«Hemos tenido muy malos momentos. Hubo que racionar»

Jonatan López
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Entrevista con el presidente del Banco de Alimentos de Cuenca, que el pasado lunes recibió la visita de la Reina emérita Doña Sofía

«Hemos tenido muy malos momentos. Hubo que racionar» - Foto: LOLA PINEDA

Trabajan incansablemente, hacen una labor solidaria impagable y, gracias a su ahínco y esfuerzo, muchas familias pueden llevarse el sustento a la boca. Están ahí cada día de la semana, recogen alimentos donados, los clasifican y ayudan a transportarlos hasta el maletero del coche familiar de alguna de las numerosas familias que lo necesitan. Precisamente, el Banco de Alimentos de Cuenca fue noticia esta semana pasada por la visita de la Reina emérita Doña Sofía, que conoció el pasado lunes las instalaciones y se interesó por la labor que realizan en la provincia. Una carta remitida posteriormente a su presidente, Antonio Villaseñor, agradece el trato recibido por Su Majestad y asegura que «pronto se pondrá en contacto» para atender la demanda de ampliar las instalaciones y ayudar así a las familias más necesitadas que residen en Cuenca. 

¿Cuántos años lleva en funcionamiento el Banco de Alimentos de Cuenca? ¿Cuándo tomó usted las riendas? Empezó en 2006 en un bajo de la calle Cañete. Cuando comenzaron a recibir alimentos se dieron cuenta de que allí no cabían y se trasladaron al silo de Chillarón. Yo ya me había prejubilado y me fui de voluntario. En 2010 me eligieron presidente y nos trasladamos a la Avenida del Mediterráneo y, por último, venimos a este edificio del Polígono de Los Palancares. Era un laboratorio de Obras Públicas en el que se hacían pruebas para los asentamientos de las carreteras. Un día me llamó el responsable provincial de la Junta de Comunidades de Fomento para otra cosa y le pregunté si podían ayudarnos. Me ofreció si quería ver este espacio y nos vinimos aquí de cabeza. Aprovechando que el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, estuvo el otro día en la visita de Doña Sofía, le dije: de aquí no nos movemos. Que ya está bien de dar vueltas.

¿Cuántas asociaciones colaboran en la provincia, cuántos voluntarios participan en la recogida y cómo se distribuyen los alimentos? El Banco de Alimentos tiene carácter provincial, pero hay un total de 50 asociaciones, fundaciones, comedores sociales y residencias que participan. También ayudamos a colectivos como Aspadec o Accem, entre otros. Con lo de la pandemia, este año no hemos podido hacer rutas, pero se suele acudir a los supermercados de los pueblos. En Cuenca somos unos 40 voluntarios, pero cuando hay que atender supermercados y en campañas, a turnos de tres o cuatro días, nos reunimos cerca de 300. Vamos a colegios e institutos, les explicamos a los profesores y a los alumnos el movimiento que hacemos y de ahí salen muchos voluntarios para ayudarnos.

«Hemos tenido muy malos momentos. Hubo que racionar»«Hemos tenido muy malos momentos. Hubo que racionar» - Foto: LOLA PINEDA

Hasta la fecha, ¿cuál ha sido el récord de kilos de alimentos donados en un año? Cuenca es tan solidaria y comprometida con la recogida de alimentos que, en dos días, reunimos unos 80.000 kilos. Estamos ahí en esa cifra, que cuando me entrevistáis los medios siempre digo que nuestro objetivo es llegar a los 100.000. Nos quedamos en esa cantidad, que se recauda una vez al año en la campaña de la Gran Recogida de Alimentos. 

¿Cómo se financia la organización caritativa en la provincia? ¿Cuentan con un presupuesto anual en base a ayudas institucionales o trabajan día a día con las herramientas y donaciones que tienen? El Banco de Alimentos es una asociación reconocida de carácter social y voluntariado. No hay cuotas. Otra cosa es que el presidente de la Diputación vino un día, nos visitó y nos dijo que nos iba a echar un cable. El Banco Santander nos ayuda también y Globalcaja colabora con nosotros todos los años. Tenemos un convenio que nos permite pagar gastos como los arreglos de la furgoneta, el gasoil, la ITV, o reparaciones que hay que hacer en nuestra sede, además de adquirir los alimentos que se pueda.
Entre el 17 y el 30 de mayo nos llegan las ayudas del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), de la Unión Europea y parte del Gobierno de España, que es exclusivamente para las asociaciones y para sus miembros afiliados. Hablamos de asociaciones de todo tipo, ONG sin ánimo de lucro, que han solicitado las ayudas. Nosotros lo tramitamos, se aprobaron y desde hoy nos llegarán. Estamos hablando de más de 87.000 kilos de leche entera, garbanzo cocido, arroz, tomate frito, tarritos infantiles, pasta alimenticia, galletas, atún, etc. Esto es lo que viene correspondiente a la primera fase de 2021. Cuando esté todo aquí, una inspección de Hacienda controlará los alimentos que vengan y se le colocarán un sello con el anagrama. Con arreglo a la solicitud de cada asociación, se les hará entrega de inmediato.

