La Amargura concluye su nuevo belén, que «causará sensación»

Leo Cortijo
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Después de dos años de concienzudo trabajo, el belenista Félix Soriano termina un nacimiento faraónico, de 25 metros cuadrados, 500 figuras, amurallado y con una réplica del Tesoro de Petra

La Amargura concluye su nuevo belén, que «causará sensación»

Todavía restan tres largos meses para Navidad, pero la hermandad de Nuestra Señora de La Amargura y San Juan Apóstol ya lo tiene terminado. Después de casi dos años de concienzudo y paciente trabajo, la cofradía del Miércoles Santo ha terminado el nuevo belén con el que «causará sensación» este año. No es para menos. Sus dimensiones y características son faraónicas: entre 25 y 30 metros cuadrados y en torno a 500 figuras entre personas y animales. De estilo hebreo, destaca como principal novedad con respecto al anterior por ser un recinto completamente amurallado. Las edificaciones que lo integran son nuevas, y por encima de todas ellas brilla como joya de la corona una recreación hiperrealista del Tesoro de Petra, emblema de la cultura nabatea.

Una vez terminado, ahora llega el turno del proceso de montaje. La sede de la Amargura comienza a acondicionarse para tal fin, empezando por la impermeabilización del suelo de madera. Y es que, según explica el depositario de la hermandad, Pedro Paños, «al llevar un río, tenemos que poner los medios para que el agua no dañe el suelo». El montaje, módulo a módulo, llevará en torno a unos 15 días.

La ilusión de Pedro es «máxima», y todo «para que Cuenca lo vea, lo disfrute y, de paso, conozca nuestra hermandad y los entresijos de nuestra sede». Una sede que en Navidad es un ir y venir de niños –y no tan niños– que quieren disfrutar de todos los detalles del belén de la Amargura. Eso, añade, «compensa las muchas horas de trabajo y esfuerzo para ver la obra de arte del maestro belenista, Félix Soriano».

De Félix y de su equipo parte todo. Ellos son la piedra angular de este proyecto, que les llevó a deslumbrar hace unos años con el belén serrano y a mejorar con éste nuevo –todavía más si cabe– el que ha lucido la hermandad en las dos últimas navidades. El belenista no quiere desvelar todas sus cartas, como es lógico, y se guarda algunas sorpresas para cuando llegue el momento de alzar el telón. Además, éstos son días en los que tiene que probar algunos efectos especiales, «para ver si finalmente se pueden llevar a buen puerto». Por ello, no es descartable que este belén incluya efectos meteorológicos y de sonido. Para comprobarlo, habrá que esperar. Lo único cierto, apunta Félix, es que «terminar una obra que ha salido completamente de tu cabeza siempre es un placer».