El Castillo de Santiago de la Torre se salva de la ruina

V.M.
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La restauración del recinto, impulsada por el Ayuntamiento de El Provencio, logra sacar la fortaleza de la Lista Roja del Patrimonio

La primera fase de las obras se prolongó por espacio de varios meses. - Foto: S.G.

El  vasto patrimonio histórico-artístico que atesora la provincia de Cuenca, en muchos casos en un estado de conservación muy precario, hace si cabe más interesante la iniciativa llevada a a cabo por el Ayuntamiento de El Provencio con el Castillo de Santiago de la Torre, levantado en la Baja Edad Media y que presentaba un estado ruinoso.

Aunque enclavado enclavado en el vecino término municipal de San Clemente, los habitantes de la antigua aldea de Santiaguillo ubicada junto al Castillo siempre tuvieron más vínculos estrechos con El Provencio, por lo que, tras un análisis histórico y arqueológico del edificio, el Consistorio de esta localidad logró propiciar un acuerdo con la mayor parte de sus herederos para impulsar su urgente restauración.

A finales del pasado verano concluía la primera fase de la actuación, donde se llevaron a cabo trabajos de consolidación, desescombro y reconstrucción de la muralla, con una inversión de 200.000 euros, y está previsto que en este año que ahora comienza se lleve a cabo la segunda fase, donde está previsto una aportación de 150.000 euros con cargo al 1,5% Cultural y partidas de la Diputación y el propio Consistorio, de 30.000 y 20.000 euros, respectivamente, contemplándose la recuperación del antiguo palacete, con lo que podrían  llevarse a cabo exposiciones y otro tipo de actividades.

El regidor provenciano, Julián Barchín, subrayó a La Tribuna de Cuenca que «tras ver que año tras año el Castillo se iba deteriorando de forma progresiva, incluso había sido objeto del expolio de objetos y materiales, desde rejas a puertas, nos pusimos a trabajar en recuperar este Bien de Interés Cultural, una iniciativa liderada por el concejal de Patrimonio, y explotarlo turísticamente para beneficio de toda la comarca». 

Barchín destaca que la seria propuesta de actuación logró el beneplácito de la mayoría de los herederos -más de 80 familias- «y a día de hoy tenemos la donación de en torno al 75 por ciento del Castillo". 

El regidor desvela que la prioridad ha sido asentar las partes que peor estaban para evitar derrumbes, «de hecho la borrasca Filomena había contribuido a un mayor deterioro si cabe, por lo que entre marzo y julio se asentaron algunas zonas, se desescombró y se actuó en la reparación de las murallas, lo que ocurre es que esos 200.000 euros -procedentes de Patrimonio de la Diputación del ejercicio 2018-, no dan para mucho en un complejo tan grande, incluso la dirección, la coordinación  y el proyecto de obras ha corrido a cargo del propio Ayuntamiento».

Por su parte, el concejal de Promoción Económica, Patrimonio, Turismo y Deportes, José Manuel Triguero, asegura que en esta próxima actuación se realizará «la reconstrucción de lo que es la zona palaciega del recinto, posterior al siglo XVI, se terminará la parte de las cubiertas que faltaban y se trabajará en la cimentación, suelos, carpintería y en la reparación del adarve de la muralla, para que los visitantes puedan volver a subir a los muros». Triguero considera que la rehabilitación del Castillo puede ser un elemento turístico dinamizador para toda la comarca, «de hecho en la fase de desescombró ya se habilitó una pequeña parte de musealización, incluyendo unas vitrinas con algunos restos arqueológicos encontrados en superficie y se han instalado  paneles y códigos QR para convertir esta visita en multimedia».

«Tras la nueva fase de restauración -prosigue- ya podrán ser visitadas algunas salas y se llevará a cabo una reconstrucción a nivel estructural, evidentemente este es un proyecto a realizar en ocho o 10 años y precisa de inversiones anuales constantes».

El edil apunta que actualmente se ha logrado salvarlo de la ruina, de hecho ya no figura en la Lista Roja del Patrimonio, y, paralelamente, Corporación municipal trabaja para lograr hacerse con la adquisición de todo el Castillo, «actualmente ha conseguido la donación de cerca del 80%, ya que la torre del homenaje de la fortaleza aún no ha sido cedida por los propietarios;  debería haberse actuado mucho antes, porque se habría evitado el expolio y el hundimiento de un paño de la muralla y de la ermita en el año 2012, pero lamentablemente en las tres últimas décadas nadie se preocupó por acometer su restauración». 

Cabe apuntar que el Castillo de Santiago de la Torre tiene forma de L, muralla almenada y una torre redonda en cada una de sus cinco esquinas, estando enclavado en una zona que no es defensiva, puesto que está en una llanura, y la parte armamentística está preparada para espingardas, algo difícil de ver en este tipo de construcciones. Sus primeras referencias se sitúan en el siglo XIII y es la familia Portocarrero la que construía la torre del homenaje en el siglo XV, de la misma época y características que la Torre Vieja de San Clemente, de estilo gótico renacentista.

«El patrimonio siempre devuelve mucho más de lo que invertimos en él y al final puede repercutir muy positivamente en el turismo y la hostelería municipio y en todos los pueblos de alrededor, desde La Alberca de Záncara a Las Pedroñeras o San Clemente», concluye José Manuel Triguero.