"Tenemos que pensar por qué estamos en casa"

Nuria Lozano
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La psicóloga Ana Belén Galarzo aconseja reconectar en momentos de agobio y aceptar todas nuestras emociones

"Tenemos que pensar por qué estamos en casa" - Foto: Cruz Roja Cuenca

Desde el punto de vista clínico, la cuarentena por el coronavirus puede desembocar en ansiedad, en los casos más leves, o en estrés postraumático, en los más graves, un problema de salud mental que desarrollan la personas tras experimentar o ver algún episodio muy duro, como es una guerra.

Inmersos en una contienda sanitaria en toda regla, los expertos ofrecen pautas para no sufrir ninguna de estas afecciones.

La psicóloga Ana Belén Galarzo, que trabaja en el proyecto de refugiados de Cruz Roja Cuenca, explica que lo más difícil se acerca ahora, después de superar las dos semanas de confinamiento. "Al principio es una situación nueva, tenemos ánimo y fuerza, pero la rutina nos va mermando y hay que buscar recursos", señala.

En este sentido, es fundamental recurrir a estrategias y habilidades como tener unos horarios de sueño iguales a los que teníamos antes de la crisis, establecer rutinas diarias y, muy importante, no sobreinformarnos. "No es conveniente estar las 24 horas pendientes del móvil, de la tele, de los vídeos que nos mandan. Sí hay que estar informados, pero lo justo y siempre por fuentes oficiales", indica.

Tampoco es aconsejable tener el cien por cien del tiempo ocupado, "si hay que tener un momento de aburrimiento no pasa nada", señala Galarzo, al tiempo que destaca la importancia de mantener en forma, no solo el cuerpo, sino también la mente con actividades relajantes como leer, dibujar, o escuchar música. "Tenemos que buscar espacios para autocuidarnos y sentirnos bien porque esto nos puede sobrepasar». Por ello, según apunta, viene bien pararse a reflexionar y pensar cuáles han sido nuestras fortalezas en otros momentos difíciles «para volverlas a poner en práctica".

EMOCIONES. Considera que en las circunstancias actuales puede ayudar también aceptar las emociones. "Es normal que a veces estemos tristes o enfadados, no hay que evitarlo, es bueno hablar sobre el tema y desahogarnos si es preciso con nuestros amigos". "En ocasiones de agobio o cansancio hay que reconectar y pensar por qué estamos en casa: estamos para salvar vidas, la nuestra y la de los demás. Eso nos va a tranquilizar y dar un chute de energía y fuerza", puntualiza.

Mientras que para los niños esto supondrá un aprendizaje y no tendrá secuelas, otros colectivos son más vulnerables, como los mayores que viven solos, los sanitarios o quienes hayan perdido a un ser querido. "Habrá mucha gente que cuando esto pase necesitará ayuda psicológica, pero para estos grupos ahora es el momento de actuar".

Para ello, algunos colegios profesionales están creando plataformas de ayuda. "Que no duden en pedirla", les insta Galarzo.