"No me esperaba para nada que pudieran pensar en mí"

I.M.
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El actual director de Cáritas Diocesana, Pedro Bordallo, pasó su carrera profesional en distintos puestos de la administración sanitaria, entre ellos el Hospital Virgen de la Luz, hasta su jubilación y su posterior entrada en esta entidad benéfica

El actual director de Cáritas Diocesana, Pedro Bordallo - Foto: Reyes Martínez

El pasado día 1 de febrero Cáritas Diocesana daba a conocer el nombramiento  por parte del obispo de la Diócesis de Cuenca, José María Yanguas, de Pedro Bordallo como el nuevo director  de esa entidad  en sustitución de José Martín. Voluntario en Cáritas desde hace unos años, y procedente de la dirección del economato  Emaús, de su predecesor sólo tiene palabras amables lo mismo que del equipo que le  rodea. Sobre su labor en los próximos cuatro años asegura que  su dirección será continuista en beneficio de las personas más vulnerables, más necesitadas  y sin cambios de momento.

¿Cómo llega el actual director de Cáritas Diocesana a esta entidad? Llegó a Cáritas de la mano un poco de mi párroco de San Fernando. Sabe que estoy jubilado, que he estado de siempre metido en  labores un poco de parroquia y hablando con José Martín me proponen la idea  de entrar y la acepté. Empecé como voluntario en el Economato de Cáritas y allí he estado tres años desarrollando un labor para mi muy gratificante y que me ha gustado mucho. Y del Economato paso a la dirección de Cáritas.

Al margen de esto he dirigido campamentos en Acción Católica Juventud, me he encargado de la formación de los monitores de los campamentos San Fernando  y de la organización del grupo.  Ese trabajo junto con las parroquias de la Fuente del Oro y de la Paz, es el que luego daría origen al  campamento de Juan Pablo II, el cual, todo el mundo, aquí en Cuenca, es el que más conoce.

¿Va a seguir vinculado al economato o  va a tener que dejarlo?

No, lo tengo que dejar, pero también por sentido común . Cáritas requiere una dedicación de tres o cuatro horas casi todos los días, por no decir alguna más, y por su parte, el Economato también requiere que se le dedique unas horas a su frente, pues están las compras, la  colocación o  la distribución, y no puedo estar en dos sitios a la vez.

¿Qué sintió, no obstante, cuando el obispo Yanguas se lo propuso?

Cuando te llama el señor obispo después de hablar con el Consejo Diocesano, de haber hecho todo el proceso para elegir a un nuevo director, para decirme lo del cargo y para saber si lo iba a aceptar o no, la verdad, es que esto no entraba en mis planes porque estaba muy a gusto en el  Economato y  los compañeros voluntarios que hay  son excepcionales. De Cáritas todos hemos oído hablar, sabemos de sus campañas, pero cuando estás dentro es cuando en verdad la conoces  a ella y a la realidad que atiende. 

 No me esperaba para nada que pudieran pensar en mí para esta dirección,  pero le voy a poner ganas, ilusión y trabajo.  Debo decir que también me motivó el equipo de profesionales que me dejan, siendo extraordinarios en  todos los aspectos. Se puede decir que estoy aterrizando, pero me encuentro bien. Tienen paciencia conmigo, me van mostrando sus proyectos, me van enseñando, me van llevando un poco de la mano de todo lo que mueve Cáritas y que, gracias a Dios, es mucho y siempre pensando en los más vulnerables.

Y todo ello, además, en tiempos de pandemia ¿Se está notando mucho la  Covid-19? ¿Se han incrementado tanto las necesidades?

Sí que se está notando. Soy optimista y soy de los que piensa que saldremos de ésta, además, más reforzados pero antes hay que salir  y hacer frente a lo que tenemos. Y sí que se han incrementado la necesidades. Eso ya lo habíamos visto en el Economato pero también se que aquí, en Cáritas  ha aumentado el número de comidas a domicilio o que el albergue está lleno. 

No obstante, mi impresión es que, gracias  a los profesionales y a los voluntarios que tiene Cáritas,   donde podemos, donde queremos o donde nos llama estamos llegando poniendo mucho cariño y a la vez  mucha dedicación.

¿Considera que el papel de Cáritas en la situación actual es fundamental? ¿Cómo lo definiría? 

Venimos percibiendo y desde hace tiempo que la gente cada vez está en peor situación. No podemos mirar hacia otro lado. Tenemos que estar cerca de estas personas, conocer su realidad, acompañarles y sobre todo ayudarles, si es posible, a que salgan de esa situación de vulnerabilidad social en la que están. Estamos poniendo todos nuestros medios para darles servicio. Nuestro motor, nuestra columna vertebral es estar al lado de los grupos más vulnerable y así vamos a continuar.

¿Cómo piensa hacer esto Pedro Bordallo los próximos cuatro años? 

Los proyectos que tienen me parecen extraordinarios. No obstante, sí que habrá cambios en estos cuatro años, a lo mejor apoyando un proyecto más que los que tenemos o incluyendo otro en nuestra labor con los más necesitados, pero de momento, no es mi meta. De momento, lo que voy a hacer es mantener lo que tenemos  y dedicarle todo el tiempo que podamos a esta situación que nos está cambiando un poquito la forma de vivir. 

Dejando de lado su llegada a la presidencia, su labor, ¿qué puede decirnos de la persona a la que sustituye, de José Martín?

De José Martín sólo puedo hablar bien. Siempre ha estado a mi lado, su puerta siempre ha estado abierta, me ha ayudado en todos los problemas. Estoy de acuerdo con lo que el ha hecho, aunque reconozco que le tocó vivir una situación también muy dura pues había que reestructurar, organizar todo esto. Yo le pondría un 10. Me deja un equipo que está funcionando y a mí lo que me toca es dejarme llevar, dejarme enseñar para aprender.

Usted empezó como voluntario. ¿Son tan esenciales?

Cáritas Diocesana sin los voluntarios no podría hacer la labor que está haciendo. Hay que pensar que es gente muy generosa que pone su tiempo, que Cáritas les forma pero que son ellos los que están a pie de obra, como vulgarmente se dice. Ellos, por ejemplo, en las parroquias no sólo son los que hace las bolsas de alimentos, sino que también son ellos los que la reparten, los que escuchan a las familias. Su papel es fundamental.