Estaba más que cantado. Los encuentros familiares y el aumento de la vida social durante Navidad podrían disparar los contagios, en plena tercera oleada, y hacer que Cuenca diera un paso atrás y regresara a las restricciones sanitarias de nivel 3. El verbo en condicional ya se conjuga en presente y es, por tanto, una realidad. La capital de la provincia endurece sus medidas con el fin de evitar la propagación del coronavirus, tal y como decretó este lunes la delegación provincial de la Consejería de Sanidad.
A este punto se llega después de que durante la semana epidemiológica número 53 de 2020, es decir, del 28 de diciembre al 3 de enero, se declararon en Cuenca un total de 134 casos de Covid-19, lo que supone una tasa de incidencia semanal de 245 casos por 100.000 habitantes. De la misma forma, durante la semana siguiente, la primera del año –del 4 al 10 de enero–, se registraron 145 casos, lo que supone una tasa de incidencia de 265,1 casos por 100.000 habitantes. Así las cosas, entre ambas semanas se cuantificaron en la ciudad 279 casos, lo que se traduce en una tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días de 510,1 por 100.000 habitantes.
La situación no es nueva. Cuenca vuelve de esta forma a lo que ya vivió entre el 29 de octubre y el 4 de diciembre. Y así, por ejemplo, los bares, restaurantes y demás negocios de hostelería no pueden servir en sus interiores, mientras que el aforo de aquellos que tengan terraza se reduce del 75 al 50 por ciento. La hora límite de cierre son las 11 de la noche. Los hoteles no pueden aforar más de la mitad de sus habitaciones y las zonas comunes no deben tener más del 25 por ciento de ocupación. En bingos, locales de apuestas y salones recreativos el aforo pasa del 50 al 30 por ciento.
Asimismo, el nivel 3 obliga a cerrar a cal y canto cines, museos, bibliotecas y el Auditorio. Además, la actividad presencial en congresos y seminarios está prohibida. Centros de educación, escuelas municipales, academias y autoescuelas reducen su aforo a la mitad. Por otro lado, la capacidad de supermercados y centros comerciales se reduce a un tercio del total. De la misma forma, no se permite el acceso de público a las competiciones deportivas federadas. Por último, autobuses urbanos y taxis solo pueden transportar a la mitad de viajeros que permite su aforo habitual.
«Entre todos». Llegados a este punto, Darío Dolz apela a la «responsabilidad» individual para, «entre todos», volver a andar lo desandado «cuanto antes». No cabe duda, entiende el alcalde, de que es un «paso atrás que nadie quería que se produjese», pero esta Navidad «se han prodigado los encuentros sociales de una forma mayor si cabe que la habitual y ahora nos encontramos con esto y con el varapalo que supone para la economía de la ciudad». Un varapalo encarnado, fundamentalmente, por las empresas de hostelería y restauración.
Dolz considera que «todos debemos ser responsables» porque esta situación «no se puede volver a repetir» y hay que luchar por retornar al nivel 2 lo antes posible «para que la economía de la ciudad funcione de una forma cortapisada, pero razonable». Eso, sentencia en este sentido, «depende de todos y cada uno de nosotros».
El regidor pone el foco en otro asunto importante: «La vacuna está aquí y se está vacunando como se ha planificado por parte de la Consejería de Sanidad, pero no se puede caer en una falsa sensación de seguridad y pensar que eso permite hacer lo que venga en gana». «Al contrario», argumenta, «hay que ser más concienzudos si cabe ahora» porque para lograr la inmunidad de grupo faltan todavía muchos meses.
Además de lo que sucede en Cuenca capital, varios municipios de la provincia se encuentran también inmersos en restricciones de nivel 3. De esta forma, la Consejería de Sanidad decretó la prórroga de medidas especiales en Mota del Cuervo (con una tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días de 434,1 casos por 100.000 habitantes), Ledaña (703,8 casos/100.000 habitantes), Villalpardo (2.259,2 casos/100.000 habitantes), Villagarcía del Llano (1.317,5 casos/100.000 habitantes), Iniesta (511 casos/100.000 habitantes) y Motilla del Palancar (1.260,9 casos/100.000 habitantes).