El georadar revela la existencia de una fosa en Pajaroncillo

Jonatan López
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Las prospecciones de los forenses del Grupo Paleolab confirman un movimiento de tierras bajo una de la tramadas de nichos del camposanto, que se construyó en la década de los 60

El georadar revela la existencia de una fosa en Pajaroncillo

Las prospecciones del georadar llevadas a cabo por el Grupo Paleolab en el cementerio de Pajaroncillo en septiembre confirman que en la zona de entrada del cementerio, junto a la tramada de nichos, «hay una área susceptible de corresponder a una fosa, aunque parece que gran parte de los posibles restos pudieran estar debajo de la construcción de los nichos», explica en un informe el forense encargado del estudio, que añade que el siguiente paso consiste en un sondeo mecánico de la zona con una máquina. Si bien «la posibilidad de que gran parte de la fosa esté bajo los nichos es alta».

Esas son las primeras conclusiones realizadas del estudio, elaborado gracias a los 14.000 euros que la Dirección General de Memoria Democrática concedió a La Gavilla Verde de Santa Cruz de Moya, que gestiona los estudios para poder localizar los restos mortales de 48 heridos durante la Guerra Civil Española y que en su mayoría provenían del cercano hospital de El Cañizar. 

Familiares. Francisco Cantero,  portavoz de la asociación de familiares del medio centenar de personas que permanecen en la fosa desde el conflicto, confirma que hay que esperar a que las nuevas tareas de prospección corroboren las primeras hipótesis. Posteriormente, se espera que otra subvención permita que en 2022 se efectúen las primeras tareas de exhumación de los restos mortales. 

No obstante, observa el portavoz que una vecina de la localidad se ha puesto en contacto con el colectivo para comunicarles que en los años 60 ya llevaban flores hasta ese espacio situado a la derecha de la entrada al camposanto. «En su día, le dijeron dónde estaba su familiar enterrado, más o menos, y también le trasladaron que habían otras tumbas junto a la tapia. Curiosamente, donde años después construyeron los nichos». 

Aquella familia acudía año tras año a depositar flores donde presumiblemente se hallaba la fosa y los restos de su abuelo, delimitados por cuatro piedras. Un buen día, a finales de aquella década, se encontraron los nichos construidos sobre el terreno y las piedras colocadas junto a la tapia. 

Sin embargo, y si finalmente se corrobora que los restos mortales de las 48 personas están bajo los nichos, los familiares «quieren que los trabajos continúen y el Gobierno de España tramite el proyecto para rescatarlos a todos. Estén donde estén», dice Cantero, que avanza que ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de la localidad para conocer en qué momento se iniciaron las obras de los nichos. 

ARCHIVADO EN: Construcción, España