En España hay dos modelos para luchar contra el fuego. O se integran los servicios de prevención y extinción o se dividen en estos dos departamentos. «Hay dos grandes modelos, pero se organizan de 17 formas diferentes», apostilla  Mariano Sanz, secretario confederal de Medioambiente de CCOO. Por eso desde su sindicato plantean un estatuto del bombero forestal que homogeneice entre todas las comunidades cuestiones como el tipo de contrato que se les hace, los salarios, las funciones, la formación o los protocolos. «Su trabajo es el mismo, sus condiciones son diferentes», recalcó.  Para lograrlo cuenta con un compromiso firmado entre Unidas Podemos y PSOE a nivel nacional, pero desde el sindicato no les ha gustado que el Gobierno nacional haya abierto un proceso de consulta pública en lugar de haberse puesto en contacto directamente con las organizaciones sindicales y los trabajadores.  

Desde el ámbito de Castilla-La Mancha, Manuel Amores, presidente del comité intercentros de Geacam, cree que saldrían ganando con el estatuto que plantea CCOO. Además reivindica que son un colectivo fundamental para fijar población en el medio rural y que a su vez prestan un servicio en estas zonas que va más allá de la protección del bosque. «Somos los primeros medios que actúan cuando hay un accidente», indicó.

La misma reflexión compartió Carlos Martín, bombero forestal de la BRIF en la base El Prado de los Esquiladores en Cuenca. «En la España vaciada a menudo somos los que estamos más cerca de una contingencia», señaló, como puede ser un accidente u otra emergencia. Aclara que no entran a competir con otros profesionales, pero apunta que «a menudo están muy lejos» y que en el medio rural  también pagan sus impuestos, así que tienen los mismos derechos que en el urbano.