«Hoy en día lo más importante es ser adaptativo»

Leo Cortijo
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El arquitecto conquense Javier Redondo, que ha tomado las riendas de AJE Castilla-La Mancha, subraya que lo importante no es fracasar en el intento, sino «levantarse y volver a intentarlo».

Javier Redondo, presidente de AJE Castilla-La Mancha - Foto: Reyes Martínez

Javier Redondo, arquitecto conquense, ha tomado las riendas de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Castilla-La Mancha en el momento en el que el colectivo celebra sus bodas de plata. Es momento de arrimar el hombro en un contexto de dificultad, y es que la pandemia ha modificado todo. Conocen la sensación, pues aquellos que todos los días defienden su propio castillo están acostumbrados a guerrear cual «quijotes» para lograr sus metas. Lo importante no es fracasar en el intento, explica este emprendedor, sino «levantarse y volver a intentarlo».

Vayamos al grano. No sé si corren buenos tiempos para ser empresario. ¿Es ésta una profesión de riesgo con la que está cayendo?

Sí, y lo va a seguir siendo, lamentablemente. Ser empresario en nuestra tierra es ser un Don Quijote que lucha contra gigantes. Es cierto que cuando salí de la Universidad y monté mi primera empresa en 2008 no teníamos las subvenciones que hay ahora, que es muy importante. Hoy hay más posibilidades y facilidades de las que había hace 10 o 15 años. El Plan Adelante del Gobierno regional, por ejemplo, es de agradecer. Pero es verdad que tenemos que seguir avanzando. En la sociedad el empresario sigue teniendo la imagen del típico explotador de la Revolución Industrial y nada más alejado de la realidad. Más en un país como éste, donde el 90 por ciento de los empleos viene generado por las pymes. Somos los primeros que nos levantamos y los últimos en acostarnos; trabajamos sábados, domingos y festivos. Y no pegamos a nuestros empleados con un látigo... porque son como nuestra familia. 

Dice que hay que seguir avanzando. ¿En qué sentido?

Para que la sociedad vea al empresario como una persona fundamental en la generación de empleo, y nada mejor que eso en una zona despoblada para luchar contra ello. Para eso se nos tienen que dar facilidades y ahorrar procesos administrativos. ¿Cuántos negocios conocemos que se han quedado en un cajón porque han tardado tantísimo las licencias? La sociedad cada vez cambia más rápido porque es adaptativa, pero esos procesos están más ligados al siglo XX que al actual, y la distancia entre los avances sociales y la Administración cada vez es mayor. 

¿No cree que predomina la mentalidad de tener como meta vital ser funcionario y no emprendedor?

En la cultura anglosajona se valora el emprendimiento y la consecución de éxitos empresariales y personales. En España tenemos demasiado inculcado el miedo al fracaso. Sí es verdad que la ‘Generación Z’ no tiene ese miedo de momento. Como quiere las cosas más rápido y un cierto nivel adquisitivo para tener más libertad, están más vinculados al emprendimiento. Pero a las generaciones anteriores se nos ha inculcado el miedo al fracaso en los colegios, en nuestras familias y en la sociedad. A nuestros jóvenes hay que inculcarles que si te equivocas no pasa nada, te levantas y sigues para adelante.

Igual en los colegios habría que formarse en emprendimiento... 

En AJE ya estuvimos trabajando en un proyecto en este sentido e incluso dimos algunos primeros pasos, pero llegó el coronavirus y se paró todo. De hecho, queremos retomarlo porque es uno de los proyectos estrella en esta legislatura. Queremos ver de qué manera, junto a la Consejería de Educación, podemos hacerlo. Hoy en día lo más importante ya no es tener un título universitario, eso es papel mojado, lo importante es ser adaptativo. Hoy sabes a lo que te dedicas, pero dentro de cinco o diez años, siete de cada diez puestos de empleo, posiblemente, estén relacionados con temas digitales y sean puestos que hoy ni siquiera existen.

¿Cuáles son los principales hándicaps que hoy tiene un empresario?

A nivel general, evidentemente, el actual precio de la luz o la tediosa burocracia, como te he comentado antes. Una prueba evidente es la escasa longevidad de nuestras mercantiles. Cinco de cada diez no llegan ni siquiera a los diez años y eso es una auténtica salvajada. Pero a nivel particular, en nuestra región hay otras. Tenemos las bondades de estar en el centro del país y estar muy bien conectados, pero hay mucha zona despoblada. En Canarias, por ejemplo, hay un IVA menor o deducciones impositivas para reinversión y eso es lo que deberíamos tener aquí para poder competir con grandes mercados como Madrid o Barcelona. Con nuestro sistema impositivo, una multinacional tiene más fácil seguir creciendo que una pequeña empresa y eso es un tapón tremendo. 

