La disputada pelea por el tercer diputado

Leo Cortijo
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La última macroencuesta preelectoral del CIS augura un cambio de tendencia para las próximas generales 30 años después, y es que otorga el tercer escaño de la provincia a Vox. Los partidos tradicionales contemplan un escenario complejo para el 28A

La disputada pelea por el tercer diputado

Todos dibujaban un escenario muy parecido a éste y el Centro de Investigaciones Sociológicas se ha encargado de confirmarlo en su macroencuesta preelectoral, la última antes de que el próximo día 28 los conquenses elijan a sus tres representantes en el Congreso de los Diputados. El CIS de Tezanos vaticina que –30 años después– la tendencia cambia. El tradicional 2-1 a favor del Partido Popular frente al Partido Socialista se verá alterado y pasaría a ser un 1-1-1 en el que irrumpiría Vox como una exhalación y de forma sorpresiva. 

Ahora bien, utilizamos el condicional como tiempo verbal porque la encuestas son, precisamente, eso, encuestas. Y la verdad es que los últimos antecedentes no las dejan en buen lugar. Aún menos al CIS, y es que el patinazo mayúsculo como oráculo de las pasadas elecciones andaluzas todavía pesa como una losa sobre esta institución, a la que el centroderecha devalúa y deslegitima cada vez que emite un nuevo barómetro. Directamente, se lo toman a broma.

Aunque en el extremo opuesto del arco ideológico, el fenómeno se vuelve a repetir. Primero le tocó a la izquierda asumir que con la irrupción de Podemos, ésta se había fragmentado; y ahora le toca a la derecha con la aparición meteórica de Vox y la consolidación de Ciudadanos. El PP, muy consciente de ello desde hace tiempo, movió ficha como nunca antes lo había hecho, y por eso se fijó como meta mantener su posición de hegemonía en las circunscripciones más pequeñas, aquellas que aportan tres y cuatro escaños, como es el caso de Cuenca.

Y así, tanto en su visita a la ciudad hace algo más de dos meses como en otros núcleos de población similares, Pablo Casado ha repetido como un mantra el mensaje del «voto útil» del centroderecha para el PP. Una directriz estatal que han hecho suya los barones populares en la provincia, empezando por el presidente Benjamín Prieto y siguiendo por el cabeza de lista al Congreso, Rafael Catalá. Sin ir más lejos, ambos pidieron esta misma semana en rueda de prensa la «concentración» del voto «responsable» en torno al Partido Popular para evitar, en la medida de lo posible, las fugas y para minimizar los daños de la más que probable dispersión de los apoyos.

Miran con temor a Vox, y no es para menos. Santiago Abascal llenó hasta la bandera el Hotel Torremangana el viernes pasado en un auténtico baño de multitudes. Y lo hizo con un mensaje meridianamente claro para contestar al PP y a Ciudadanos: «Dicen que venimos a dividir el voto, que nos echemos a un lado, pero les decimos que nosotros somos valientes, que vamos a dar batalla y que los que se tienen que apartar son ellos», dijo. Y por esa razón, «los que tienen miedo votarán a los partidos de la derechita cobarde, y los que no lo tienen nos votarán a nosotros». 

Y en esta compleja tesitura, el PSOE haciendo grande aquello de que a río revuelto, ganancia de pescadores. En el partido del puño y de la rosa se las prometen muy felices de cara al 28A, y es que entienden que la división en el bando contrario en hasta tres fuerzas políticas les ofrece la posibilidad de convertir el tradicional 2-1 en 1-2, algo que no ocurre en esta circunscripción desde el año 1989. La máxima romana de divide et vinces.