Hace unos días se dio a conocer la cancelación por motivos obvios de la que iba a ser la quincuagésimo novena edición de la Semana de Música Religiosa. Por desgracia, en materia musical el Covid-19 también se está llevando por delante una gran cantidad de festivales, conciertos, preparativos e ilusiones. Además, en el ámbito musical, tal y como ocurre en la práctica de totalidad de campos, dibuja un panorama complejo para un buen número de intérpretes, certámenes y salas que pierden su fuente principal de ingresos. Por supuesto, a todos ellos dedicamos este humilde artículo y evidenciamos nuestra solidaridad y respeto (ojalá pase muy pronto este mal sueño).
Desde la organización de la Semana se ha indicado que se intentará buscar otras fechas. Lo cierto es que el festival conquense ha ido ligado a la Semana Santa desde su origen. Aunque por diversos motivos Pablo López de Osaba adelantó una semana la celebración del festival entre 1988 y 1993, Ismael Martínez Barambio e Ignacio Yepes lo devolvieron a su fecha original, no sin polémicas y opiniones contrapuestas. Bajo nuestro criterio, este traslado no sería del todo oportuno y tal vez no se entendería, aunque respetaremos la decisión que el Patronato de la Semana de Música Religiosa considere oportuna.
Análisis. Quizá sea interesante realizar un estudio acerca de la programación que se ha planteado para este 2020. La SMR se extendía a lo largo de siete días, los que iban entre el Lunes Santo 6 y el Domingo de Resurrección 12 de abril de 2020 (así, su duración se reducía en dos jornadas con respecto a su edición precedente). Declarada de Interés Turístico Internacional, insignia cultural de Castilla-La Mancha por la Fundación Contemporánea y cuarto festival más antiguo de España, la SMR cuenta desde 2017 con Cristóbal Soler como director artístico.
Ton Koopman fundó la Ámsterdam Baroque Orchestra en el año 1979 - Foto: SMRSi atendemos al programa diseñado por el director de orquesta valenciano, en su cuarta propuesta al frente del ciclo conquense parece evidenciar de nuevo una predilección por la época barroca debido a la nutrida presencia de música de esta etapa en buena parte de los diecisiete conciertos que la estructuran. De forma extraña, se pasaba de puntillas por el 250º aniversario del nacimiento de Beethoven que se está conmemorando en todo el mundo y por otras onomásticas (curiosamente, la única cita en la que se interpreta una sola obra del compositor alemán, una sonata sin ningún vínculo sacro, llevaba el subtítulo de ‘obituario’).
En cuanto al presupuesto de 2020, no conocemos su cifra exacta, ya que no se ha indicado públicamente (imaginamos que habrá ascendido con respecto a 2018, fecha en que se situó en 526.500 euros). Por supuesto, el programa muestra un buen número de aspectos a celebrar. Uno de ellos es el notorio nivel de algunas de las agrupaciones vocales e instrumentales que iban a acudir a los escenarios conquenses. Entre ellas, destacan la Ámsterdam Baroque Orchestra & Choir, que participaba por cuarta vez en la Semana, Conductus Ensemble, en su tercera ocasión consecutiva en Cuenca, la Orquesta de RTVE, que ha protagonizado diecinueve recitales en la historia del ciclo, y la Orquesta Barroca de Friburgo, formación que concurría en el festival por segunda vez (pudimos disfrutar de ella en 2001).
Ausencias. En la programación se echa en falta el proyecto pedagógico dirigido a niños y jóvenes de colegios e institutos de Cuenca y provincia que se programó el año pasado. También observamos extrañas desapariciones, como la del taller de música contemporánea que se realizaba en la UIMP, el apartado SMR Cercana, en el que diferentes investigadores realizaban conferencias sobre las obras que se iban a interpretar de forma previa al recital, o el espacio SMR Social.
