"El MUPA es un museo de primera categoría nacional"

I.M.
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El próximo mes Santiago Langreo cogerá sus vacaciones estivales y en septiembre, después de cinco años como director del Museo de las Ciencias y del Museo Paleontológico, volverá a su instituto, al Alfonso VIII como orientador

Santiago Langreo, director del MUPA y del Museo de las Ciencias. - Foto: Reyes Martínez

Santiago Langreo (Cuenca, 1961) se va por motivos personales y se va con un MUPA consolidado a todos los niveles y con un Museo de la Ciencia que precisa de una nueva remodelación. Se va, además, con más de un proyecto ya empezado pero sin terminar y se va contento por el apoyo recibido, por el equipo humano con el que le ha tocado trabajar y con el trabajo hecho.

En 2016 Santiago Langreo se hacía con la dirección del Museo de las Ciencias y del Museo Paleontológico, no obstante, cinco años más tarde, a finales de este mes, dejará su cargo ¿Por qué decide irse?

Me voy por cuestiones personales. Llevaba ya cinco años y llega un momento en que uno valora sus habilidades y también las oportunidades que da el contexto y en el que tiene que decidir si es el momento de continuar o de cambiar y a mí me ha llegado el momento de cambiar

¿A dónde se va?

Me voy a mi centro de destino, al instituto Alfonso VIII a llevar la orientación pues yo soy de profesión orientador y allí voy a ejercer mi docencia, más bien, mi labor de asesoramiento y evaluación.

¿Le va a suponer entonces esto todo un cambio?

Desde luego que me va a suponer un reto grande, profesionalmente hablando, pues yo fui orientador en Primaria, en donde la labor a hacer era mucho más de diagnóstico y de evaluación psicopedagógica. Ahora en Secundaria, la labor a hacer es más de acción tutorial, de acompañamiento o de asesoramiento profesional en base a las decisiones que ya van tomando los adolescentes. Me va a suponer un cambio de etapa importante, que asumiré en el tiempo que, antes de jubilarme, pueda dedicarle y en la que intentaré aportar lo mejor y cumplir con mi trabajo, lo mismo que he hecho en los Museos en estos años.

Han sido cinco años al frente del MUPA y del Museo de las Ciencias. Dentro de esos cinco años si tuviese que destacar algo, ¿qué es lo que destacaría?

En primer lugar que fue un reto doble porque cuando ya había aceptado el ofrecimiento que me había hecho el entonces viceconsejero de Cultura, Jesús Carrascosa, de dirigir el Museo de las Ciencias, me enteré de que no iba a ser un museo, sino dos, lo cual fue una sorpresa para mí. El Museo de las Ciencias, ya lo conocía porque había estado trabajando algunos años con Jesús Madero, pero el de Paleontología no. Pero es que era, además, un nuevo centro que nunca antes había tenido director y que había que remodelar fuertemente. Por supuesto, yo no adopté la decisión de colocar el MUPA aquí, ni el que tuvo la idea original de su continente, ni siquiera he sido yo, ni nadie, el que ha generado el patrimonio paleontológico. Yo lo que hecho ha sido acompañar a articular las diferentes variables para dar, junto a un pequeño equipo humano, pero excelente, un proyecto en equilibrio.

De esto si que me siento satisfecho, de haber facilitado en la medida de lo posible que las cosas salgan adelante, que cuando la gente viene a aquí a hacer unos talleres, unas jornadas o un congreso tenga facilidad para poder acomodarse y poder participar en sus servicios y en disfrutar viendo la colección que tiene.

Hemos sido capaces de que un pequeño museo, como era el MUPA ahora sea uno de primera categoría nacional e internacional. Al margen de que tiene todavía mucho potencial para seguir mejorando.

Ha hablado del MUPA, pero ¿qué tiene que decirnos del de las Ciencias y de su dirección?

El MUPA era nuevo pero el Museo de las Ciencias ya llevaba tiempo funcionando y fue fácil llevarlo con independencia de que ya había formado parte como responsable del gabinete didáctico. Se trataba de seguir y de mejorar aquellas cuestiones que se podrían mejorar.

Al perderse la parte de paleontología quedó cierto hueco y cometimos una remodelación de la parte de geología, con la planetaria y gracias a una subvenciones que tuvimos del Consorcio.

