El sustento de las aves carroñeras como turismo

Ana Pobes
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Javier Camarena crea el único muladar turístico de la región. Situado cerca de Cabañeros, en Horcajo de los Montes, se ha convertido en un gran atractivo para turistas y extranjeros

El sustento de las aves carroñeras como turismo

La parcela que Javier Camarena tenía «muerta de risa» en el paraje El Madroñal, en Horcajo de los Montes (Ciudad Real), se convirtió hace unos años en un muladar, un espacio en el que se deposita carne para la alimentación de aves rapaces necrófagas, como ejemplares de águilas reales. Una acción que llama la atención a turistas y extranjeros, que han convertido este lugar en el primer muladar turístico de Castilla-La Mancha. Pero el camino, reconoce Javier Camarena, artífice de la idea, no ha sido fácil. A todos los trámites burocráticos y autorizaciones correspondientes para instalar el muladar se sumó los documentos necesarios para instalar un observatorio en el que poder contemplar cómo decenas de aves se acercan a por alimento. Sin duda, «todo un espectáculo» que no dejará impasible a nadie.

Veterinario de profesión y amante a la naturaleza y a la fotografía, Camarena percibía que en los últimos años los buitres atacaban al ganado en busca de alimento tras la prohibición depositar carne muerta en el campo con la aparición de la enfermedad de la encefalopatía espongiforme bovina, más conocida como mal de las vacas locas. «Cuando vi que hacían daño al ganado, solicité un muladar en la parcela. Tras recibir la autorización empecé a echar los despojos de las monterías y era todo un espectáculo, por lo que me animé a instalar una caseta como observatorio», argumenta en declaraciones a La Tribuna.

Desde su puesta en marcha, en el año 2019, han sido ya varios los turistas de la zona que se han acercado hasta el lugar, pero también del extranjero. Fiel reflejo de ello, recuerda, es que en 2019 recibió a nueve turistas, de los que cinco eran de nacionalidad extranjero. El año pasado, y con la llegada del COVID-19, la cifra bajó a los seis pero confía en que pronto se retome la «buena aceptación» con la que comenzó a fraguarse su idea. Los holandeses han sido, hasta ahora, los que más interés han mostrado por este tipo de turismo. «Aficionados muchos al turismo ornitológico, les llamaba principalmente la atención sobre todo el águila real. Alucinaban ver tan de cerca las aves», apunta al tiempo que señala que para la ocasión, y dependiendo del resultado de las monterías, puede llegar a echar hasta más de mil kilos de carne, alimento que se comen «en muy poco tiempo si tienen mucha hambre». «No les echo de comer todos los días, durante los fines de semana si hay monterías comen bastante, pero luego entre semana no les echo nada si no hay visitas. Ahora, con el COVID, hay pocas monterías, por lo que se les echa cada quince días», puntualiza. En el transcurso de un tiempo, y en torno a la comida, toda una variedad de aves, desde buitres y águilas reales hasta urracas y alimoches.

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Sin apenas subvenciones públicas, tan solo una ayuda del Organismo Autónomo de Parques Nacionales para alambrar el muladar, Camarena ha hecho una fuerte apuesta para el sustento de las aves carroñeras como reclamo turístico. Y de momento no se arrepiente de convertir en realidad esa idea que tuvo hace ahora más de cuatro años. Para contemplar este ritual de la naturaleza, tan solo hay contactar a través de la página de Facebook muladar cerro del madroñal y pagar un módico precio, ya que «lo recaudado se destinará a sufragar los gastos de mantenimiento».