Al mismo tiempo, bajo nuestro criterio podemos señalar un buen número de puntos a matizar y mejorar. Entre ellos y con los datos conocidos hasta la fecha (no se dio a conocer el programa del breve acto inaugural y del concierto de Schola Antiqua) destaca la falta de obras compuestas por mujeres (ni una sola partitura de las que se escucharán ha sido creada por una compositora) y de directoras. El festival tampoco cuenta con perfiles en redes sociales como Facebook o Instagram, ni canal en YouTube.
Academia barroca. Si el año pasado no se contó con el que pareció ser buque insignia de la propuesta de Soler, la Academia SMR, parecía recuperarse en esta 59º edición, aunque variando su rumbo 180º. De esta forma, la Academia Barroca de la SMR, un proyecto que se organiza en cooperación con la sede de la UIMP de Cuenca, iba a protagonizar dos conciertos en los que se iba a disfrutar del Stabat Mater de Pergolesi y del Dixit Dominus de Haendel.
La formación, dirigida por Josep María Saperas, cuenta con músicos profesionales conquenses en sus filas y desarrolla un importante trabajo no solo en Semana Santa. Por todo ello, es una iniciativa a defender y potenciar. Eso sí, tal vez la Semana siempre deba ser prioritaria y marcar el inicio de gira y producción. Por supuesto, la idea de realizar una gira con este montaje por otras localidades es muy oportuna.
Ejes temáticos. De nuevo se establecieron distintos apartados para agrupar las distintas actividades (algunos de ellos quizá son un tanto difusos). De este modo, repiten los ya conocidos SMR Antigua, SMR Semana de Pasión y SMR Contemporánea, mientras que desaparecen las ya comentadas SMR Cercana, SMR Pedagógica y SMR Social.
En lo referente a las recuperaciones históricas y el apoyo a la investigación musical, el musicólogo conquense José Luis de la Fuente Charfolé ha cedido de nuevo parte del excelente trabajo que realiza en el archivo de la Catedral de Cuenca. En esta ocasión, íbamos a escuchar obras de Nebra Blasco y Nebra Mezquita.
Compositores. Si agrupamos por etapas estilísticas los creadores y obras que se iban a escuchar en la presente SMR (bien es cierto que, en algún caso, puedan estar a caballo entre varias), la época renacentista está representada por Peñalosa y Pérez Bocanegra, mientras que la barroca, como mencionamos, es la más numerosa. El listado se integra por Bach, Biber, Bononcini, Cardinal, Frescobaldi, Grandi, Haendel, Martínez Compañón, Merula, Monteverdi, Nebra Blasco, Nebra Mezquita, Pedrini, Porreti, Roque, Salas, Sances, Alessandro y Domenico Scarlatti, Storace, Stradella, Supriani, Telemann, Vivaldi y Zipoli.
Por su parte, situamos en la época clásica a Lidón y Nunes y en la romántica a Alkan, Beethoven, Czerny, Gomes, Heller, Mahler, Neukomm, Nepomuceno y Schubert. Representarían la música del siglo XX Martins, Mingote, Piazzolla, Vitier y Villa-Lobos, y la del XXI Aracil, Casablancas, Franco, Frigatti, Martínez Burgos y Torres. Por tanto, se dejaba de nuevo de lado a la música del medievo y la compuesta por mujeres. Además, un mayor equilibrio, de cara a atraer e interesar a diferentes perfiles de público, parece siempre aconsejable.
Estrenos. Con respecto a la obra de estreno, en este 2020, Jesús Torres fue de nuevo el compositor elegido por la SMR para el tradicional encargo de nuevas creaciones, otra de las características del festival, ya que es la segunda vez que la dirección del ciclo piensa en el zaragozano para escribir una pieza (ya aconteció en 2011 con Apocalipsis). También se escuchó su música en 2010 (Ánima) y 2014 (Tenebrae).
