A pesar de que parecía que la paz iba a llegar a Barcelona tras la minicumbre entre Sánchez y Torra, y los deseos de ambos de alcanzar una solución democrática para el conflicto catalán sin mencionar a la Constitución, los CDR y otros grupos violentos quisieron demostrar ayer que interpretan ese aperturismo y buena sintonía como una señal de debilidad, y que el Consejo de Ministros que se celebraba ayer en Barcelona era una provocación a la que había que contestar con barricadas y agresiones a la Policía -y a un periodista-, amén de cortes en diversas carreteras de la Comunidad quemando neumáticos.
Al cierre de esta edición, el balance de las protestas organizadas por los Comités de la República era de 12 detenidos en los disturbios y 51 heridos leves, mientras que la manifestación de Òmnium en los alrededores de la Lonja del Mar discurrieron de manera pacífica.
En la Ciudad Condal se produjeron acciones violentas en el centro, cerca del perímetro de seguridad en torno adonde se reunía el Gabinete de Sánchez.
Los CDR toman las calles de una Barcelona blindada - Foto: Jaume SellartLa Policía autonómica detuvo a 12 manifestantes, 10 de ellos en la capital catalana -uno llevaba materiales para fabricar cócteles molotov-, mientras que los otros dos en la L’Ampolla (Tarragona), donde durante la mañana se cortó un tramo de la AP-7. En total fueron 20 los que se cerraron en Lérida, Gerona, Barcelona y Tarragona.
Según datos del Sistema de Emergencias Médicas (Sem), fueron atendidas 51 personas en el marco del dispositivo de seguridad, la mayoría por contusiones, y de los que 30 fueron agentes.
A las 14,26 horas se dio por finalizado el dispositivo de seguridad en la Lonja del Mar, donde el acto más numeroso fue el convocado por Òmnium, que congregó a 3.000 secesionistas, y se fue restableciendo el paso de personas y vehículos.
Los CDR toman las calles de una Barcelona blindada - Foto: EUROPA PRESSEl acto de esta entidad y otras 15 incluyó una simulación de un Consejo Popular de Ministros en el que se plantearon las principales demandas políticas, económicas y sociales que, a su juicio, reclama la sociedad catalana.