El pasado lunes les visitó la Reina emérita Doña Sofía. ¿Cómo surgió la posibilidad? Doña Sofía está muy comprometida con los Bancos de Alimentos por la situación que hay aquí. No hay un duro, solo la voluntad de trabajar y prestar servicio a los necesitados. Ya ha visitado otros bancos de alimentos, como el de Sevilla y Ciudad Real, y ahora creo que iba a Ávila. 

Usted le trasladó la necesidad de ampliar las instalaciones y Doña Sofía le prometió que se estudiará. ¿Cuáles son exactamente las demandas y qué actuaciones más necesarias se deberían llevar a cabo?
Le pedí arreglar y acondicionar esta nave, que en invierno no se puede ni estar por el frío que hace. Para los alimentos muy bien y para nosotros también porque nos conservamos jóvenes. Aquí había anteriormente muros y despachos que quitamos para tener sitio. La solución sería ampliar y hacer una nave contigua, que hay espacio. La verdad es que tengo esperanzas. Doña Sofía es una mujer muy accesible, muy sencilla, se interesó por todo y no dejó que me fuera de su lado. Le dije al final de su visita nuestro objetivo, que era que viera en qué condiciones estamos. Ella dijo que sí, que la Fundación Reina Sofía nos iba a ayudar. 

Suele donarse leche, galletas, legumbres, arroz, ¿pero que alimentos y productos más caros se necesitan con urgencia? Sobre todo leche para niños y potitos. Pasa que cada vez hay niños más pequeños. De lo que vamos a recibir de las ayudas FEGA, hay 140 palés de tarritos infantiles de fruta y pollo. 
¿Puede decirse que hay ‘colas del hambre’ en Cuenca? ¿Se ha incrementado el número de personas que necesitan de su ayuda para sobrevivir? No me gusta el término de ‘colas del hambre’. Nosotros atendemos con las llamadas que nos hacen y pedimos lo que se necesita. Hay gente que viene, que no tiene nada, ni trabajo, ni qué comer. Lo que tiene es una hija. ¿Cómo no lo vas a atender? Esto es algo que yo le dije a la Reina. Nosotros nos hemos saltado normas, respetando siempre lo oficial, pero el hambre no tiene papeles. Cuando recibí a Doña Sofía, le saludé, le di las gracias en nombre de la ciudad de Cuenca y de los voluntarios del Banco de Alimentos y agradeció lo que le transmitimos. Su Majestad, o nos morimos del Covid o nos morimos de hambre, le dije. 
Para atender la pandemia están los sanitarios y nosotros estamos aquí para lo que podemos. Desde el 16 de marzo de 2020, pusimos un mostrador para atender a la gente. Si con estas asociaciones atendíamos a 5.600 personas, en este último año hemos atendido a 9.000.

Está claro que la pandemia ha agravado las circunstancias de las familias, pero ¿han tenido que llegar al extremo de racionar? La situación es muy caótica. Había momentos que no se podía repartir tanto como lo que queríamos. Hemos tenido días muy malos durante la pandemia y tuvimos que racionar. Te pedían dos botes de judías y no podías dar más que uno. Un día vino el subdelegado del Gobierno, Juan Rodríguez Cantos, y había una cola que daba la vuelta al edificio. Me preguntó: Antonio, ¿esto es lo de la ITV? Sí, la ITV de los alimentos. Salió y les preguntó por su situación personal.

¿De qué material está hecho su corazón y el de los voluntarios para no marcharse compungido a su casa al ver la situación delicada que tiene mucha gente? Soy el director del Centro de Mayores de la calle San Pedro. Allí tengo un despacho que es un confesionario y el Banco de Alimentos de Cuenca también lo es. Le decía a la Reina: Su Majestad, ¿usted sabe lo duro que tiene que ser que una persona que no ha tenido que pedir nunca se quede sin trabajo, tenga varios niños y ahora agache la cabeza porque tiene que pedir?. Eso es muy duro. La gente viene a contarte las cosas que le han pasado y se te encoge el alma. 

A la hora de donar alimentos o cantidades económicas para adquirirlos, ¿están los conquenses concienciados en los últimos tiempos en la necesidad de colaborar? ¿Qué más se necesita para tratar de frenar la grave situación que atraviesan estas familias? Creo que la sociedad está concienciada de lo que está pasando y los políticos se dan menos cuenta, o no quieren darse cuenta. Hay gente que va a un supermercado y nos trae un carro de comida lleno hasta arriba y que a lo mejor se ha gastado 300 o 400 euros. Opino que los despachos comen mucho y la calle hay que vivirla, ver que la situación está muy mal. Pero no podemos echar leña, hay que animar a la gente y decirle que de esta tenemos que salir como sea. Que Dios ponga su mano, que es lo que hace falta. Entrampados ya estamos, debemos todo y más de lo que teníamos. Lo que podemos hacer es que la gente coma y no se muera.
Hay gente que tiene hijos de tres o cuatro años y no tienen para comer. Insisto en que la ciudadanía está en todo lo que puede. El año pasado no pudimos recaudar alimentos por que no se podía estar presente en los supermercados. No se dio mal aunque era virtual, pero no es lo mismo cuando te conoce todo el mundo. Ahora se quiere que este año estemos presentes.