene el balonmano en esta ciudad para que tenga este tirón? Carlos cree que son varios los factores que confluyen al mismo tiempo para apuntalar esta idea. Desde los resultados deportivos, «porque no es lo mismo luchar por estar arriba y en Europa que luchar por no descender», hasta el «ambiente» que se vive en este deporte, empezando por la olla a presión que es El Sargal: «Los partidos se viven antes, durante y después».

Carlos, que tiene palabras de admiración para todos los que forman esta «gran familia», sin excepción, destaca el papel de dos tótems por encima del resto: el presidente, Isidoro Gómez Cavero, y el entrenador, Lidio Jiménez. Con éste último su relación es muy estrecha, aunque no solo por eso destaca su enorme papel en la parte técnica: «El equipo ha evolucionado de la mano de Lidio, ha sido capaz de hacer un bloque competitivo y a su lado muchos jugadores se han hecho grandes», dice.

Este «hombre de club» es feliz haciendo lo que hace. Unir sus dos pasiones, deporte y periodismo, –y más si hay balonmano de por medio–, solo le ha reportado alegrías y buenos recuerdos. Como la Copa del Rey en Alicante hace dos años. «Las lágrimas de emoción en aficionados, jugadores y gente del club no se van a olvidar jamás»... Es historia del deporte conquense.