Víctima del forofismo que reina en el fútbol y de la irregularidad propia de un equipo en construcción, la España de Luis Enrique ha pasado de ser considerada potencial ganadora de todo lo que se le pusiera por delante a ser señalada como un equipo triste y caótico que provoca frustración en poco más de dos meses. 

Esos son los adjetivos con los que el aficionado califica el presente de la Roja, después de la derrota del pasado jueves por 3-2 ante Croacia en la Liga de las Naciones. 

Fue la segunda consecutiva de los del gijonés, que ya habían caído ante Inglaterra también por 2-3 y ahora ven cómo su clasificación para la ‘Final Four’ depende de terceros. Exactamente de que balcánicos y ‘pross’ empaten mañana en Wembley. 

En sus dos primeros partidos con el nuevo técnico al frente, en cambio, la Roja había superado tanto a británicos como a balcánicos con rotundidad: 1-2 en Wembley y 6-0 ante los balcánicos.  

«La situación es la que es y, cuando llegamos a la selección, ya sabíamos lo que había y de dónde veníamos. Estamos en un proceso de cambio generacional y estamos intentando crear un equipo», se defendió el asturiano.