La canguro que se 'esfumó' de Miguelturra

Ana Pobes
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María Teresa Arévalo dejó Miguelturra para estudiar Políticas en Madrid, donde germinó Podemos. Desde entonces, apenas se le ha visto por el pueblo, donde hoy es conocida como la niñera de Iglesias, pagada, presuntamente, con fondos públicos

Casa familiar de Arévalo en Miguelturra - Foto: Tomás Fernández de Moya

Hasta ahora, María Teresa Arévalo Caraballo (Miguelturra, 1980) ha sido desconocida por todos los españoles. Pero en las últimas semanas se ha convertido en una de las mujeres más buscadas. El motivo, su ‘trabajo’ como niñera de la hija menor del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, mientras cobraba un sueldo del Estado como asesora del nivel 30 del Ministerio de Igualdad, o lo que es lo mismo, trabajaba de canguro con un sueldo de señoría. Así al menos lo asegura la exresponsable de Cumplimiento Normativo de Podemos, Mónica Carmona, que envió un escrito al juez del caso Neurona en el que denunciaba que Iglesias y Montero utilizaron supuestamente fondos públicos para pagar a la cuidadora.

En Miguelturra, el pueblo natal de Teresa, los vecinos reconocen que le perdieron la pista en 2011, cuando fue en la lista electoral de Izquierda Unida en las elecciones municipales. Era la número 7 y en la candidatura se presentaba como licenciada en Ciencias Políticas y empresaria. Entonces regentaba, junto a sus hermanos, Azucena e Isaías, la panadería-cafetería bajo el nombre de Tai, ubicada frente a la parada de taxis y a pocos metros de la plaza del Ayuntamiento. Un negocio que, al parecer, montó su padre pero que no funcionó.

Desde entonces, nadie apenas le ha visto por el pueblo, donde sigue viviendo su familia. En la calle Granada, una vivienda de construcción moderna no pasa desapercibida por los postes de luz para obras que aún permanecen frente a la fachada. Es el domicilio familiar de sus padres. La Tribuna llama al timbre, y una voz femenina responde al otro lado. Es su madre. Con «no me interesa, gracias» evita pronunciarse sobre la polémica generada en torno a su hija. Tampoco se ha manifestado sobre el asunto la propia Teresa, quien no ha atendido a las llamadas de este periódico.

Nieta de Antonio, carnicero del pueblo, creció y vivió en Miguelturra, «aunque no se relacionaba con mucha gente y nunca destacó en nada», comentan algunos vecinos que prefieren no desvelar su identidad. Los que tuvieron algo más de trato, como Sagrario, dependienta de la frutería situada frente al negocio de la cafetería, destaca «la naturalidad y simpatía de la familia».

Estudió en el Instituto Campo de Calatrava hasta que con 17 años se fue Madrid, a estudiar Ciencias Políticas en la Complutense, en cuyos pasillos se gestó Podemos de la mano de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero y donde reconoce que se implicó «en el activismo político y estudiantil», según recoge su perfil de la web de la formación morada.

En ese espacio también señala que, tras los estudios y debido a «la falta de oportunidades laborales fruto de la crisis económica», volvió a su tierra para «emprender un pequeño negocio de panadería y repostería». Aunque con el nacimiento de Podemos, recuperó «las ganas de implicarse en política». Fue ya en 2015. Se presentó por la formación morada al congreso por la provincia de Ciudad Real en la que Juan Pablo Wert, hermano del que fuera ministro de Educación, encabezaba la lista. Ninguno de los dos consiguió escaño. En su primera declaración de bienes, que puede verse en la página de transparencia de Podemos, Arévalo contaba entonces con solo 3,36 euros en una cuenta corriente y un coche de segunda mano. En la actualidad su asignación podría llegar a los 52.000 euros anuales.

Su vida dio un nuevo giro. Un año más tarde, en 2016, Arévalo consiguió ser diputada, aunque por la provincia de Albacete.

Madre de un niño de cuatro años, fruto de su relación con otro miguelturreño, en una entrevista concedida a La Tribuna  en junio de 2016, aseguraba que «cuando apareció Podemos consideré que era la herramienta política que podía traer el cambio a este país y, desde el principio, en Castilla-La Mancha, formé parte». El desempleo y que la sociedad se tomara en serio la conciliación laboral y familiar eran dos de los objetivos que se marcó Arévalo para luchar en la Cámara Baja tras conseguir un asiento en el hemiciclo. «Estamos convencidos de que generar empleo público genera empleo privado», declaró en la misma entrevista.

Su paso por el Congreso duró hasta 2019. Candidata, ahora por Toledo, sufrió la pérdida de apoyos del partido de Pablo Iglesias y se quedó sin trabajo, al menos en el Congreso. Dejó de ser diputada pero pasó a ser jefa adjunta de gabinete del Ministerio de Igualdad. Su amistad con la ya ministra Irene Montero quedaba patente en las redes sociales. En un mitin de precampaña de 2019, en Toledo, Montero describió a su amiga, a la que asegura conocer desde los 15 años, como «una persona maravillosa» que sabe enfrentar las situaciones «más difíciles» y que «pelea con uñas y dientes por una vida mejor». Arévalo, por su parte, en su Facebook, hablaba de lo «maravilloso» que era «poder seguir juntas, marchando juntas como dice la Belli. Me he acordado de este poema porque tú eres de las que nunca fallan, de mis amigas de años y de las que siempre están con su mismo desplante en la trinchera necesaria. Un abrazo hermana. Te quiero mucho».

Los que fueron sus compañeros de siglas en la provincia prefieren no pronunciarse sobre el escándalo, aunque insistieron en que si los hechos denunciados son ciertos se deben depurar responsabilidades.