Árboles de reconocida fama

Jonatan López
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Desarrollo Sostenible prepara un nuevo inventario de patrimonio natural, que ya incluye siete ejemplares y conjuntos naturales protegidos

Árboles de reconocida fama

Siete de los ocho árboles y ejemplares singulares de Castilla-La Mancha pertenecen a Cuenca. Ese es, por el momento, el listado que maneja la Consejería de Desarrollo Sostenible. No obstante, la lista puede crecer notablemente en la nueva Orden que prepara la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad. Por el momento y hasta que se regule el inventario que otorga el distinguido título, la provincia acumula la mayor parte del patrimonio natural de la región gracias a la gran cantidad de ejemplares centenarios que pueden encontrarse en la masa forestal del territorio conquense.

Esta semana se publicaba en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha la resolución de la Consejería, cuyo objetivo es abrir un periodo de información pública para regular el inventario de árboles y ejemplares singulares y crear la Red de Rodales de Bosques Próximos a la Madurez. El objetivo claro es «identificar los últimos rodales próximos a la madurez y establecer un régimen de protección para aquellos que, una vez identificados y caracterizados, se resuelva determinarlos», así como clasificar árboles en relación a su belleza, rareza (desarrollo o ubicación), porte (singularidades morfológicas o dendrométricas), longevidad, o interés cultural, histórico y científico.

La nueva Orden plantea un periodo de participación pública para que los ciudadanos y las asociaciones que lo estimen puedan realizar aportaciones, sugerencias y mejorar el nuevo listado. Para ello, se ha habilitado un borrador de la Orden en el tablón de anuncios de la sede electrónica de la Junta de Comunidades (www.jccm.es/sede/tablon), que finaliza el próximo 10 de marzo.

Árboles de reconocida fama Árboles de reconocida fama especies singulares. Seis de los ejemplares singulares que se hayan en suelo conquense y que están recogidos en el inventario se encuentran en el término municipal de la Cierva, en la Serranía conquense. Junto a las Torcas de los Palancares se hallan el Pino Abuelo y el Pino candelabro, dos pinus nigra o pino laricio muy reconocidos y visitados, que no distan muchos kilómetros entre sí. El primero ha sido emblema de la Serranía de Cuenca y es fácilmente visible desde la carretera por su extraordinario tamaño. Se dice que tiene 500 años de vida y su tronco tiene un diámetro de más de seis metros. El candelabro es más joven, de unos 400 años, pero su singularidad estriba en las seis ramas que parten de su tronco, formando esa peculiar imagen. Una de ellas cayó hace unos años por el peso.

Con el decreto de 2001 por el que se declaraba Monumento Natural a Los Palancares y Tierra Muerta, se añadieron árboles y ejemplares singulares, caso del Grupo de Pinos del Tío Rojo, el Sabinar albar de la Majada del Churro, el Conjunto de Sabinas albares del Prado, y la sabina Retrata y El Sabinorro, todos ellos en La Cierva. Estos últimos son menos conocidos por los amantes de la naturaleza y los admiradores de árboles singulares.

Muy lejos de allí, en el límite de la provincia y en el término de Mota del Cuervo, se encuentra la Carrasca Ruli. Se decía que el árbol tenía casi cinco siglos de vida y, probablemente, era uno de los más viejos de la provincia, sino el que más. Sin embargo, el peso de una gran nevada a principios de 2018 acabó por quebrar sus grandes ramas. Una tormenta posterior acabó por derribarlas y, ante el peligro que suponía perderla por completo, la Consejería de Agricultura decidió proteger la encina con la declaración de árbol singular.

Otros grandes árboles ancianos de la provincia son susceptibles de integrar la lista. Por ejemplo, ‘El Dios de Pajares’,  el pino de Moya, el del Ocejón, o los plátanos del Palacio de los Gosálvez, en Casas de Benítez.