Los presos vuelven a recibir la visita de sus familiares

E.P.
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Más de 160 internos han vuelto a ver a sus familias en los centros penitenciarios de Castilla-La Mancha tras flexibilizarse las restricciones por el coronavirus, según informa Instituciones Penitenciarias.

Imagen de las prisiones de Ocaña, en la provincia de Toledo. - Foto: Yolanda Redondo

Más de 160 internos han vuelto a ver a sus familias en los centros penitenciarios de Castilla-La Mancha desde la entrada en vigor el pasado jueves de la Orden del Ministerio del Interior para flexibilizar las medidas adoptadas para evitar la expansión del COVID-19 en las cárceles.

La orden, que contempla el regreso de las comunicaciones ordinarias, por locutorio, y la reanudación de los permisos de salida, siempre que se disfruten dentro de la provincia, solo afecta a las prisiones en fase 1 o 2, ha informado el Ministerio del Interior en un comunicado.

Las comunicaciones se están realizando con todas las garantías sanitarias, como la obligación de usar guantes y mascarillas por parte de familiares e internos, la desinfección de los locutorios entre comunicación y comunicación y una desinfección general una vez por semana.

Además se han reducido la capacidad del departamento de Comunicaciones al 50% aunque las visitas se han ampliado a seis días a la semana en varios turnos, mañana y tarde.

Desde la entrada en vigor de la Orden de Interior han comenzado a solicitar disfrutar de permiso los internos en los centros castellanomanchegos. Solo se autorizan aquellos que se disfrutan en la provincia en la que se encuentra el centro penitenciario, 11 hasta la fecha, y solo cuando los internos firman un conocimiento para permanecer en observación a su regreso durante 14 días o el tiempo que determinen los servicios sanitarios.

Hasta ahora sólo cuatro internos han dado positivo por COVID-19 en las prisiones de Castilla-La Mancha. De ellos, uno ya ha recibido el alta médica definitiva.

Durante el cierre de los establecimientos al exterior, la ausencia de comunicaciones se trató de paliar aumentando a 15 el número de llamadas telefónicas a las que tienen derecho los internos.