La incertidumbre ante el parálisis del proceso de salida del Reino Unido del bloque comunitario amenaza con castigar a los dos principales partidos británicos, conservadores y laboristas, en las elecciones europeas de esta semana, en las que, según las encuestas, ganará el ultranacionalista Partido del Brexit.

El Gobierno conservador de la primera ministra, Theresa May, intentó evitar hasta el último momento la celebración de los comicios comunitarios en el país anglosajón, pero la imposibilidad de ratificar a tiempo el acuerdo de divorcio con la UE en la Cámara de los Comunes le obliga a participar.

La llamada a las urnas, prevista para el próximo jueves en el Reino Unido, se interpreta por algunos analistas como una repetición del referéndum de 2016, donde los británicos decidirán su voto según su voluntad de salir o permanecer en la Unión Europea.

El partido de May afronta la mayor amonestación por no haber hecho realidad desde el Ejecutivo el resultado del plebiscito de hace tres años, y corre el peligro de quedar relegada a la cuarta o quinta fuerza en las europeas, con en torno al 10 por ciento de los votos, según una encuesta reciente.

La nueva formación de Nigel Farage, antiguo líder del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), puede obtener en cambio el 34 por ciento de los apoyos. Por su parte, el Partido Laborista de Jeremy Corbyn, que mantiene una postura ambigua respecto al Brexit, también retrocede en los sondeos, que le otorgan entre un 16 y un 21 por ciento de los votos, mientras que el Partido Liberal Demócrata, que defiende sin ambages la permanencia en la UE, eleva su perspectiva electoral hasta cerca del 15 por ciento.