ADN Dakar

José Luis Royo
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Los Plaza, que suman 16 participaciones entre los dos, destacan la dureza de este año

Mónica y Manuel Plaza posan con las medallas logradas en el Dakar - Foto: Reyes Martínez

Hablar de los Plaza es hacerlo del Dakar. Manolo, el padre, es el piloto y ya ha disputado 14 ediciones del rally más duro del mundo. Mónica, la hija, es la copiloto  y lleva en el ADN el amor por los rallies. Los dos forman un tándem perfecto que les ha llevado a completar dos veces el Dakar.

Manolo Plaza asegura que «este año ha sido especialmente difícil por la situación del Covid, porque el itinerario ha sido más complicado la participación y el nivel de coches y pilotos ha sido una pasada, por eso estamos muy contentos con el resultado». Y añade  que «desde hace años no veía un Dakar tan duro, me recordó al de Mauritania».

Cuando se les pregunta por el momento más complicado que vivieron durante la carrera, los dos lo tienen claro. «Sin duda el accidente que tuvimos», responde Manolo, que recuerda que «cuando se nos cruzó el motorista, que fue algo que no pudimos evitar, el susto fue tremendo y los días de después fueron difíciles porque con el golpe que le dimos pensábamos que estaba muy mal y hasta que no llegó el servicio médico y los dos helicópteros pasamos momentos muy complicados». En este sentido Mónica explica que afortunadamente los médicos «no tardaron nada en llegar porque había un helicóptero encima de la montaña al pide de la que estábamos».

Para Mónica Plaza era su segundo Dakar y ha completado los dos. Reconoce que «por suerte fue todo muy bien, el equipo Sodicars y nosotros hemos mimado mucho la mecánica, hemos ido a un ritmo nunca por encima del que podíamos e incluso a veces menos por conservar y ser prudentes porque todo suma».

Problemas físicos. Para Mónica ha sido un Dakar especialmente duro y no solo por la carrera, «que de por sí ha sido más exigente», sino también por unos problemas estomacales que se lo han hecho pasar mal. «Tengo problemas de estómago, fui con un tratamiento bastante agresivo de antibióticos para la helicobacter pylori, sé que tengo algo más pero no me dio tiempo a hacerme las pruebas antes y les médicos del Dakar me dijeron que tenía gastritis crónica, además al llegar a casa me han dado el resultado de una prueba de tolerancia de alimentos y me han salido un montón, por lo que tengo que cambiar toda la nutrición».

Todo esto fue mermando las fuerzas de Mónica durante la carrera. De hecho reconoce que «al final no podía ni desayunar ni beber agua antes de la etapa, conforme pasaban las horas iba mejor y tengo que dar las gracias a la nutrición de 226ERS porque me ha mantenido en las etapas».

Pero también hubo momentos bonitos. Manolo asegura que «cada día que llegábamos a meta lo disfrutábamos y los paisajes de Arabia son espectaculares».

Confianza. Una de las noticias más sonadas del Dakar 2021 fue cuando el piloto español Ricardo Ramilo y su copiloto Xavier Blanco tuvieron una fuerte discusión que acabó con el copiloto fuera de coche y tirado en medio del desierto. Sobre este aspecto, desde la experiencia, Manolo Plaza señala que «en el Dakar se viven situaciones muy tensas, tienes que tener una muy buena relación con tu copiloto porque estás viviendo en dos metros cuadrados situaciones límite constantemente, convivir es difícil. Si a esto le añades que no tienes buena relación y más en este caso, que el piloto no tiene experiencia en el Dakar, creo que ése fue el error, porque además este año la navegación ha sido muy difícil y el piloto no sabía lo que se iba a encontrar».

En el caso de los Plaza, al ser padre e hija, la confianza es plena, pero, «aún así pueden surgir problemas», señala Manolo que destaca que «nuestra relación dentro del coche ha sido buenísima y quiero felicitar a Mónica porque lo ha hecho genial».

Este año el papel de los copilotos ha cobrado mayor importancia porque la navegación ha sido más complicada. «Le han dado un plus de dificultad y eso me gustó porque se ha dado bien y he disfrutado», afirma Mónica Plaza.

El momento de cruzar la meta el último día deja sensaciones «raras», indica Mónica, que explica que «te sientes aliviada, pero enseguida piensas ¿ya hora, qué?. Tienes que parar y disfrutar el momento».

Lo que no faltó en el podio fue la bandera de Cuenca que exhibió Manolo con mucho orgullo. «Siempre me he sentido muy orgulloso de llevar la imagen de Cuenca, siempre he sido Manolo Plaza el conquense. Además este año hemos contado con el apoyo de la Diputación y era una manera de agradecerlo, nos muy orgullosos de la imagen que estamos dando de Cuenca a nivel internacional». Sin duda Cuenca brilló en el Dakar.