Delincuentes peligrosos, peleas multitudinarias, robos, escándalos y fiestas atribuían el Ayuntamiento de Ocaña a los ocupas que llegaron hace unos cuatro meses a un edificio de la calle Clavel. Unos 120 individuos habitaban de manera ilegal en unas 100 casas, frente a un puñado de dueños legítimos. «Afectaba a la convivencia y a a la seguridad de Ocaña», reconocía a este diario el portavoz del equipo de Gobierno, Juan José Rodríguez, Hasta el martes. Los grupos especiales de la Guardia Civil intervinieron en este bloque localizado frente a las prisiones y los pabellones-casas de los trabajadores. Los agentes detuvieron a cuatro individuos, tal y como informó ayer en un comunicado la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip).

«Esperamos que esta intervención sirva para solucionar el grave problema de seguridad que sufríamos y devuelva la tranquilidad y el sosiego de todos nosotros y nuestras familias, aunque esta sección sindical estará vigilante por si estos hechos o cualquier otro se volvieran a producir y no cejará en denunciar estas situaciones», apuntaba la agrupación Acaip en la nota de prensa.

Los funcionarios de Ocaña habían denunciado desde principios de año la inseguridad que padecían los trabajadores de los centros penitenciarios por estas viviendas ocupadas ante la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, la Guardia Civil, el Ministerio Fiscal y el Ayuntamiento hasta que ha llegado la intervención de los equipos especiales. Las viviendas donde intervinieron los agentes se encuentran en la calle Clavel, pegada a la cárcel de Ocaña II.

Una treintena de agentes especiales de la Guardia Civil llegaron a la calle Clavel hacia las 9,30 horas y permanecieron allí hasta las cuatro de la tarde para completar el desalojo, localizado en pleno núcleo urbano cerca de la Escuela Infantil Municipal y del IES Miguel Hernández.

Los ocupas, que pertenecen a diferentes nacionalidades, no hicieron frente al dispositivo de la Guardia Civil, pero sí intentaron huir al detectar el despliegue y hubo persecuciones por parte de los agentes especiales.

afectaba a la convivencia. «Es un problema de hace tiempo que afectaba a la convicencia. Había alarma social», comentaba al respecto el portavoz del equipo de Gobierno de Ocaña, quien subraya que los operarios tabicaban ayer la entrada al portal y cada una de las casas.

Rodríguez hizo hincapié en desvincular la ocupación de estas viviendas de un edificio construido hace unos 10 años con la actividad de las dos cárceles de Ocaña. En este sentido, la provincia con más reclusos en Castilla-La Mancha es la de Toledo por estos dos centros penitenciarios que albergan a 489 internos en el caso de Ocaña I y a 375 en Ocaña II, según el último Anuario Estadístico del Ministerio del Interior.

El portavoz del equipo de Gobierno indicó también que el problema de la ocupación en Ocaña, uno de los municipios con más de 10.000 empadronados de la provincia, se extiende también a otros bloques de viviendas dentro del término municipal.