"No hay voluntad política para condenar todo el proxenetismo"

Juana Samanes
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Peleona. La toledana es una profesional apasionada y muy comprometida con las causas que cree justas, como ocurre con la lucha contra la trata de mujeres

"No hay voluntad política para condenar todo el proxenetismo"

Cuando en 2004 la entonces actriz y presentadora toledana Mabel Lozano conoció a Irina, una chica rusa prostituida en contra de su voluntad, su vida cambió radicalmente y decidió crear una productora, Mafalda Enterteiment, para realizar todo tipo de trabajos audiovisuales comprometidos con el mundo de la mujer y los derechos humanos. Dieciséis años después vuelve a estar nominada por tercera vez a los Goya con su cortometraje Biografía del cadáver de una mujer, que recuerda la figura de Yamiled Giraldo, una superviviente de la trata con fines de explotación sexual y testigo protegida, acribillada a tiros en un pueblo de Navarra en presencia de su hijo.

¿Qué cree que aporta dentro de su trayectoria este corto?

Cuando monté mi productora, en 2005, nadie hablaba del delito de la trata de mujeres. Desde entonces he utilizado el cine como una herramienta de trabajo de transformación social, para visualizar, entre otras cosas, la trata y la esclavitud sexual. El cortometraje Biografía del cadáver de una mujer pone sobre el escenario una voz única e inédita, la de los hijos de las mujeres asesinadas y habla de una que denunció a su proxeneta, que era una testigo protegida en nuestro país, y fue asesinada a tiros delante de su hijo en un pequeño pueblo cerca de Pamplona. Este cortometraje también es un homenaje a miles de mujeres prostituidas y asesinadas a las que la prensa nunca pone su nombre.

Su corto es magnífico, durísimo en los hechos narrados y con el emotivo testimonio del hijo de la mujer fallecida.

Fue muy difícil conseguir el testimonio del hijo de Yamiled, testigo de su asesinato, porque era la primera vez que Christopher hablaba en público y, lógicamente, tenía miedo porque hablamos de mafiosos. Pero yo tenía claro que necesitaba esa voz porque, por una parte, estaba la de las Fuerzas de la Seguridad del Estado contando los hechos, pero el que humanizaba esos acontecimientos era la voz de ese chico, que nos cuenta que era una mujer normal, que amaba a sus hijos, que había rehecho su vida y a quien mataron impunemente.

La pregunta es obvia, ¿recibió amenazas tras publicar su novela El proxeneta. Los amos de la prostitución en España, del que luego hizo una película?

Aunque me ocurriera no te lo podría decir, porque las valientes son las mujeres vulnerables que vienen engañadas de Hispanoamérica o Rumanía. Mi vida cambió en 2004 cuando conocí a Irina porque me di cuenta de que convivimos con la esclavitud sexual porque la normalizamos y la legalizamos, está bajo el paraguas de la prostitución. Nadie se plantea cuando pasa por delante de los clubs de qué manera están ejerciendo esas mujeres, cómo han llegado ahí, etcétera. Cuando Yamiled es captada en Colombia, los hombres españoles veían una prostituta, cuando en realidad era víctima de un delito que vulnera todos los derechos humanos y cuando denunció a su proxeneta le costó le vida. 

Lo que queda patente en su cortometraje es que el entramado de la trata de mujeres en nuestro país tiene una difícil solución. ¿Qué sería fundamental para acabar con ella?

De dos maneras, con una legislación que no existe, tiene que existir una ley contra la explotación sexual y condenar todas las caras del proxenetismo y, a día de hoy, no hay ninguna voluntad política para hacerlo. 

Y dos, educar a nuestros hijos, que consumen mucha pornografía y pronto recurren al sexo de pago, pensado que forma parte del botellón y la diversión. 

¿Va a seguir en la trayectoria de denuncia o en su próximo proyecto va a cambiar de temática?

Mi último trabajo es que he publicado un libro titulado Porno explotación. Una obra que es una herramienta para los padres a la hora de educar a sus hijos en la sexualidad y para contarles qué está ocurriendo con el consumo de pornografía.