¿Los políticos ven al empresario con la importancia que deberían?

A nivel nacional no tenemos las ayudas que necesitamos. Luego depende de las autonomías porque cuando comento con compañeros de otras regiones el Plan Adelante que tenemos en Castilla-La Mancha, por ejemplo, genera una envidia sana. Las políticas son importantes para la generación de empresas y para el crecimiento, porque muchas veces hablamos de crearlas, pero ¿y luego mantenerlas?

La estabilidad política y social suele atraer inversión. ¿Ésta es una tierra ideal para ello?

Creo que hay que seguir avanzando en muchísimos aspectos, pero es importante el camino que se está haciendo. Hoy en día para cualquier estereotipo de persona que quieras contratar puedes tener ayudas gracias a ese compromiso de las zonas despobladas, y eso no ocurría antes. Creo que ahora mismo Castilla-La Mancha es un buen sitio donde se puede invertir. 

¿Rompería esa creencia de que a los empresarios les va mejor con un gobierno de derechas que con un gobierno de izquierdas?

Depende de las personas. En España los estereotipos están muy estigmatizados, lamentablemente. Puedes ser de izquierdas y entender que el empresario es fundamental para crear empleo. Parece que tendemos a pensar que si eres de derechas tienes que ir a misa y a los toros, y si eres de izquierdas debes ser republicano, y no es así. Hay mucha zona gris. 

Lo que más empresarios ha ‘salvado’ de un tiempo a esta parte han sido los ERTE y son una medida de una ministra comunista…

Sí, han servido en gran medida. Ahora hay que ver cómo se acaban porque eso será muy importante para el resurgimiento o la caída de muchas empresas. Hay que ver cuando terminen si muchas empresas no quiebran cuando tengan que recuperar a sus trabajadores. Y con los ICO, igual porque ya veremos qué ocurre cuando acaben muchas de las cadencias que tienen esos préstamos. 

Escucho a los políticos de un lado decir que la situación económica es muy mala, y a los del otro que todo lo contrario. ¿A quién tenemos que creer?

Creo que va a ser una recuperación en ‘W’. Habrá una subida, posiblemente pueda haber una recesión como algunos están apuntando y luego podemos esperar una recuperación importante. Además es importante tener claro que esta crisis no es similar a la anterior, que era por falta de liquidez. Ahora la liquidez, en muchos casos, sigue estando, pero hay unos cambios de conducta sociales que van a marcar mucho.

¿Cuál es la receta perfecta para salir de ésta tras el aprendizaje que hemos recibido tras la pandemia?

La receta va a ser que podamos adaptarnos a la nueva realidad. Un ejemplo muy básico: tienes un hotel y ves que no hay tanto turismo como antes, pues como mucha gente está teletrabajando, lo reconviertes en una especie de coliving donde trabajar y vivir. Al final la receta es particular para cada uno, no es general. Estamos en un cambio de época, ya lo estábamos antes del coronavirus, pero éste ha agilizado tremendamente este proceso, basado en la digitalización. Vivimos en un mundo globalizado y las posibilidades son infinitas. 

¿Cómo vamos a hilar eso con los pilares económicos de esta región y con los fondos europeos que nos tienen que llegar?

Se está hablando mucho de economía circular y nuestra región es perfecta para eso. No podemos dejar de lado la digitalización porque para ser punteros a nivel mundial tenemos que apostar en esa línea. Luego también están las energías renovables, que son el presente y el futuro.

AJE debe ser parte importante de los ‘chefs’ que deben cocinar con esta receta en clave regional, ¿cuáles son sus líneas maestras para esta legislatura ya al mando del timón?

Esperamos ser importantes y hacernos escuchar... Para nosotros son importantes varios aspectos y el principal es ir preparando a las nuevas generaciones para que pierdan el miedo al fracaso, para tener una buena percepción en la sociedad y para que el mundo del emprendimiento castellano-manchego sea cada vez más digital, más abierto al mundo y adaptándose a esta nueva realidad. 

¿Hay alguna meta más concreta?

Tenemos varios proyectos, como el de la educación para que las asociaciones de jóvenes empresarios puedan estar dentro de las universidades, institutos y colegios mostrando nuestra realidad. Por otro lado, ayudar en las zonas despobladas, que en nuestra región son muchas, pero que pueden ser claves en los próximos años para esa repoblación que es tan necesaria en nuestra tierra.