Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Cambio real

03/01/2022

Desgraciadamente, el año termina con un posible crimen vicario en Madrid lo que nos sigue helando el aliento en esta carrera que se pierde contra la violencia de género con tintes más dramáticos y tristes donde para retorcer el daño se paga también con niños indefensos. Visto esto, qué se puede decir de buenos deseos cuando se ha producido una transición, solo marcada por una fecha y un nuevo dígito, si continuamos con una lacra que no termina y que, como todo, entre esta mediocridad de política, se termina tomando posición de ideas, más allá de ver la cruel realidad. 
El deseo principal es poder acabar con un grave problema que cada año engrosa las estadísticas de las mujeres como víctimas producidas por parejas despiadadas al grito de o conmigo o con nadie
El propósito de cambio que se adquiere comiendo con las uvas en Nochevieja dura menos que los días que se va a gimnasio, cuando hay quien se ha concienciado por hacer ejercicio, desde primeros de enero, pero deja de acudir antes de que haya concluido una semana. Hay veces que es más difícil cumplir con los propósitos de cambio que abandonar una adicción. La rutina del comportamiento alcanza niveles indestructibles, más si se ejerce desde una militancia radical y egoísta. 
Hay que trabajar por el cambio, por poner a las personas en el centro, descubrir nuevas miradas, conocer otros relatos, escuchar, en definitiva, salir de la propia burbuja del discurso unívoco, para abrirse a la comprensión. Es un ejercicio que proporciona buenos réditos para la paz interior, clave para hacer bien a todos los de alrededor. 
Lo destacable son los valores, por encima de cualquier opción ideológica y, entre ellos, se encuentra el de respetar creencias e ideas. 
Es una pena que se cambie la reflexión por una conversación de taberna, tendencia a la que se ha ido llevando a la sociedad desde las posiciones de quien se debe al servicio público, tan entretenido en llegar al poder, o mantenerlo, que no tiene en su agenda su verdadera misión. Primero, elecciones, ¿y después qué?, ¿qué ocurre con los ciudadanos a los que ya se miente sin pudor? No esperen cambios en 2022, sería de ingenuos.