El arte de faenar en el campo

R.L.C.
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Los hermanos Francisco y Pedro Benito, de Tarancón, representarán a Castilla-La Mancha en el Campeonato de España de Acoso y Derribo el próximo fin de semana en Andalucía.

Francisco Benito y Pedro Benito, en el concurso territorial de acoso y derribo que se celebró en mayo en la finca El Carrizal de Tarancón. - Foto: JAVI SANDOVAL

El ex rejoneador Francisco Benito y su hermano Pedro, subalterno del rejoneador Diego Ventura, representarán a Castilla-La Mancha el próximo fin de semana en el Campeonato Nacional de Acoso y Derribo que se celebrará en la localidad andaluza de Jerez de la Frontera. También acudirán desde la comarca de  Tarancón los subcampeones regionales, la pareja formada por Jesús Torrijos e Ignacio Abad. 

La finca taranconera El Carrizal suele acoger al año un par de concursos territoriales de acoso y derribo, organizados por la Federación Hípica de Castilla-La Mancha. «Cada concurso es clasificatorio a nivel regional, vamos obteniendo puntos, el primero de la temporada, que se celebró hace poco, lo hemos ganado, y por ser los primeros de la temporada pasada vamos al nacional», explica Francisco Benito, que decidió reconducir su trayectoria tras más de 20 años como rejoneador volcándose en esta modalidad deportiva, que en la zona centro del país tiene aficionados, pero sobre todo cuenta con más solera en regiones de tradición ganadera, como Andalucía, Extremadura y Castilla y León. El primero de sus hermanos en dejar el mundo del toro fue Juan Benito, dueño de la hípica Zurbarán de Cuenca, y hace casi una década él. «Como rejoneador conseguí éxitos con los que soñaba desde niño, ahora entreno para esto y me dedicó a domar caballos para torear y para acoso y derribo», confirma desde su finca.

Miembro de la asociación nacional de garrochistas, en esta competición ecuestre en colleras, donde uno es el amparador y otro el garrochista, sigue uniendo sus grandes pasiones, el toro y el caballo. «Esta modalidad proviene de la costumbre antigua que existía en España a la hora de coger el ganado en el campo, para curar un animal, con garrocha, cuando no había vallas», cuenta Francisco Benito, que es todo un referente de este tipo de concursos donde dentro de una zona acotada se puntúa sobre el derribo, «sin herir al animal», aclara, de reses bravas y mansas.

Primer trofeo de la nueva temporada para los hermanos Francisco y Pedro Benito, que son los campeones regionales de la temporada pasada. Primer trofeo de la nueva temporada para los hermanos Francisco y Pedro Benito, que son los campeones regionales de la temporada pasada. - Foto: JAVI SANDOVALEste ex rejoneador taranconero, que pudo disfrutar de una etapa dorada en el mundo del toro, comenta con respecto a la situación actual, marcada por la pandemia y el veto a los festejos taurinos cada vez más extendido en municipios de España, que «no estaba en su mejor momento y esta crisis ha venido a darle la puntilla». Frente a las ferias en grandes ciudades, que «parece se están volviendo a reactivar», pone el acento en que el sector de los festejos populares «está totalmente parado». La suelta de reses, los encierros, concreta, «son la base del toreo, crean afición, a partir de julio parece que se van a empezar a otorgar permisos, pero está sufriendo muchísimo este sector, porque los ganaderos y profesionales no viven solamente de las plazas principales». 

Francisco Benito, que recuerda con añoranza y orgullo su presentación al público como rejoneador en un festejo mixto en su localidad natal, un 10 de septiembre de 1991, que paseó su arte por las principales plazas del país y algunas del extranjero, ve el futuro del mundo del toro con optimismo si los profesionales implicados están dispuestos a cambiar. «Soy defensor a ultranza de la esencia del toreo, pero el espectáculo en sí de las corridas de toros tiene que cambiar de formato, tiene que evolucionar, para seguir enganchando al público, sino será difícil de que perdure en el tiempo», opina. Ante la diversidad cultural que existe en la actualidad, frente a las ferias de antaño, única opción de ocio de generaciones y generaciones, apuesta por fusionar artes, como la música o la gastronomía, con el toreo como epicentro y pensando más en el confort del espectador, en incrementar los alicientes del público al ver torear, al ver un arte marca España que se enfrenta al reto de la perpetuidad.