«En mis relatos hay una parte introspectiva sobre mí»

Jonatan López
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Entrevista con la escritora Soco Cordente, que en noviembre presentó su tercera obra titulada 'Cromatismos'

«En mis relatos hay una parte introspectiva sobre mí» - Foto: Reyes Martínez

La escritora conquense Socorro Cordente publicó en noviembre su tercer libro, tras los éxitos que supusieron su ópera prima Encuentros entre notas discordantes (2016) y Egos (2017). Cromatismos es una recopilación de cerca de 50 poemas en verso libre que reflexionan sobre «las emociones, buenas y malas, de estados antagónicos y el paso del amor al desamor, el merecimiento, las tradiciones, la deslealtad y a su vez la superación, o la resiliencia». Su nueva obra, autopublicada en la editorial Círculo Rojo, puede adquirirse en prácticamente todas las librerías de la capital.

¿Por qué eligió este título tan colorido?

Me sumergí en el mundo de la cromática y vi que en muchos aspectos, no en toda su amplitud, hay mucha similitud y algo metafórico con la vida en general, con las luces y sombras, los blancos y negros. En definitiva con lo mejor y peor de nosotros mismos.

¿Qué sustanciales diferencias existen entre la poesía de Cromatismos y  sus dos anteriores obras publicadas?

En la primera hay textos convencionales que tienen su principio, nudo, desenlace y personajes, pero una gran mayoría eran abstractos y yo empezaba a tantear la prosa poética. En el segundo ocurre lo mismo, incluso hay microrrelatos y demás. La diferencia, ya no como escritora sino como lectora de mis propios libros, es que veo una involución, más madurez en la técnica, en la forma, sin olvidar el sentimentalismo y lo temperamental, en su fondo. En mis relatos siempre hay una parte reflexiva e introspectiva sobre mí, pero uno de los objetivos principales es que el lector reflexione.

¿Por qué cree que en los últimos tiempos está triunfando la poesía contemporánea que practican muchos jóvenes escritores y por la que apuesta en esta nueva obra?

La poesía, en todas sus vertientes, siempre ha estado ahí. Lo que pasa es que con los medios sociales y la autopublicación tiene más visibilidad. Como opinión personal, todo es un arma de doble filo. Hay gente que en sus redes sociales pone que es escritor y poeta como profesión, luego lees sus entradas y, por ejemplo, escriben: Sonríe porque mañana sale el sol. Este hecho puede ser perjudicial para alguien que ame la escritura y la lectura, lo haga mejor o peor, pero que respete la poesía. No lo critico, cada cual puede hacer lo que quiera con su vida, pero puede resultar ofensivo que veamos mucho por las redes sociales lo de ser poeta y las frases no son nada trabajadas.

El prólogo está escrito por el periodista Juan Ramón Lucas. ¿Cómo surgió esa posibilidad?

Cuando se me otorgó el galardón de Mejor libro de relatos en 2017 en la gala de los premios de la editorial Círculo Rojo, vi que asistió Juan Ramón y que había colgado una foto mía nombrándome cuando recogía el premio. Comentó que le había gustado mucho mi discurso. Una vez terminada la gala, me acerqué, le agradecí el gesto y conversé con él y con su esposa Sandra Ibarra. Los dos son personas de calidad humana auténtica y sencilla. Desde entonces, hemos estado en contacto. Le envíe Cromatismos y le gustó tanto que quiso formar parte. Su prólogo es maravilloso. No olvidemos que Juan Ramón, a parte de ser un excelente periodista, es un gran escritor. Ha sido un sueño cumplido. El mundo de la literatura me está trayendo muchos sueños, grandes sueños que he podido cumplir.

Tiene un nutrido número de seguidores lectores en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica, ¿verdad?

Todo ello viene por un blog que tenía en 2011, al que enviaban comentarios de diversas partes del mundo como Texas, México, Chile o Perú. No hacía mucho caso, no me lo creía mucho, pero cuando empecé a publicar y me mandaban fotografías de los lugares donde vivían los lectores comencé a creérmelo. Me he dado cuenta de que el público latinoamericano es muy fiel y tremendamente cariñoso.

¿Qué acogida ha tenido Cromatismos en estos primeros días de lanzamiento?

Contra todo pronóstico y mis bajas expectativas, no puedo estar más agradecida con los lectores. Ha tenido un espectacular recibimiento, entre comillas, para ser el tiempo que es. Es abrumador que los lectores que me siguen, como decía de ese blog de 2011, estén ahí, expectantes a la hora de adquirir nuevos trabajos y se sumen nuevos. Las expectativas eran bajas por la situación actual. Sabía los obstáculos que me iba a encontrar al sacar un libro en plena pandemia, sin poder viajar para hacer presentaciones, sin espacios donde se le dé difusión. Muchos programas culturales, sean periodísticos, radiofónicos o televisivos se han quedado tremendamente reducidos o directamente han desaparecido. 

