«El proceso creativo tiene que ser evolutivo»

V.M.
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La pintora Pilar Conesa, que expone en el Centro Cultural Aguirre hasta finales de mes, considera que «en el arte siempre debes sorprender»

La artista plástica Pilar Conesa, junto a algunas de sus obras. - Foto: Reyes Martínez

Dentro del proyecto Días de ARTE conquense' promovido por la Concejalía de Cultura y formando parte del Festival de Otoño, la sala de exposiciones del Centro Cultural Aguirre acoge una muestra de la artista plástica Pilar Conesa, que podrá visitarse hasta el 30 del presente mes. 

Una exposición donde resume su trabajo en distintas áreas y con diferentes técnicas: pintura, grabado, técnicas decorativas...

Sí, es una retrospectiva donde he seleccionado obras realizadas desde mediados de los años 90 hasta nuestros días, abarcando grabado, témpera, técnicas mixtas y óleo de gran formato, sobre soportes de lienzo, madera o papel. Lo que sí he intentado es reunir trabajos que se pudieran ver como un conjunto de mi producción, en total son 53 obras.

¿Existe algún hilo conductor?

No, simplemente tienen como eje una forma similar de hacer, de crear, pero la temática es realmente muy diversa, podría resumirse en el sentido y la actitud vitalista del trabajo artístico ante la vida.

Con un protagonismo del color más que evidente...

El color para mí es fundamental, aunque también trabajo en blanco y negro, sobre todo en el grabado, donde muchas veces ilumino. Se trata de un color impulsivo, casi gestual y vigoroso en el trazo, que transita por distintos estados anímicos que van desde la vehemencia y el vigor hasta la racionalidad y el esquematismo, sin olvidar el lirismo de obras más pequeñas.

Algunas de estas composiciones caminan entre la abstracción, el esquematismo y el expresionismo, ¿no le gusta encasillarse?

Todo influye, no me gustan las limitaciones, porque pienso que el proceso creativo tiene que ser evolutivo, en el mundo del arte creo que siempre debes sorprender, hay que borrar un poco la comodidad de esto ya me lo sé, de seguir las mismas pautas. Cuando trabajo la obra se va haciendo a medida que voy enfrentándome a ella, no tengo una idea preconcebida de lo que voy a hacer en la mayor parte de las ocasiones, a veces sí en el grabado por las propias limitaciones de éste, porque te exige una mayor contención y no trabajas con el mismo impulso que en la pintura, ya que al trabajar con gubia vas desgastando determinadas zonas, aunque te permite hacer cosas distintas, ya que debes transferir el dibujo a la plancha y sobre eso puedes tener también libertad.

¿Y sus grandes influencias?

Soy el producto no solo de la pintura, sino de la literatura, del cine, de paseos por la naturaleza,  de los acontecimientos que ocupan la vida de cada uno. Me interesa mucho el expresionismo y el informalismo abstracto, me encanta el pintor alemán Wols (Wolfgang Schulze),  que vivió una vida muy desgraciada y concibe una especie de microcosmos en su obra, también me apasionan artistas nórdicos como Asger Jorn o Magda, y de los actuales citaré a José Guerrero o Bonifacio Alfonso… de hecho ahora mismo  hay una exposición en Madrid de Giorgio Morandi, un artista que  también es inspirador para mí. Me atraen también movimientos como el simbolismo o el fauvismo por su actitud incorformista en materia artística, por defender la libertad creativa y la ruptura total con el academicismo, aunque también me interesa mucho la pintura clásica, como no Velázquez o Goya. Supongo que tengo influencias de todos o de ninguno, no lo sé, tampoco me lo planteo.

¿Alguna serie o proyecto nuevo?

Ahora mismo no, tenía idea de exponer en Suiza, pero con la pandemia todo se trastocó. Una exposición siempre es un estímulo para el artista, pero no me gusta trabajar ex profeso para una muestra en concreto, más bien la pauta que sigo es trabajar de forma continuada y, si surge una, entonces selecciono.