Espacios. La SMR 2020 se iba a desarrollar en seis ubicaciones. El Teatro Auditorio era el principal, ya que albergaría la mayor parte de actividades, que se ubicarían en el vestíbulo, la sala principal o la Théo Alcántara. La Capilla del Espíritu Santo de la Catedral, el Espacio Torner, la iglesia románica de Arcas y la iglesia de la Merced también iba a acoger un recital. Por el contrario, no se consideró oportuno programar conciertos en la iglesia de San Miguel, templo desacralizado en el que se inició el ciclo que requiere de obras en su tejado.
Directores y solistas. La terna de conductores que iban a concurrir en los escenarios de la SMR 2020 (indicamos entre paréntesis el número de ocasiones que han acudido a las Semanas, contando esta edición) se integra por Juan Carlos Asensio (19), Pedro Bonet (1), Luis Antonio González (3), Manuel Hernández-Silvia (1), Javier Ulises Illán (1), Ton Koopman (4), Lionel Meunier (1), Fabián Panisello (3), Josep María Saperas (1) y Andoni Sierra (3).
Con respecto a los solistas, destacaba la presencia del excelente pianista de raíces conquenses Eduardo Fernández, que iba a realizar su primera presentación en el festival. En este espacio y entre muchos otros, también podemos citar a la clavecinista Eva del Campo, los cellistas Iacoba Fanlo, Guillermo Turina y Guillermo Martínez, la violinista Tetiana Lutsyk y la soprano Jone Martínez.
Grandes obras. En el apartado de grandes composiciones que se escucharían en la 59º edición de la Semana, un año más sobresalía Bach con ocho piezas que se iban a interpretar en cuatro conciertos. Entre ellas, cabe destacar la Pasión según san Mateo BWV 244, una de las partituras de referencia del ciclo, ya que se ha escuchado once veces en su historia (ocho en el siglo XXI); también tres cantatas compuestas por el Cantor de Leipzig en Semana Santa.
Dos iban a ser las obras que se ejecutarán del catálogo de Haendel, La Resurrezione HWV 47, escuchada en 2003, y el Dixit Dominus. Cabe resaltar también la Sinfonía nº 4 en do menor D417 ‘Trágica’ de Schubert y la Sinfonía nº 1 ‘Titán’ de Mahler. Por último, tan solo íbamos a poder disfrutar de una pieza de Beethoven, la Sonata op. 57 ‘Appasionata’. En este sentido, miramos con cierta envidia al Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Dirigido por el conquense Antonio Moral, ha preparado una 9ª Sinfonía cooperativa en la que se integran un buen número de agrupaciones de la ciudad nazarí.
Horarios y entradas. La disposición de los eventos iba a arrancar el Lunes Santo, día en el que se celebraría un acto de bienvenida y un concierto (17 y 19,30 horas). A continuación, se programó un recital el Martes (19,30 horas) y dos el Miércoles Santo (19,30 y 23 horas). Después, aumentaba la cifra a tres conciertos el Viernes y Sábado Santo (12, 19,30 y 23 horas).
Lo mismo acontecía el Domingo de Resurrección, aunque, en este último caso, llamaba la atención que dos de ellos prácticamente coincidían en el tiempo y obligaban al público a decidir entre uno y otro: la Academia Barroca actuaba a las 12 horas en la iglesia de la Merced y Eduardo Fernández hacía lo propio a las 13 horas en el Teatro Auditorio. Además, las 23 horas tal vez sea una disposición un tanto tardía
En definitiva, la dramática situación obliga a cancelar o resituar a la Semana de Música Religiosa en otro instante en el calendario. Ojalá también sirva para revisar un planteamiento que muestra numerosos puntos muy positivos, aunque hace aguas en muchos otros.
Esperamos que, por fin, se solventen de forma definitiva las tan manidas deudas y contemos en 2021 con una Semana completa, diversa, inclusiva, que apueste por la igualdad de género y plena en calidad.