Bajo mi punto de vista, hay un problema mundial que nos atañe a todos. El sensacionalismo que se otorga es brutal, sumado a que los seres humanos estamos programados. La mayoría de nosotros nos hemos criado comiendo o cenando, mientras veíamos asesinatos, pobreza o drama y morbo en los telediarios. Eso tira más que, por ejemplo, un documental de Rosalía Castro.

Como dice el refrán, el hambre agudiza el ingenio. Cada día hago todo lo posible para poder difundir. Esa es también una parte fundamental del escritor. Si en los próximos meses la cosas no va tan bien como hasta ahora, podré decir orgullosa que no es porque no lo intenté.

Cuenta en la sinopsis que somos simples mortales, incompletos por naturaleza, que buscamos la felicidad eterna y, cual funambulistas, el equilibrio perpetuo. ¿Hay una receta para alcanzar esos sentimientos?

No hay una receta como tal, porque si no el mundo no estaría como está. Sí que creo que una de las claves está en observarnos, en no jugar al escondite con nosotros mismos y dejar de autoengañarnos. En lugar de tratar de tapar esas sombras, de desacierto y desvío, de imperfección, de intentar silenciar nuestros pensamientos con, por ejemplo, una pareja a la que no amamos pero nos hace compañía. Esto ocurre. Hay personas que enlazan una pareja con otra, porque no se aguantan a sí mismos. También hay personas que se tiran viendo capítulos y capítulos de series, lo observo a mi alrededor, pero no pueden llegar a estar en silencio con sus propios pensamientos. Creo que ahí está la clave. Silencio para autoobservarnos, enfrentarnos con nuestra mejor y peor versión. Escuchándonos, analizándonos e intentando mejorar. Con solo eso habremos dado pasos gigantescos hacía un nuevo despertar.

Dice que nuestros vacíos existenciales se manifiestan en forma de colores. ¿Puede relacionarse nuestro estado de ánimo y las cosas que nos pasan día a día en una gama policromática de variados tonos?

El objetivo principal es comparar la vida, la literatura y la cromática. Es fijarnos en la subjetividad y lo relativo que es todo, en determinadas cosas o hechos. Cómo ve una persona algo a cómo puede verla otra, con un color. Por ejemplo, solemos asociar el blanco a la pureza, la integridad y santidad. En cambio, en la famosa novela de Moby Dick, el capitán Ahab ve a la ballena blanca como la encarnación del mal y se convierte en su obsesión. Así voy enlazando unos temas con otros, pues también estamos rodeados de capitanes Ahab, con obsesiones y con la intención de destruir su ballena particular, metafóricamente hablando.

A la hora de componer, ¿cómo y en qué le ha influido la pandemia y este permanente estado de pesimismo que sobreviene a la humanidad en este 2020?

Si soy sincera, absolutamente en nada. Ahora se pone etiqueta a todo. Desde que se produjo el estado de alarma, he evitado todo lo relacionado con este tema, en cuestión de ver telediarios o prensa lo mínimo posible. He procurado mantener lo más alejada posible tanta negatividad colectiva. Ojo, esto no quiere decir que no haya estado al tanto de la gravedad del asunto ni de las medidas que hay que cumplir. Las he cumplido y las sigo cumpliendo, por supuesto, pero en todos estos meses he procurado llevar la vida normal y lo más parecida a la que llevaba antes. Durante el confinamiento, me he dedicado, eso sí, a leer mucho más de lo que leía antes, a escribir, a escuchar mucha música y variada, y a estar en contacto con la naturaleza cuando se pudo. No he dejado que me altera esa negatividad ni en mi vida personal ni en el libro.

¿Hay tiempo en estos días aciagos de colores vivos y llenos de energía?

El psicólogo y psiquiatra Carl Jung decía, en términos metafísicos, que el inconsciente es colectivo. Por lo tanto creo que sin quererlo y sin darnos cuenta, hay una parte del mundo que está alimentando esos monstruos, pero otra parte del mundo está despertando de su letargo.

Y a Soco Cordente, en este momento de su vida, ¿qué color le representa?

Curiosamente, el mismo día en que los ejemplares de Cromatismo llegaron a casa, me dieron la peor noticia que he recibido en mi vida a nivel personal. Ante esto tuve dos opciones, regodearme en las desdichas, quedar atemorizada en una negra sombra y no salir de ahí, o vestir mi alma de verde, que dicen que es el color de la esperanza. Opté y estoy optando por lo segundo.