Un apoyo fundamental en los peores momentos

SPC
-

La Fundación "la Caixa" ofreció en Toledo durante el pasado 2020 acompañamiento emocional y espiritual a un total de 1.625 usuarios en procesos de final de vida y duelo, una ayuda crucial tanto para los pacientes como sus familiares

Un apoyo fundamental en los peores momentos

La crisis de la COVID-19 ha visibilizado el abordaje de la muerte y la necesidad de un acompañamiento integral, humano y cálido a las personas que se encuentran al final de la vida y a sus familiares. De hecho, los profesionales que forman parte del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación “la Caixa” han vivido un año de alta intensidad, siendo sus servicios más requeridos y valorados que nunca en los entornos hospitalarios. 

Nacida en 2009 como una iniciativa pionera en la atención emocional y espiritual en los cuidados paliativos, procesos de final de vida y duelo, el programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación “la Caixa” ha atendido desde entonces en Toledo a 6.795 pacientes y 10.357 familiares. 

Sin embargo, el pasado 2020 ha sido hasta ahora, desde los inicios de su labor, el más intenso que han vivido los profesionales de los 44 EAPS (Equipos de Atención Psicosocial) que a día de hoy actúan en 132 hospitales de toda España y 133 unidades de apoyo domiciliario. 

Los EAPS están formados por 230 psicólogos/as, trabajadores/as sociales, enfermeros/as, médicos, agentes pastorales, y más de 1.000 personas voluntarias.

La atención al final de la vida y al duelo en circunstancias extremas, como las que se han producido a raíz de la pandemia, ha sido también objeto de trabajo de los profesionales del programa, que han tenido que aumentar intensamente sus esfuerzos para mantener su labor asistencial en unas condiciones tan complicadas como las que se han generado en el ámbito hospitalario. En estas circunstancias, los EAPS han visto incrementado su trabajo acompañando no solo a personas que se encontraban en situación de final de vida, sino también a las afectadas gravemente por el virus de la COVID-19, sus familiares y los profesionales que las atendían.

 

El tabú de la muerte

Los duros meses de crisis sanitaria han provocado que un tema tabú como la muerte fuera más visible para el conjunto de la sociedad. Así lo confirma Montserrat Esquerda, directora del Institut Borja de Bioètica y colaboradora del programa: «La pandemia nos ha traído muchísimas muertes, muertes sin preparar y muertes no esperadas. Ahora estamos más preparados que antes para hablar de la muerte y el trabajo que se hace en las unidades de cuidados paliativos». 

Veronica Linares, psicóloga de un EAPS, explica que «una de las cosas que hemos detectado es la necesidad de ofrecer una atención integral del enfermo, el cuerpo y la salud, y es un reto pasar a un paradigma más psicosocial. La COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de que el psicólogo tenga más presencia en el sistema sanitario y pueda realizar el acompañamiento psicológico, espiritual y relacional. Hasta ahora se ha estado trabajando con el dualismo entre cuerpo y alma, pero ya estamos viviendo un momento en el que podemos integrar ambas partes». 

En este sentido, la labor de los EAPS también ha tenido más visibilidad y valoración en el ámbito sociosanitario, generando algunas transformaciones en las formas de acompañamiento como por ejemplo el uso de formatos online para atender en la distancia; el impulso de iniciativas para cubrir emergencias y nuevas realidades; y también en el modelo de colaboración con los sanitarios, potenciando su integración total en los equipos.