Un árbol tiende a la rectitud y la frondosidad cuanto más profundas son sus raíces. Aunque a simple vista no se pueden ver, éstas se dejan notar en los frutos que nacen de sus entrañas. Y aunque su papel pudiera pasar desapercibido porque cumplen su función por debajo de tierra sin que nadie las vea, hay que cuidarlas al máximo porque de ellas depende el buen transcurrir de la vida. El último libro de José Antonio, La noche que cambió nuestras vidas, tiene mucho de ello. Es, sencillamente, el leitmotiv de la publicación. «Lo he escrito», reconoce, «para rendir homenaje y hacer justicia a toda una generación que luchó muy duro para levantar un país desolado y dejarnos en herencia una sociedad más estable económica y socialmente». Toda una declaración de intenciones. Tan loable como memorable.
Esa fue la gasolina y la llama que prendió el fuego, la pandemia. Nunca habíamos vivido una época tan oscura y para sobrellevarla había que agarrarse a unos valores férreos. Precisamente, detalla José Antonio, enfermero de profesión, «los valores de aquella sociedad de la posguerra basados en la capacidad de soportar el sufrimiento con optimismo». Además de exteriorizar sentimientos, vivencias y creencias, la obra ha supuesto para su creador la oportunidad perfecta para reencontrarse con el recuerdo de las historias que siempre le contaban sus abuelos sobre aquella «cruda época» que les tocó vivir. Unas historias que le sirvieron para adquirir unos «valiosísimos valores de vida» que no se consiguen de ninguna otra manera.
La noche que cambió nuestras vidas es la historia de un hombre y una mujer que vivieron la Guerra Civil y lo que vino después en un pequeño pueblo de La Mancha. Dos personas a las que la vida les trató mal en su infancia y adolescencia, pero a los que acabó premiando debido a su enorme sacrificio. Un matrimonio que de la nada lo consiguió todo. De cómo de la situación más pírrica, poco a poco, lograron cosas que jamás hubieran podido imaginar. El trabajo y la humildad como principales armas de vida. Sin embargo, en una dramática Nochebuena todo cambió. Aquella noche fue el inicio de su propia tragedia familiar. Una tragedia provocada por quienes menos pudieron imaginar.
Dividida en dos partes, la novela arranca con la «dura» historia real de los abuelos maternos del autor, desde su infancia hasta el día de su boda. Y concluye con un segundo tramo de ficción donde José Antonio ha querido reflejar «lo muy desagradecidas que pudieron llegar a ser las generaciones que vinieron después y que se criaron con las comodidades con las que, por desgracia, no se criaron aquellos niños de la guerra y la posguerra».
La noche que cambió nuestras vidas (Uno editorial) es el tercer libro de este casasimarreño y supone su primera incursión en el género de la novela. A sus espaldas contemplan dos publicaciones de investigación en las que conjuga de manera magistral dos de sus «grandes pasiones», la tauromaquia y el misterio. En 2013 vio la luz El crimen de los novilleros. Historia de una injusticia, y en 2017, Los carteles malditos y otros misterios taurinos. Ambos contaron con muy buena acogida por parte del público en general y de los aficionados a la fiesta de los toros en particular.
La noche que cambió nuestras vidas, que se puede conseguir a través de Amazon, en la web de Uno editorial y en las librerías Popular, Herso y Circus de Albacete, está escrita desde el «agradecimiento» a dos personas que «me inculcaron los mayores y mejores valores que toda persona de bien debería tener». José Antonio lo tiene claro. Así lo expresa, de viva voz y con la tinta sobre el papel. Él es de los que rinde tributo mientras riega las raíces que le marcaron el camino recto.