Es cierto que le hace falta una nueva remodelación al Museo de las Ciencias porque ya han pasado 12 años desde la última remodelación, desde el 2009.

Seguro que también habrá habido, como se dice, coloquialmente malos tragos, ¿o no?

Siempre hay algo que te deja un mal sabor de boca pero personalmente creo que eso se lo tiene que guardar uno. En primer lugar para aprender y en segundo lugar porque no es bueno darle al enemigo razones para que te critiquen.

¿Han sido también unos años marcados por la pandemia y esto, sin lugar a dudas, también se habrá notado y bastante?

El problema ya no es tanto cuando cierras una sala y luego la abres. El problema es que tanto en el de las Ciencias como en el MUPA hemos generado cantidad de proyectos, algunos compartidos y otros, en cambio en solitario, y la pandemia se ha cargado absolutamente todas esas dinámicas. Iban como un cohete para extenderse no sólo a nivel local sino también provincial y regional pero, repito, la pandemia se los ha llevado por delante y con el añadido de que iban acompañados de personas. Algunas de las cuales, las hemos perdido al fallecer a causa del Covid, como fue el caso de la presidenta de la Asociación de Amigos de los Museos.

Al margen de los proyectos, tanto uno como otro se dirigen al mismo público. Hay mucho público que comparten los dos museos. Está la entrada combinada pero también porque visitan ambos, primero van a uno y luego, a la semana siguiente, por ejemplo, al otro. No obstante, un importante porcentaje del público que tenemos lo ocupan los centros educativos y que ya han vuelto a venir, lo mismo que hemos vuelto a recuperar la interactividad. Luego están las familias.

Con independencia de la pandemia y sus efectos ¿considera que el MUPA como tal se ha convertido en un referente para la propia ciudad más que el de las Ciencias?

El MUPA es más nuevo. El Museo de las Ciencias tiene el problema de que es viejo, lleva 22 años, y como pasa con otros muchos lugares, ya hay mucha gente que lo ha visitado, por lo que salvo que no le ofrezcas exposiciones temporales o un cambio de contenidos es difícil que vuelva.

No obstante, pese a ellos las cifras nos sigue diciendo que hay mucha gente que pasan por él. En el 2019 el Museo de las Ciencias fue el Museo de Cuenca que más visitantes recibió, más que el MUPA. Ahora es a la inversa. En el 2019, el de las Ciencias recibió 80.000 visitantes, el MUPA tuvo 79.000. Lo que diferencia a uno y otro es que el Paleontológico tiene colección, el otro, no. Yo siempre he dicho que el contenido del de las Ciencias son los ciudadanos, sus ideas, sus conocimientos, su capacidad crítica.

¿Se ha dejado alguna iniciativa, proyecto o acción sobre la mesa?

Sí. Hay proyectos que están empezados como, por ejemplo en el Museo de las Ciencias, el centro para jóvenes artistas e investigadores en la Casa Azul (Torre de Mendoza) y que vendrá a ser como una especie de hostel, de alojamiento para jóvenes que estén llevando a cabo sus proyectos de investigación o tesis doctorales. Y en el MUPA, ya está iniciado el nuevo centro de investigación paleontológico y que va a ser la guinda para este Museo no sólo por la investigación sino también por el espacio, que nos hace falta.

Dos museos y dos ámbitos totalmente distintos. ¿Cómo compagina ambas direcciones?

Cómo he podido, en moto de un lado a otro, intentando dividir las jornadas y delegando también muchas cosas en compañeros y compañeras en uno y en otro Museo.

¿Se sabe ya la persona que le va a sustituir en la dirección juntos o, por contra, van a ser dos direcciones independientes?

No lo sabemos, es una decisión que tiene que tomar la Consejería. Por supuesto, me han preguntado y he dado mi opinión.

No obstante, quiero aprovechar la ocasión para agradecer todo el apoyo que he recibido tanto del anterior titular de Cultura como de la titular actual, así como la confianza depositada en mí por parte de la viceconsejera Ana Muñoz. Yo defendí la unidad de los dos museos como proyecto. Creo que es el momento de pensar si conviene que sigan juntos o que vayan por separados.