Nazarenos en casa

José Luis Royo
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Dos conocidos nazarenos cuentan cómo se lleva una Semana Santa marcada por la pandemia

Rafale Redondo. - Foto: Reyes Martínez

Rafael Redondo, jefe de banceros del Cristo de la Luz

«Son días muy duros porque echas de menos todo»

 

Fue pregonero en 2016 y es el jefe de banceros del Santísimo Cristo de la Luz. No recuerda haberse perdido ninguna Semana Santa hasta que llegó la pandemia y reconoce que lo pasa muy mal en estos días.

Al no haber Semana Santa, ¿qué hace en estros días?

Si fuesen días normales habría estado arreglando horquillas, trabajando para muchas hermandades. Ahora estoy triste, muy triste, aguantándome. Me entretengo viendo vídeos de Semana Santa. Lo llevo muy mal porque echas de menos todo, cuando llegan estas fechas se te va la moral abajo.

Charly Pontones.Charly Pontones. - Foto: Reyes MartínezAl menos este año se podrán visitar los pasos en sus templos.

Sirve para matar el gusanillo, pero a ver un paso puedes ir cualquier día del año. Llevo saliendo en la procesión desde que tengo tres años y tengo 62, me gusta estar con mis imágenes en las calles, comerme el bocadillo con mis amigos en la Plaza Mayor, estar con los hermanos y comentar todo. Eso, por desgracia no vuelve.

¿Es igual esta suspensión que cuando no sale una procesión por lluvia?

No es lo mismo, cuando llueve te vistes, vas a la iglesia y si sigue lloviendo, te cabreas, lloras y te vas a casa porque ha llovido, pero esto es algo que nadie esperaba. Estoy es muy duro.

Usted fue pregonero en 2016, ¿cómo lleva que no haya ningún acto?

Ver que el año pasado se nombró pregonero y que no pudo hacer el pregón y este año tampoco, pues yo que he pasado por ahí imagino que tendrá la moral por los suelos porque es muy triste. No poder ir a la Virgen de las Angustias, que llevo yendo desde pequeño, ni al pregón de la Semana Santa o salir el Miércoles ni el Viernes Santo es muy duro.

 

Charly Pontones, secretarui de La Borriquilla

«Esto es duro, pero sé que vamos a salir reforzados»

 

Su pasión es la Semana Santa y es una de las caras más conocidas de Cuenca. Como buen nazareno pertenece a varias hermandades y está acostumbrado a salir prácticamente todos los días de la Semana de Pasión, por eso ahora se resigna y reconoce que sufre por no poder sacar a sus pasos en procesión, pero sabe que esto es por el bien común.

En condiciones normales, ¿qué estaría haciendo estos días?

Pues ya estaríamos con los nervios, preparando los últimos retoques, pero con esta situación los nervios se han templado, pero tengo mucha ilusión por volver a sentir esos nervios en el estómago. Es un poco triste, pero con resignación sabiendo que se hace para que todo el mundo esté bien y que todo esto mejore.

¿Y cómo lo lleva?

El 80% de los nazarenos de Cuenca es de más hermandades y lo que intentamos hacer los fines de semana, sobre todo las hermandades que estamos ubicadas en la iglesia de El Salvador, es facilitar que los hermanos puedan visitar a sus imágenes fuera de sus altares, lo más cerca posible ya que no se puede salir en procesión. De todas formas, da igual que estemos confinados o podamos salir a la calle, pero al no poder sacar los pasos, el nazareno sufre igual porque el fin de una hermandad es salir con sus pasos a la calle y eso lo sufrimos un poco en silencio.

Está acostumbrado a salir todos los días en procesión, ¿cómo va a llevar esos días?

La procesión va por dentro, en los días de Semana Santa intentaré subir a los templos donde están las imágenes para poder estar con ellos un momento y expresar lo que llevo en el corazón. Esto es duro, pero creo que vamos a salir más reforzados. Creo que va ser un resurgir de nuestra Semana Santa.