El 14% de la superficie de nuevo viñedo es para Cuenca

Jonatan López
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El 52 por ciento de las solicitudes presentadas fueron autorizadas por el Ministerio, que da luz verde para explotar 132 hectáreas de las 945 que se adjudican en España

El 14% de la superficie de nuevo viñedo es para Cuenca

Castilla-La Mancha y Cuenca, concretamente, será la comunidad y una de las provincias de España más beneficias por el reparto y autorización para nuevas plantaciones de viñedo en 2021. De las 945 hectáreas que ha concedido el Ministerio de Agricultura –el 0,1% de la superficie de viñedo que había plantada a 31 de julio de 2019–, 526 corresponden a la región castellano-manchega que se erige como la mayor beneficiaria en el conjunto nacional.

La buena noticia para Cuenca es que buena parte de esa superficie, 132,16 hectáreas –el 13,9% de la superficie nacional–, ha sido asignada para los viticultores conquenses, jóvenes y con pequeñas explotaciones en su mayoría, que han visto como su solicitud llega a buen puerto y finalmente podrán iniciar la actividad en la superficie que habían solicitado previamente. Eso sí, no superará las cinco hectáreas por solicitante. 

Cabe subrayar que por delante de Cuenca, Ciudad Real contará con 194,6 hectáreas de superficie y Albacete dispondrá de 151,5, mientras que a Toledo se le ha asignado 47,6 hectáreas y Guadalajara no dispondrá de terreno disponible para nuevos cultivos vinícolas. 

Eso sí, los beneficiarios conquenses pueden estar contentos puesto que se habían tramitado 323 solicitudes y finalmente se han aprobado 168. Es decir, Agricultura ha visto con buenos ojos prácticamente la mitad de las peticiones procedentes de Cuenca (52 por ciento) y, sin embargo, el 47 por ciento de los solicitantes ciudadrealeños y el 45,8% de los albaceteños tiene luz verde para poner en marcha su explotación.  

Bajada de solicitudes. ¿Es suficiente la ampliación de superficie de viñedo que aprueba Agricultura y se ajusta a las necesidades de los viticultores de la provincia? De entrada, la alta cosecha del año pasado y la crisis derivada del coronavirus han provocado que las ventas se viniesen abajo y, por tanto, las solicitudes  para la explotación de nuevos viñedos hayan descendido respecto a años anteriores. Eso y la sobreproducción de variedades como la airén que, en ciertas zonas de Castilla-La Mancha, han causado dificultades a la hora de acceder al mercado del vino por los excedentes.

No obstante, Asaja Cuenca ve con buenos ojos las concesiones que se han otorgado a la provincia y cree que los viticultores conquenses «están haciendo muy bien su trabajo desde hace varios años, elaborando graneles de variedades mejorantes que se venden», dice el miembro del Comité Ejecutivo, Juan Manuel Pozo, quien entiende que las solicitudes pertenecen a zonas de producción, caso de la comarca de Mota del Cuervo, en la Mancha, o la Manchuela. «Son agricultores jóvenes que ven que hay futuro en seguir poniendo viña y variedades blancas como chardonnay, sauvignon blanc, y negras como syrah, garnacha tintorera o petit verdot, y otras variedades que en sus cooperativas se están defendiendo bien a pesar de la crisis del sector».

Las previsiones indican que la cosecha será la  de un año normal. A falta de mes o mes y medio para que se inicie la campaña de la vendimia, las expectativas son altas o al menos se parecen mucho a las de una campaña normal. Tras varios años de excelentes resultados y rendimientos, parece que el presente año estará en los límites de uno habitual. Es decir, la meteorología no acompañó en el arranque del año, con la tormenta Filomena, y tampoco le secundó un mayo excesivamente seco. Sin embargo, las lluvias de junio recuperaron la planta. 

«Hubo problemas de mildiu y se han dado partes en algunas variedades, pero puede ser una cosecha de un año normal», dice el miembro del Comité Ejecutivo de Asaja Cuenca, Juan Manuel Pozo, quien vaticina que «no va a ser corta». 

En cuanto a la campaña anterior, reconoce que en Navidad «estábamos todos los agricultores con el alma en vilo, porque no sabíamos si se iba a poder vender el vino». Al final, las heladas que se produjeron en Francia e Italia «hicieron que en zonas como la Manchuela, por ejemplo, se vaya a vender prácticamente todo». 

El problema, antes de que empiece la recogida de esta campaña, es con la retirada de lo que aún queda en bodegas y cooperativas. Además, los bloqueos del los puertos marítimos y las dificultades que se han venido sucediendo en los últimos meses han encarecido los costes para el productor.