Mario Donate lleva desde hace años tomando la temperatura a la economía de Castilla-La Mancha. Ahora está trabajando en el análisis de los datos económicos del período de julio a septiembre. «Me toca el tercer trimestre y la variación es tan brutal, que a veces no es sencillo cómo explicar las cifras», reconoce. Donate es profesor del Área de Administración de Empresas de la UCLM y coordina el boletín del Termómetro Económico de Castilla-La Mancha, una iniciativa que financia la Fundación Eurocaja Rural. Si los termómetros ayudan a detectar síntomas del coronavirus, el que se hace con estadísticas e indicadores también ayudan a hacer un diagnóstico -o una PCR en este caso- a la economía.
«Ahora mismo el coronavirus lo condiciona todo», señala Donate, que ha visto en unos meses cómo las curvas económicas también se descontrolan. «Con los interanuales, el análisis no sirve de mucho, es muy difícil o casi imposible aislarlo», comenta, «va a afectar a todos los cálculos que desarrollemos, es inevitable».
Si a él le resulta complejo ¿qué idea puede hacerse el ciudadano de a pie de la salud de la economía de su región? Para ayudar a aclararse entre tantas cifras, Donate da a La Tribuna cinco indicadores que pueden ser los «más importantes para hacer un pequeño resumen de lo que está pasando». Uno de ellos es la evolución del PIB, de la riqueza. Otro es el desempleo, para lo que aconseja mirar la Encuesta de Población Activa. También aconseja mirar cómo van las exportaciones, el índice de precios y la confianza empresarial, «que es una muestra de lo que piensan los empresarios, no de lo que pasa hoy, sino de lo que se hace a futuro».
Con esos cinco indicadores, ¿qué conclusión saca él? Donate apunta que Castilla-La Mancha «está en la línea» de lo que ocurre a nivel nacional, pero quizá aprecia «que estamos un poquito mejor». Cree que es clave que «no nos basamos tanto en el turismo como otras comunidades» o que el sector agroalimentario está mitigando la caída del PIB.

«Lo de las previsiones es como una noria»
A los economistas se les pide previsiones para saber cómo va a evolucionar la economía en los próximos meses o al año siguiente. En esta ocasión es más difícil que una prueba de Hércules. «Lo de las previsiones es como una noria», confiesa Donate a La Tribuna, «hace un mes podíamos estar pensando que la economía se podía recuperar y ahora se están planteando confinamientos domiciliarios». Y es que la evolución de la economía puede depender de que se produzcan esos cierres, de lo que duren, de lo que se tarde en tener una vacuna, de la efectividad de la misma... Aunque parece que hay más preguntas que respuestas, Donate cree que la Junta hace un «argumento correcto» al pronosticar que la recuperación de la economía regional en 2021 será más suave que la media nacional. Iría en correlación con el hecho de que parece que la caída este 2020 está siendo menos acusada al no depender tanto de sectores como el turismo.

Los cinco indicadores

Donate coordina el boletín del Termómetro Económico de Castilla-La Mancha, una iniciativa de Fundación Eurocaja Rural - Foto: Víctor Ballesteros

PIB: -4,5%. Según la estimación de la AIReF en Castilla-La Mancha el PIB se redujo un 4,5% en el tercer trimestre en comparación con el mismo período del año pasado. Cae la mitad que la media del país (-8,7%), pero Donate recuerda que es mucho (alrededor de 450 millones de riqueza)

Paro: 18,3%. Donate dice que los economistas se fian más de la Encuesta de Población Activa que de los datos mensuales del paro. La  EPA del tercer trimestre da un 18,3% de tasa de paro. «Ya hemos tenido en Castilla-La Mancha una tasa alta en sentido estructural. Es una de nuestras principales limitaciones», apunta Donate. 

Exportaciones: 4.543 millones. El último dato de exportaciones llega hasta el mes de agosto. Castilla-La Mancha facturó 4.543 millones de euros, un 6,7% en comparación con los mismos meses del año anterior, pero la media nacional cae el doble. Donate recalca la fuerza del sector agroalimentario.

Precios: -0,6. La variación del índice de precios al consumo ha sido negativa en los últimos meses a raíz de la crisis del coronavirus. En septiembre en Castilla-La Mancha anotó una reducción de 0,6 respecto a 2019.  La caída acumulada en lo que va de año es de -2,1. La mayor es la de vestido y calzado (-12,1).

Confianza empresarial: + 5,6%. El Índice de Confianza Empresarial subió para el cuarto trimestre un 5,9% (aunque fue la región en la que menos se incrementó). Eso sí, está en 113 puntos, cuando para el primer trimestre del año llegaba a 138,7. Habrá que ver cómo evoluciona con las nuevas restricciones de la segunda ola.