La cabecera del Tajo estará seca en noviembre

C.S.Rubio
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Los informes de la Comisión de Explotación del Tajo-Segura advierten de que a finales de año Entrepeñas y Buendía alcanzarán de nuevo el nivel de 'alerta'. Entre mayo de 2017 y marzo de 2018 el Tajo ya estuvo 'cerrado' al trasvase

El trasvase ha sido autorizado al encontrarse los embalses de cabecera en situación hidrológica excepcional, es decir, en nivel 3 desde el pasado mes de mayo. - Foto: José Luis Enríquez

Los pantanos de cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, pueden cerrar el año literalmente secos. Así lo advierte el último informe elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) para la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura.

Su previsión es clara: salvo un giro meteorológico inesperado en los próximos meses, la cabecera del Tajo llegará a octubre con apenas 415 hectómetros cúbicos de agua almacenados. Lo que supone, de facto, el cierre del canal del trasvase en noviembre, al quedarse la cabecera con menos de 400 hectómetros cúbicos de agua, cantidad marcada en 2014 como límite a partir del cual no se puede derivar agua al Levante.

¿Y por que se llegará en noviembre a este límite? Porque hasta octubre, incluido es mismo mes, la previsión de la Comisión de Explotación del Trasvase es la de seguir trasvasando religiosamente al Segura 20 hectómetros cúbicos mensuales, tal y como obliga el memorándum del Tajo-Segura, aprobado en 2014 por el Gobierno de Rajoy y las comunidades de Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia, Madrid y Extremadura, todas ellas también entonces ‘populares’.

No será la primera vez que la cabecera del Tajo se queda seca desde que entrara en vigor este memorándum, que a priori se presentó como la ansiada paz para la guerra del agua y que a la postre se ha convertido en una cadena perpetua para el Tajo, ya que obliga a trasvasar cada mes agua al Levante mientras haya reservas, lo necesite o no la huerta.

Un dato ejemplifica este problema: desde 2013, un año antes de la entrada en vigor del citado Memorándum popular, Entrepeñas y Buendía no superan la barrera de los 1.000 hectómetros cúbicos.

Cabe recordar aquí, que hasta hace poco más de un año el trasvase estuvo cerrado diez meses por falta de agua. En concreto, entre mayo de 2017 y marzo de 2018. Habría remontarse a la sequía de mediados de los 2.000, que dejó prácticamente secos los pantanos de cabecera del Tajo, para encontrar una situación parecida.

Las previsiones meteorológica no apuntan cambios para los próximos meses en la cuenca del Tajo. A día de hoy la zona del Tiétar, que afecta al área de Toledo entre las provincias de Ávila y Cáceres, y la del Alberche ya están en situación de sequía prolongada, según confirma la Confederación Hidrográfica.

Es más, en su último informe sobre la situación de la cuenca, también se alerta de la problemática del margen izquierdo del Tajo, que está a punto de entrar en situación de sequía de continuar así la climatología. ¿Y por qué es preocupante este dato? Porque precisamente en esta zona se ubican ciudades como Toledo y Talavera de la Reina, entre las más pobladas de la región, solo por detrás de Albacete capital.

En una situación similar estarían también la zona del Jarama y Guadarrama, ya en la vecina Comunidad de Madrid y el llamado Tajo Bajo, vinculado a Extremadura.