Veinte años de la 'Saramago'

Jonatan López
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El programa universitario 50 Plus para mayores de la UCLM retoma con fuerza las clases presenciales en el Campus de Cuenca y activa un proyecto para expandirse a la provincia

Veinte años de la ‘Saramago’ - Foto: Reyes Martínez

El Programa Universitario José Saramago 50 Plus de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) está de aniversario. Este curso se recordará por los 20 años de andadura y por el regreso a las aulas tras los meses crudos y duros de la pandemia. Después de un año dubitativo por las normas y restricciones de la Covid, vuelve este plan educativo para mayores de 50 años que buscan seguir formándose y adquirir conocimientos. No hay exámenes, no hay notas como tal en esta enseñanza, pero los estudiantes adquieren conocimientos de todo tipo, participan activamente en talleres y finalmente se gradúan.

Eduardo Domínguez, presidente de la Asociación de alumnos y exalumnos José Saramago, confirma el interés de los veteranos estudiantes por volver a las aulas cuanto antes, pero reconoce que todavía hay ciertos recelos por el virus. Un año antes del inicio de la pandemia acudieron a las clases 167 alumnos y, aunque «la gente tiene muchas ganas y lo ha demostrado asistiendo a las clases y socializándose, todavía existe un poco de prevención. Si todo regresa a la normalidad, en el segundo cuatrimestre si que volveremos a las cifras iniciales de 2019 y 2020», confiesa. 

El programa ha pasado por mejores y peores momentos, relata el también presidente de la Asociación Teresa de Luna integrada en el programa, que asegura que en los inicios «tuvo mucho apoyo institucional y económico». Claro está, la crisis económica de 2009 y 2010 provocó que se redujera la asistencia, pero a partir de 2015 se experimentó otro fuerte impulso que ha llevado a alcanzar las cifras más altas de inscritos, hasta llegar casi a los 200 alumnos. «Aunque no hay un apoyo financiero porque los recursos son limitados, desde el punto de vista personal se han involucrado mucho los responsables del vicerrectorado, direcciones académicas, o la coordinadora del programa universitario», comenta Domínguez, que afirma que la asociación «ha trabajado conjuntamente y también ha desarrollado varias actividades que han tenido mucho interés, y programas de difusión a través de prensa, radio y televisión». 

Veinte años de la ‘Saramago’Veinte años de la ‘Saramago’ - Foto: Reyes MartínezLa pandemia, por lógica, ha frenado ese crecimiento que se producía año a año, pero en este curso se han matriculado cerca de 110 alumnos que acuden a las clases los martes y jueves por la tarde y participan en talleres a lo largo de la semana. En este sentido, el representante de la asociación de alumnos recuerda que en el curso pasado se efectuaron las clases de manera on line, pero «la gente quiere clases presenciales.  Desde el inicio del curso, el 26 de octubre, asistimos a las clases con mascarilla y alguna ventana abierta, con las mismas medidas de seguridad que los alumnos de la enseñanza reglada. La gente está contenta, a pesar de las mascarillas».

Por otro lado, y al tener que guardar las distancias debidas, las clases de primero, segundo y tercero del ciclo específico se imparten en la facultad de Educación, mientras que las de actualización, cuarto y quinto, se realizan en el edificio Cardenal Gil de Albornoz. Dice el también estudiante –lleva 11 años asistiendo a clase– que el programa está a la espera de que en el segundo cuatrimestre, «cuando las medidas se relajen, podamos reiniciar las clases con normalidad». No obstante, recuerda que «no ha habido contagios, todo el mundo guarda las medidas de seguridad y eso es un aval».

En el medio rural. El programa no solo se circunscribe a la capital, sino que se desplaza a la provincia para participar en visitas culturales o desarrollar talleres, caso de las excavaciones del yacimiento arqueológico de Noheda en el que participan varios miembros de la Saramago. Además, está previsto que la formación puede expandirse a otras localidades de la provincia, gracias a un plan con fondos europeos que permitiría acercar la formación universitaria a localidades de la provincia. Actividades como el club de lectura o un programa que acerca las nuevas tecnologías a los mayores, puede ser «una forma muy interesante de revitalizar estos pueblos en lo que viven muchas personas mayores y hay poquita población», dice el presidente del colectivo.

- Foto: Reyes Martinez
Por último, Domínguez recomienda el programa «a todo el mundo, tenga formación académica o no, y si tiene tres carreras o solo ha ido a la escuela a aprender a escribir y a leer mínimamente. Allí no se nota ninguna diferencia desde el punto de vista de conocimientos». La experiencia de la vida ya se encarga de igualar los títulos y, lo más interesante es que, «somos una gran familia».