La política hace el paseíllo

Leo Cortijo
-

El Pleno del Ayuntamiento aprobó con los votos a favor del Partido Popular y el PSOE, la abstención de Ciudadanos y la negativa de Izquierda Unida una moción a favor de la tauromaquia como expresión cultural y seña de identidad de España

La política hace el paseíllo - Foto: Reyes Martí­nez

La tauromaquia es una expresión artística y cultural de larguísimo recorrido, que hunde sus raíces varios siglos atrás en el tiempo. Sin embargo, en este momento, vuelve a estar en boca de todos más que nunca y eso la posiciona en el centro del foco mediático. Como cada cuatro años, los partidos políticos –conforme se acerca la fecha de las elecciones y ya metidos en precampaña electoral– vuelven a sacarla a la palestra y a situarla en primera línea de batalla. Todas las fuerzas políticas, las de un lado y las de otro, para bien o para mal, caen de nuevo en la cuenta de la importancia que juega el elector que se considera aficionado a los toros. Y por esta razón, actúan en consecuencia. 

El Ayuntamiento de Cuenca no es ajeno a este debate y el Pleno aprobó esta semana una moción en defensa de la tauromaquia con los votos a favor del Partido Popular y el Partido Socialista, los votos en contra de Izquierda Unida y la abstención de Ciudadanos. La moción, presentada por los populares, se fundamentaba en la defensa de la Fiesta como expresión cultural y seña de identidad de España, así como por su contribución a la economía y al empleo del país.

En el texto se hace referencia a que los toros forman parte del patrimonio histórico y cultural de todos los españoles, enraizados en la historia y en el acervo cultural común, citándose una lista de artistas, intelectuales, escritores y autores de diversos ámbitos artísticos como avalistas de lo que significa el mundo del toro para España. Asimismo, también se hace referencia a la Ley 18/2013, de 12 de noviembre para la regulación de la tauromaquia, en la que entre otras cosas se dice que ésta conecta directamente con el ejercicio de derechos fundamentales y libertades amparados en la Constitución.

El PP propuso al Pleno reconocer el «valor estratégico» de la tauromaquia porque contribuye a la creación y mantenimiento de empleo, a frenar el despoblamiento rural y al crecimiento económico, así como por su compromiso con la conservación de la biodiversidad, en su más amplio sentido, y al mantenimiento genético de una raza, el toro de lidia, singular y mundialmente reconocida. Además, instó a reconocerla como manifestación artística imbricada en la cultura y tradiciones españolas, algo por lo que «debe ser respetada y protegida por los poderes públicos para garantizar que los españoles pueden seguir ejerciendo su libertad».

Ahora bien, si algo tienen los toros es que hablar de ellos genera que los debates no estén exentos de polémica. Pasa en los mismos tendidos de las plazas y pasa en los salones plenarios... Ciudadanos, que se abstuvo, defendió que lejos de producirse un debate político en torno a la Fiesta, será la sociedad, «dentro de su libertad individual», la que se encargue de regular el asunto. En boca de su portavoz, María Jesús Amores, «pedirnos un posicionamiento es levantar una polémica estéril e innecesaria». No en vano, «es más que suficiente con la declaración de patrimonio histórico y cultural». Con todo, Amores reconoció que la afición a los toros en la ciudad es muy numerosa.

Laura Martínez, por parte del PSOE, ahondó en otra idea y abrió un melón totalmente distinto en este debate. Para los socialistas, el PP presentó esta moción en defensa de la tauromaquia «únicamente por el miedo a la fuga de votos a Vox». Hay que recordar en este sentido que desde sus orígenes el partido de Santiago Abascal se posicionó muy al lado de la Fiesta, promoviendo políticas de defensa y fomento de la misma en su programa.

Por parte de Izquierda Unida, que fue el único partido que votó en contra, Ana Cruz destacó que la tauromaquia es una tradición de España, pero eso «no significa que se tenga que seguir manteniendo, ni mucho menos». De hecho, recalcó, «tanto la cultura como las tradiciones se modernizan». Bajo su punto de vista, el contexto actual del país es «radicalmente distinto del que vivieron Lorca o Goya». Por esto, desde IU defendieron que la tauromaquia «no se justifica ni desde la economía, ni la ecología, ni la identidad».

En clave regional. Al debate municipal de esta semana le precedió otro en clave regional la semana pasada. El PP de Castilla-La Mancha propuso la creación de una «marca protegida» para los festejos populares taurinos que cada año se celebran en toda la región, debido a la importancia que esta actividad tiene para las economías locales y para los ciudadanos. A ese anuncio realizado por el presidente de los populares castellano-manchegos, Paco Núñez, se unieron las palabras del diputado regional, Carlos Velázquez, que reclamó al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, una rectificación por «las feas acusaciones y los insultos que lanzó a todos los amantes de la fiesta nacional».

Declaraciones que fueron contestadas por el secretario regional de Organización del PSOE, José Luis Gutiérrez, que criticó la «hipocresía» del PP en este asunto, y en especial la de Núñez, que según argumentó, cuando fue alcalde de Almansa con mayoría absoluta, en la legislatura 2011-2015, no derogó la ordenanza que prohibe la tauromaquia en el municipio, que fue aprobada por unanimidad en la legislatura anterior.

Por su parte, Núñez alegó que los toros en Almansa los prohibió el Gobierno municipal cuando el PSOE tenía mayoría absoluta y que cuando él gobernó en la localidad no se anuló esa prohibición por la falta de tradición que había en el municipio.