«En mi caso, no soy independiente, sino autogestionario»

V.M.
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«El sector de las músicas populares en España nunca ha significado nada para las administraciones»

El cantautor granadino José Ignacio Lapido. - Foto: A. Arabesco

Una de las grandes figuras del rock español de las últimas décadas, el granadino José Ignacio Lapido, fue el encargado de cerrar este viernes la cuarta edición del ciclo Malos tiempos para la lírica, con una charla que tendrá lugar en la Fundación Antonio Pérez, a las 20 horas.

En este intento de radiografiar el panorama musical español, ¿realmente podría definirse ese horizonte con ese título tomado del tema de Golpes Bajos?

El panorama musical no es ajeno a lo que ocurre en el país y en el mundo entero. A nadie se le escapa que hemos pasado un año y medio terrible,  lo que pasa es que la música profesional y las artes escénicas en general vamos a ser de los últimos gremios en volver a una cierta normalidad. Eso lo que hace es ahondar la precariedad en la que siempre nos movemos en nuestra profesión. 

 ¿Qué margen para la creatividad asociada a esa escena indie en nuestro país, un término por otra parte algo desvirtuado? 

La etiqueta indie es algo que nunca he llegado a entender, ya que se le ha colgado a muchas bandas que graban en discográficas multinacionales. Si eso es ser independiente… En cuanto a mí respecta, no soy independiente, soy autogestionario, que es un paso más allá,  llevo autogestionando mi carrera discográfica desde 2005. En cualquier caso la creatividad no tiene nada que ver con el tipo de contrato que tengas, sólo con el talento. Puedes ser el tío más independiente del mundo y hacer discos penosos, y al contrario.  Como soy ya bastante mayor me acuerdo de una polémica que hubo en los 70 cuando empezaba a surgir el punk. Los Clash, que eran un grupo muy politizado, firmaron contrato con CBS, la mayor multinacional en aquel momento. Se les criticó mucho por eso, pero ellos se limitaron a hacer obras maestras. Por eso digo que la creatividad no tiene que ver con el tipo de contrato que tengas.

Una evidencia de la pandemia en materia cultural es que cuando vienen mal dadas el sector parece ser siempre uno de los grandes olvidados por las administraciones, ¿qué opina al respecto?

El sector de las músicas populares en España nunca ha significado nada para las administraciones. Un cero absoluto dentro de sus prioridades, que no son otras que la cultura del relumbrón y del cortoplacismo. Sólo se acuerdan de los músicos cuando quieren que les apoyen para determinadas campañas. Algunos caen en la trampa y luego se arrepienten. 

¿Cómo lleva el haber formado parte de una banda de referencia del rock nacional como fue 091 y el hecho que no haya tenido quizás el reconocimiento masivo que merecía?

Lo llevo bien, muy bien. Con orgullo. Lo del reconocimiento que merecíamos dejó de preocuparme hace muchos años. No podemos estar toda la vida pensando en lo que pudo haber sido y no fue. Quedan las canciones, y hablan por sí solas.

Durante esa andadura tuvieron la suerte de grabar con músicos de la talla de Joe Strummer o Chris Wilson, ¿cómo lo recuerda?

Como una gran experiencia. Éramos muy jóvenes, y conocer personalmente a dos de tus ídolos musicales fue increíble. Antes de conocerlos éramos muy seguidores de los Clash y de los Flammin' Goovies... imagínate lo que supuso trabajar con ellos.

Ultimo Concierto  está considerado como uno de los mejores directos del rock en español, ¿cómo fue el último reencuentro de la banda?

Veníamos muy en forma después de muchos conciertos y muchas vivencias juntos. Eso se nota en el disco. Veinte años después de aquello nos propusieron hacer una gira de aniversario y la hicimos en 2016. Se llamó Maniobra de resurrección y por motivos que son difíciles de explicar fue un gran éxito. Llenamos grandes recintos, se reeditó toda nuestra discografía, grabamos otro disco en directo y lo más importante: nos lo pasamos muy bien e hicimos felices a un montón de seguidores que habían estado esperando esa oportunidad de volver a vernos en directo.

Durante su carrera en solitario continuó dando destacando por la fusión del rock, la importancia de unos arreglos muy cuidados y unas letras poéticas, algo que quizás culmina en para mí su mejor trabajo,En otro tiempo, en otro lugar,  ¿qué motivos le siguen inspirando para componer?

Todo lo que sucede alrededor de uno sirve como «material de construcción» para hacer una canción. Lo que sucede fuera y lo que sucede dentro. De esa mezcla de lo real con lo onírico surgen muchas de mis canciones.

Con ese álbum también crea su propio sello discográfico, ¿toda una declaración de intenciones para garantizar su libertad creativa?

Sí, lo hice por necesidad en aquel momento. No encontraba ningún sello que quisiera editar mis canciones y decidí hacerlo por mi cuenta. Desde entonces todos mis discos han salido con mi propio sello, Pentatonia Records. Es una forma de que nadie tome decisiones sobre mi obra, pero exige mucho trabajo ajeno al meramente artístico. Nada en la vida es fácil.

En los últimos años ha colaborado también con grupos y artistas como Miguel Ríos, Amaral o Quique González,  imagino que contactos todos ellos muy enriquecedores...

Mucho, los conocía de antes de colaborar con ellos, son grandes compañeros y amigos y ya habíamos tocado en directo juntos varias veces previamente. Los invité a participar en mi disco De sombras y sueños y dejaron su huella en ese disco.

Musicalmente su base continúa siendo el rock clásico, ¿qué artistas le influyeron más en su trayectoria?

Beatles, Kinks, Hendrix, The Who, Dylan, Creedence, Dr. Feelgood, Ramones, Sex Pistols, The Clash… y también los bluesmen y los rockers primigenios.

¿Qué tiene Granada para haber dado solistas y bandas de absoluta referencia en nuestra música popular?

Tiene muchas cosas, pero en este tema que me pregunta creo que se trata de que en Granada desde los años 60 han ido surgiendo artistas que han servido de modelo para generaciones posteriores. Hemos tenido espejos donde mirarnos y eso ha servido como acicate a la hora de que un chaval se dedique profesionalmente a la música.