Mora pedirá ayudas al Estado por los daños de una riada

J.M.
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En Quintanar de la Orden la tromba de 50 litros por metro cuadrado en 45 minutos interrumpirá varios días la vendimia. En La Puebla de Almoradiel cayeron 70 litros por metro cuadrado con viviendas y edificios municipales anegados.

Mora pedirá ayudas al Estado por los daños de una riada - Foto: Yolanda Lancha

El temporal causado por la ‘Gota fría’ dejó temblando el domingo por la noche a los vecinos de Mora de Toledo, quienes se aprestaban para disfrutar relajadamente de una semana de celebración por las fiestas en honor del Cristo de la Veracruz. Tanto, que la Corporación municipal ha acordado pedir al Estado la declaración de zona catastrófica y la remisión a la Subdelegación del Gobierno para pedir más ayudas. Así lo confirmó a este diario el alcalde, Emilio Bravo, sobrecogido aún por la riada que alcanzó el metro de altura en la calle San Lorenzo, donde desfilaron descontrolados más de una decena de coches que sufrieron daños. El agua bajaba brava a la plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento y se aposta estos días el Recinto Ferial, muy dañado por este fenómeno estremecedor.

Un corro de vecinos compartían ayer el terror vivido la noche anterior, pasadas las ocho de la tarde, cuando una tromba de agua de unos 40 litros por metro cuadrado trajo consigo una riada inesperada, probablemente fruto de una descarga más fuerte en las inmediaciones del pueblo. «Empezó a caer a cubos. No era diluviar, era impresionante», acertaba a relatar María José a este diario con el asentimiento de Nico. Juntos recordaban que sólo habían vivido un hecho similar en Mora hace 57 años. «Un 26 de septiembre», apostillaban en la plaza de la Constitución.

La calle San Lorenzo desemboca en esta plaza y estremece la marca que dejó el agua en las paradas blancas. La riada alcanzó la altura de la cintura y se llevó por delante más de 10 coches, manejados a su antojo por el agua. «Colorao, colorao», aporta por el color del agua Jacinta mientras camina por esta céntrica vía, donde algunos vecinos limpiaban los restos de la tromba. «Se amontonaban los coches. Ay qué lástima, por Dios», suspira. A su lado, Sagrario deja impoluta la entrada a la casa de sus hijos. «Esto no es normal», decía por una precipitación que estuvo al borde de colarse en la vivienda de sus vástagos.

Dos vecinas jóvenes asomadas a la ventana de un edificio de la calle San Lorenzo relatan cómo un hombre se jugó el tipo al intentar rescatar el coche en plena riada. El agua se lo llevó calle abajo hasta que logró salir por sus propios medios.

La tromba obligó a suspender la procesión del Cristo de la Veracruz prevista para las nueve de la noche. «Quién iba a estar allí con la que estaba cayendo», afirma Manuel mientras limpia la fachada de la casa. Este hombre y su familia achicaron el agua en la entrada de la casa en plena riada y consiguió mitigar los daños. «Si no nos pilla aquí, la liamos gorda», dice este vecino de Aranjuez que aterriza esporádicamente en Mora, un municipio de unos 10.000 habitantes.

El alcalde y los concejales del equipo de Gobierno se emplearon a fondo durante la noche para limpiar las calles y ayudar a los afectados. «Me conmovió que hubiera más de 100 personas», subraya el regidor por la involucración del pueblo. Bravo, quien agradece el interés y la disposición del presidente de la Diputación, del delegado de la Junta y del presidente del PP regional, se congratuló de la reciente limpieza del arroyo, que ayudó a aligerar la riada.

La participación de los servicios de emergencias (Policía Local, Bomberos del Consorcio y del Ayuntamiento de Toledo y Protección Civil) mitigó también los efectos de la riada.

50 incidencias en dos localidades. El servicio de emergencias 112 registró 17 incidencias en Mora, la localidad más afectada pero no la que más avisos transmitió, puesto que Quintanar de la Orden y La Puebla de Almoradiel alcanzaron 25 cada uno. Las tres localidades suponen el grueso de las 86 habidas en la provincia el domingo por achiques u obstrucciones en la vía.

El alcalde de Quintanar, Juan Carlos Navalón, calcula que cayeron 50 litros por metro cuadrado en 45 minutos y provocó la inundación de sótanos y garajes, con un total de 25 incidencias concentradas en la calle Las Aguas y la avenida de San Fernando, con la fortuna de que el arroyo de la Blanca fue limpiado. La colaboración de Protección Civil, Cruz Roja, Guardia Civil y los bomberos del Consorcio alivió la situación, junto con el correcto funcionamiento de la red de alcantarillado.

La mayor consecuencia consistirá en la interrupción de la vendimia los próximos días por la inundación de los terrenos, aunque sin daños para la uva.

Por su parte, el alcalde de La Puebla de Almoradiel, Alberto Tostado, calificó como «grave» la riada con 25 incidencias que dejó varias calles anegadas que alcanzaron sótanos de viviendas y varios edificios públicos como el Ayuntamiento y el Centro Social por los 70 litros por metro cuadrado caídos en menos de una hora. «Hoy hemos estado todo el día quitando restos de agua», apuntó el regidor manchego, quien aseveró también que hay varios viñedos inundados por lo que también se interrumpirá la vendimia en ellos hasta que se seque el terreno.

Entre las incidencias, la ‘Gota fría’ causó también en la provincia el corte de la carretera autonómica CM-3130 a su paso por el término municipal de Quero. Concretamente, la medida alcanza 15 kilómetros, entre los puntos 14,5 y 28,5, según informaba el servicio de emergencias 112.