Quitando el Sescam no hay consejería que supere en partida el dinero que se va a pagar año tras año la deuda de Castilla-La Mancha. En 2021 habrá que destinar 2.579,3 millones de euros, que al menos son 25,7 menos que en 2020 (una reducción del 1%). La mayor parte va a la amortización de deuda contraída anteriormente. Es más, el gasto que hay que hacer en intereses se cifra en 163,3 millones de euros y ha caído más (en 48,1 millones). Supone una bajada del 22,8% en un año.
El consejero de Hacienda lo califica como una reducción «importantísima» y lo atribuye a la política de refinanciación de préstamos de la Junta. En cuanto al gasto en deuda, Ruiz Molina reconoció que le gustaría poder deshacerse antes de esta carga. «No estamos amortizando al ritmo que nos gustaría», expuso. De nuevo comentó que lo que están haciendo es refinanciando.
El consejero explicó que las comunidades autónomas tienen sus limitaciones. Señaló que recurren al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), que facilita el Estado, pues tienen más difícil el acceso a los mercados, lo que les permitiría ir a más largo plazo. Ruiz Molina no oculta que los niveles de endeudamiento de la Junta, que se dispararon durante la anterior crisis son «astronómicos» y por eso, aunque este año puede incurrir en déficit, considera prudente no pasarse del 1,1% del PIB.
«En Castilla-La Mancha no se van a subir los impuestos».
«En Castilla-La Mancha no se van a subir los impuestos». Lo ha repetido hoy el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina. Y ahora que ha presentado los presupuestos de 2021 se puede hacer hasta la prueba del algodón. El caso es que ya lo había avanzado durante la presentación del techo de gasto y durante su aprobación en las Cortes regionales.
El consejero indicó que los ingresos por impuestos van a reducirse un 5,8%, en consonancia con la caída de la economía. Concretó que también bajarán las partidas de impuestos compartidos con el Estado como IVAo IRPF.
«El presupuesto no lleva incremento de presión fiscal, no sube los impuestos», recalcó, «lo digo por si animo al PPa que alguna vez arrime el hombro y sea partícipe de unos presupuestos que no incrementan la presión fiscal, que parece ser el único aspecto que les preocupa».
De hecho, de toda la tarta de ingresos de Castilla-La Mancha, ni siquiera el apartado de impuestos y tasas es el más grande. Supone un 35,85%, pero es que le supera el dinero que viene de transferencias corrientes y de capital, que roza el 40%, donde entran la inyección de fondos que llega del Gobierno de España o de la Unión Europea. Estas transferencias crecen un 44% en comparación con los presupuestos vigentes.