El sector de la automoción no consigue despegar a pesar de la mejora progresiva de buena parte de los indicadores macroeconómicos, derivada de la positiva evolución de crisis. A los efectos de la pandemia hay que añadir la incertidumbre que vive un sector en pleno proceso de transformación, con el  objetivo de establecer un parque de vehículos más sostenible recogido en la Agenda 2030 y con una escasez de suministros que ha hecho cerrar algunas factorías de forma temporal.

La bajada de matriculaciones, generalizada en todo el país, es evidente en el caso de la provincia conquense, donde se produce la mayor caída acumulada en lo que va de año de la región, según los datos del mes de septiembre facilitados por la patronal que integra asociaciones de concesionarios de las marcas (Faconauto).

Las matriculaciones de turismos y todo terreno el pasado mes en Cuenca ascendieron a 122 unidades, un 31,8% menos de las contabilizadas en el mismo período de 2020 (179). De esas ventas 83 lo fueron a particulares (un 38,5% menos) y 39 a empresas (-11,36%). Los datos del acumulado del año desvelan que en la provincia la cifra de matriculaciones se sitúa en 1.088, cuando por esas mismas fechas de 2020 se registraban 1.211 (de las que 817 fueron a particulares), es decir se constata una variación negativa del 10,16%, el peor dato de Castilla-La Mancha, que en conjunto experimenta un ligero repunte del 6,8% gracias al importante incremento registrado en la provincia de Albacete (un 40%) y en Toledo (3,9%).

En cuanto al tipo de turismo esos datos reflejan un aumento del porcentaje del número de vehículos híbridos respecto al total, un 25,4%, traducido en una treintena de matriculaciones, que, sumadas a los 12 eléctricos y a los tres de gas, dan un total de 46 matriculaciones, el 37% de las operaciones. El porcentaje de este tipo de vehículos fue un punto superior a nivel regional en septiembre, ya que de las 1.772 matriculaciones las de gasolina y diésel sumaron un 62%.