Torra: un año de provocaciones

Agencias-SPC
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El president celebra su primer aniversario en el poder insistiendo en la promesa de lograr una república para su comunidad autónoma

Torra: un año de provocaciones - Foto: Quique García

Con una Generalitat en una parálisis casi permanente, obsesionada con la secesión y el juicio a algunos de los miembros del anterior Gabinete, y con un partido que la lidera -JxCat- desinflándose por momentos, celebró el president, Quim Torra, su primer aniversario en el poder. Ylo hizo de la única manera posible teniendo en cuenta lo que ha sido hasta ahora su mandato, «más convencido que nunca de que el único camino posible es la república».

Así, el gerundense recordó la efeméride a través de Twitter: «Hoy hace un año que fui investido presidente de Cataluña. Estoy más convencido que nunca de que el único camino posible es la república». Además, sostuvo que este modelo de Estado es «su único mandato», para luego apuntar que servirá para asegurar a los catalanes «un futuro de oportunidades, libertad y bienestar».

Torra fue investido por el Parlament el 14 de mayo de 2018, como sustituto del expresidente Carles Puigdemont, cesado por el artículo 155 de la Constitución Española y que huyó a Bélgica en octubre de 2017, justo después de firmar la Declaración Unilateral de Independencia. 

Por aquel entonces, Torra se fijó como objetivos «hacer efectiva» la república, después de la declaración fallida, y también trabajar para el retorno de los presos y de los que considera «exiliados».

Entre ellos Puigdemont, a quien el antiguo editor quería restituir algún día como presidente «legítimo» de la Generalitat, objetivo que no se ha logrado, como tampoco la implantación de la república.

Además, su antecesor, candidato a las europeas, dijo el pasado lunes que su voluntad es coger el acta de eurodiputado, si puede, y dejar la de la Cámara autonómica, un escaño que es imprescindible para ser jefe del Govern.

Durante los 12 meses en el cargo se ha dedicado a presionar al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para que facilitara el camino del referéndum a Cataluña, algo que no logró, si bien la reunión que se produjo la víspera de Nochebuena, que llamó minicumbre España-Cataluña, como si su región fuera un país, levantó muchas ampollas. 

También tiene el dudoso mérito Torra de haber forzado al líder del Ejecutivo a adelantar las elecciones generales, ya que su partido, a través de Carles Puigdemont -que ha sido y es el presidente en la sombra-, dio orden de no apoyar a Sánchez en los Presupuestos, e hizo público un listado de medidas que quería imponer a La Moncloa, incluyendo un mediador o relator.

Por otra parte, hoy Torra tiene que declarar como investigado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por no retirar el lazo amarillo del Palau de la Generalitat, como le mandó la Junta Electoral. Otro signo más de su talante y gestión.